Publicado: 12/12/2022 19:05
Actualizado: 21/12/2022 12:44
Es tiempo de celebraciones y el vino blanco cobra su propio protagonismo en la mesa. Se trata de blancos con crianza, es decir criados en barrica, y se les denomina ‘gastronómicos’ porque pueden ser el único hilo conductor de una comida completa debido a su fortaleza y características.
Es verdad que España es un país de tintos pero, así como hace años la primacía de éstos era indiscutible, en estos últimos años los blancos han dado un salto cualitativo, tanto en cantidad como en calidad. Cada vez más bodegas elaboran vinos blancos y les prestan más atención.
Durante estas fechas, de comidas copiosas y potentes, hemos hecho una selección y cata de cinco etiquetas que destacan en el panorama nacional. Cualquiera de ellos resulta excelente para hacer frente a diversas especialidades navideñas, desde la lombarda al pavo relleno o los asados de cordero. Todos ellos tienen un interesante potencial de guarda, aunque ahora están impecables para descorchar.
1) Pago de Otazu Chardonnay con crianza 2019
Bodegas Otazu/ D.O. Pago de Otazu
Volvemos sobre este vino por su excelente calidad y, para su categoría, una magnífica relación calidad- precio. Uvas chardonnay vendimiadas manualmente en viñedos seleccionados y propios. Fermenta en barrica de roble francés- de distintos bosques- y se cría en éstas durante seis meses con bâttonage semanal de lías. Un blanco elaborado por Bodegas Otazu de manera preciosista con excepcionales resultados. Untuoso, con frutas maduras, tonos ahumados y especias en un feliz ensamblaje.
Buena acidez y un final largo y profundo en boca. Preciosa etiqueta con Guardianes, de Xavier Mascaró, que reivindica la presencia del arte en esta bodega (con una fabulosa colección). Un vino que se engrandece sorbo a sorbo. Gastronomía: Sostendrá una carne roja asada, desde un roast- beef a un vitello tonnato (con salsa de anchoas). Por supuesto, para pescados, especialmente los azules.
2) José Pariente Cuvée Especial 2020
Bodegas José Pariente/ D.O. Rueda
PVP recomendado: 29 euros (mágnum, 58,60 €)
Un verdejo procedente de dos viñedos que datan de 1930, plantados en vaso. Vendimia manual y segunda selección en mesa, se macera la uva durante 12 horas; después fermenta y se cría sobre lías durante once meses en depósitos ovoides de hormigón, lo que resulta toda una novedad.
Un vino magnífico, de gran complejidad, muy mineral, que resulta largo y suave en boca para la crianza que tiene, lo que es todo un mérito de la bodega. El formato mágnum (sólo 180 botellas) es muy recomendable si sois cuatro personas; en formato 75 cl. hay 6.0006 botellas. Gastronomía: Soberbio para carnes de ibérico o ternera guisada, especialmente en salsas blancas. En el aperitivo hará muy buen papel, especialmente con los quesos.
3) Terra Remota Chenin Blanc 2021
Bodegas Terra Remota/ D.O. Catalunya
PVP recomendado: 45 euros
Se acaba de presentar esta añada, con nueva etiqueta a cargo del artista visual Julien Carreyn. Un monovarietal de chenin, una uva poco extendida en nuestro país, que comercializan bajo la D.O. Catalunya debido a que no está admitida por el Consejo Regulador de D.O. Empordá, donde radica la bodega. Sin embargo, Emma y Marc Bournazeau han demostrado que en sus tierras graníticas da vinos espléndidos.
Algo fácilmente constatable en este vino tan especial, elegante y sofisticado como su etiqueta, encargada exprofeso para él. Una edición limitada a 3.200 botellas, elaborado en ecológico (certificado por el agricultor) en huevo de hormigón y barricas de roble francés. Posee un toque cítrico, mineral, es un vino fresco pero amplio y largo, muy refinado. Posee gran potencial de evolución. Idóneo para las ostras (en general todos los bivalvos) y el caviar… en general platos de intenso sabor marino. También con verduras potentes, como la lombarda, dará juego.
4) Chivite Colección 125 Blanco 2019
Bodegas J. Chivite Family Estates/ I.G.P. 3 Riberas
Un gran blanco desde que salió al mercado y que, tras la compra de Chivite por Bodegas Perelada, sigue manteniendo su calidad año tras año. Un vino de parcela- Finca Legardeta- donde la chardonnay crece en condiciones excepcionales. Vendimia manual y uvas prensadas a baja presión seleccionando el mosto yema que pasa a barricas donde fermenta y se cría con sus propias lías durante un año.
Posee una gran personalidad, es refinado e intenso, denso y con volumen en boca sin renunciar a cierta frescura, lo que es el ideal. Gastronomía: Su fortaleza lo hace perfecto para aves, con platos navideños como el pavo relleno, la pularda y asados de cordero.
- Precio en Amazon de la añada 2016 85,99
5) Blanco Nieva Martúe 2020
Bodegas Martúe/ D.O. Rueda (Gran Vino de Rueda)
PVP recomendado: 24 euros
Es el primer “Gran Vino de Rueda” de esta bodega, nueva categoría de la D.O. Rueda para sus mejores vinos. Una casa con larga tradición de buenos vinos que, con ésta referencia, confirma una vez más su categoría. Vides centenarias y en pie franco de verdejo, provenientes de parcelas seleccionadas.
Elaborado únicamente con mosto yema sin prensar y criado sobre sus lías y con un 25% en barricas de roble francés durante 12 meses y otros 10 reposando en botella. Exclusivo, diferente, innovador y un excelente precio para su calidad. La mejor verdejo para un blanco excepcional. Gran potencial de guarda. Gastronomía: Muy adecuado para pescados al horno hechos a la espalda (con ajos y guindilla) o que lleven salsas consistentes. También maridará muy bien con cocina oriental de salsas agridulces.
Cinco grandes vinos blancos españoles que harán muy buen papel en tu mesa como única elección a lo largo de una misma comida o cena.
Nota: Ninguno de los vinos mencionados se han seleccionado por motivos comerciales, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.
Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.
Antes de los 80, en España, se bebían vinos blancos con crianza, pero a finales de los 70 surgió la moda de los vinos extremadamente jóvenes y excepto Murrieta, López-Heredia y algún otro, todos eran vinos “frutales” y claro, surgió la moda de tomar vino tinto con cierto tipo de pescados. Poco a poco las aguas volverían a su cauce: fermentación en barrica, fermentado sobre lías, algo de crianza, etc. Se trataba de darle a los vinos algo más de entidad y ahora se vuelve a los orígenes, eso sí, en algunos casos, mejor hechos, y los blancos no sólo se vuelven a tomar con todo tipo de pescados, sino que incluso se recomiendan para algunas carnes… Lo cual tiene su lógica ya que son algo más ligeros que los tintos, sobre todo si se empeñan en que bebamos tintos con una graduación similar a la de los vinos generosos. Espero que los tintos también vuelvan a sus orígenes y se empiecen a hacer vinos con una graduación “normal”.