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De la gabardina al #fotopene. Así ha evolucionado el exhibicionismo machista

Mujer con cuenta en redes sociales, un avatar personal atractivo y con mensajes directos abiertos. Lo que para muchos hombres es normal para una mujer puede llegar a ser una auténtica tortura. Si además a esa mujer le gusta hacer libremente comentarios sobre sexo o es un rostro conocido está perdida. Hordas de sementales acudirán a exhibirse a su perfil para intentar llamar su atención al grito de ¡SE LO HA BUSCADO!

Esta 'danza sexual' del macho anónimo con redes sociales es un acoso en toda regla. Como la gabardina sin ropa de los años ochenta.

"Yo abrí hace poco mi cuenta de Facebook que cerré porque no tenía filtro y me parecía mal rechazar las peticiones de amistad de la gente. No te haces una idea de la cantidad de #fotopenes que recibía para "seducirme." 

Esto nos cuenta en privado una antigua presentadora de televisión con una presencia muy activa en redes sociales. Pero casi ninguna mujer se libra.

La libertad de dejar tu perfil abierto no significa que se pueda acosar, mandar o preguntar por privado lo que te de la gana y a quien te de la gana. Falta tacto y sobra opinión. Del mismo modo que el piropo callejero  —casi la mitad de los españoles opinan que el acoso disfrazado de piropo es aceptable— todas las opiniones no solicitadas, aunque se disfracen de halagos, sobran. Y las de hombres desconocidos sin escrúpulos que deciden entrar en tu intimidad mandando fotos y obscenidades, las primeras.

Realidad aumentada no solicitada

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La impunidad del anonimato en redes sociales ha multiplicado este exhibicionismo por mil. Parece un comportamiento normalizado y menos lesivo que el exhibicionismo callejero de toda la vida pero, sin embargo, es mucho más fácil de denunciar por todas las huellas que deja.

Denuncia

https://twitter.com/laiamarques/status/687621726365184000

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La actitud exhibicionista no es nueva, es un delito que viene de lejos y está asociado al ramalazo sexista de la sociedad. Hace unos días la usuaria @PatataDaltonica —especializada en dar visibilidad al espectro machista de Twitter— lanzó una pregunta a todas sus seguidoras para demostrar que el exhibicionismo ha sido y es todavía un problema endémico:

https://twitter.com/LaSrtaCuerda/status/845662256918618112

https://twitter.com/ClaraManrique/status/845660351324655616

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La colección de respuestas fue brutal. Muchas de ellas por privado. Y es que denunciar estas experiencias siempre lleva al mismo callejón sin salida (y con un hombre y su gabardina al final). 

casos

Muchas mujeres son acusadas de inventar y mentir para llamar la atención y no les compensa.

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https://twitter.com/Nacosador/status/845702378540220425

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Toda mujer ha vivido de alguna u otra forma una experiencia exhibicionista y acosadora. En el metro, en el parque, en el colegio, en un aparcamiento...  

No hay ningún argumento que justifique el envío de la foto de un pene a alguien que no lo haya pedido, ninguno.

La misma presentadora —ahora en un programa exitoso de radio— que nos contaba su #fotopene antes nos relata ahora su experiencia fuera de redes:

  "A todas nos ha pasado algo. A todas. Pero estamos tan acostumbradas que al final pasas, no dices nada, no te quejas, e intentas olvidarlo. Y no te quejas porque las consecuencias pueden ser mucho peores.

Te cuando tres: 

  Hace años, debería estar terminando la carrera, unos tíos de mi edad —entonces unos 20 años— se sentaron en el bus en los asientos en paralelo al mío. Uno de ellos se sacó la polla y empezó a masturbarse y a sisearme para que le mirase, el otro se reía... me levanté para cambiar de asiento y el tipo se levantó y me rozó todo el muslo con la polla mientras yo corría hacia delante... al final me bajé.

  Otra. Salgo del parking, 5:30 de la madrugada, dos tíos empiezan a seguirme piropeándome. Les digo que me dejen y salen a correr detrás de mí llamándome puta, creída y mil burradas más. Los tacones no me daban para más...llegué al curro al borde de las lágrimas.

 Hace un par de año en la verbena de la Paloma. Bajo a los lavabos de un bar y al subir la escalera me tocan, desde atrás, el coño [sic]. Si no hubiese llevado bragas el tío me habría metido el dedo. Me giro y le doy al vuelo una torta en la mano, me encaro con él y me agarra de la muñeca con fuerza y me dice que me tranquilice, y sus amigos empiezan a empujarme para que me fuese mientras se reían. Y así todo. Pasa mucho. Muchas veces...

Hablamos con José Luis Prieto, abogado especializado en violencia de género, centrado en el colectivo LGTB y que hace poco publicó en su cuenta personal un hilo esclarecedor sobre cómo denunciar este exhibicionismo; sobre todo el digital:

"Según el Código Penal el exhibicionismo es delito cuando concurren las siguientes circunstancias, todas a la vez:

  1. Está dirigido a menores o personas con afectación de su madurez.
  2. Hay voluntad del autor de utilizar de ese modo a dichas personas con finalidad sexual (así, por ejemplo, no es exhibicionismo el nudismo)

Cuando no se da alguna de ambas circunstancias, es infracción administrativa, según la Ley de Seguridad Ciudadana. La redacción de ésta (conocida como Ley mordaza) es tan abierta que daría lugar a multas por mero nudismo"

Por lo tanto, si eres menor y alguien te manda una foto de sus genitales con voluntad de usar la el envío con finalidad sexual, no estamos hablando de una mera infracción administrativa por nudismo, están cometiendo un delito según el artículo 185 del Código Penal y se puede denunciar a la policía. Pantallazos y a comisaría.

¿Qué pasa si no eres menor pero alguien aprovecha los mensajes directos para acosarte mandándote fotos demasiado 'personales'? Como cuenta muy bien José Luis, aunque no se sepa la identidad ni domicilio de quien la envía, la policía judicial sabe cómo buscarla incluso desde el extranjero. Existe el llamado "auxilio judicial internacional" para que, aunque sea muy lentamente, desde fuera se faciliten datos:

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"Soy partidario de denunciar en comisaría: ellos lo remiten al órgano gubernativo o si consideran que es penal, al juzgado correspondiente
Porque imagina que concurren otras tipificaciones como la de acoso (172 del C.P) o el stalking (172-ter del C.P)" Nos comenta Jose Luis por privado.

A veces hay mujeres que de la ofensa construyen una lección, a sabiendas de que la infracción administrativa será menos ejemplarizante. Acosos que se convierten en escarnios públicos.

Es el caso de esta tuitera que decidió hacer público su lección de #fotopene:

Fotopene con final feliz

Pero es una minoría. La hostia al que te mete mano en la discoteca o al que te envía la foto de sus genitales tiene sus riesgos y no todas las mujeres están dispuestas a correrlos. El silencio o el anonimato es la respuesta común a un problema estructural de largo recorrido.

Quien crea que esto son solo casos aislados que pregunte a las mujeres que le rodean (si aún tiene, claro).

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