Casi 300.000 votantes más. Este es, según los expertos demoscópicos consultados por Vozpópuli, el potencial electoral de fijar la edad mínima para votar en 16 años. El Gobierno está impulsando en el Congreso el debate para rebajar la edad del sufragio. La coalición quiere modificar la ley antes de que termine la legislatura, aunque no es optimista. De llevarse a cabo esta reforma, los partidos más beneficiados serían Podemos y los radicales independentistas. Pero también Vox. En todo caso, como señalan las mismas fuentes, ni el bloque de la izquierda ni el de la derecha darían un golpe de efecto en las urnas gracias a este voto joven.
El asunto de la edad de sufragio está en la mesa de la subcomisión creada en el Congreso para estudiar cambios en la Ley Electoral. Esta mesa, de hecho, nació para acabar con el voto rogado, cuya derogación se aprobará en los próximos días. El Ejecutivo también recoge el planteamiento sobre la rebaja de la edad de voto en la 'Estrategia de la Juventud 2030' que aprobó hace dos semanas.
La idea, sin embargo, no es nueva. Ya en 2016, ERC llevó la iniciativa a debate en el Congreso, pero se chocó con el rechazo del PP, Ciudadanos y PNV. Unidas Podemos lo planteó en su programa electoral para los comicios generales de abril de 2019. Hace algo más de un mes, fue Más País-Equo quien reclamó el cambio. El sistema electoral español se rige por la LOREG desde que entró en vigor en 1985. La normativa establece que "el derecho de sufragio corresponde a los españoles mayores de edad". Y es la Constitución, en su artículo 12, la que fija la mayoría de edad a los 18 años. Los de Íñigo Errejón, por ejemplo, propusieron retocar la Ley Electoral como vía para otorgar ese derecho a los jóvenes de 16 y 17 años.
¿A qué partidos votarían estos menores de edad?
En España, la horquilla de los 16 y 17 años la representan entre 975.000 y 990.512 personas. Esto supondría un 2,5% más de censo. Pero si algo caracterizaría a este grupo de edad es su gran abstención, según coinciden las empresas de demoscopia consultadas -Hamalgama, GAD3 y DYM-. Sólo votaría 1 de cada 3 potenciales votantes. Es decir, el cambio electoral se traduciría en algo menos de 300.000 nuevas papeletas. Los grandes beneficiados serían los partidos de la extrema izquierda, las formaciones radicales independentistas y la extrema derecha, sostienen las consultoras.
El responsable de Hamalgama, José Ramón Lorente, señala que el PP y el PSOE no obtendrían ni el 30% de estos votos. "Es un voto antisistema", asegura. El 70% restante -indica- se lo repartirían entre Unidas Podemos, Vox, ERC o la CUP. En cualquier caso, el experto demoscópico considera que bajar la edad legal para votar no ocasionará "un vuelco electoral".
Entiendo que [la reforma de la edad del sufragio] se debe plantear más desde otros términos, como los de que un joven que tiene derecho a casarse o a trabajar debería tener derecho a votar, pero sacar rédito electoral es más complicado"Marta Marcos, consultora de GAD3
A esta misma conclusión llega Marta Marcos, consultora de GAD3: "Esta franja de edad no supone un aumento real de la participación que les pueda beneficiar [a los partidos que lo plantean] tanto como consideran". "Entiendo que [la reforma de la edad del sufragio] se debe plantear más desde otros términos, como los de que un joven que tiene derecho a casarse o a trabajar debería tener derecho a votar, pero sacar rédito electoral es más complicado", recalca. La socióloga también cree que la reforma favorecería a Vox, pero no tanto como a Podemos, Más País o a los partidos independentistas radicales. Los de Santiago Abascal -matiza-, cuentan con un voto adulto que no tienen los morados.
Carlos Clavero, presidente del Instituto DYM, defiende que una ampliación del censo electoral joven podría repercutir más en regiones como Cataluña, reforzando los "posicionamientos" de ERC. "Según el tipo de mensajes y el acontecimiento, debería tener influencia", agrega.
"Maleables", "emocionales" y "radicales"
Los expertos en demoscopia trazan el perfil del potencial votante de 16 y 17 años basándose en las características de aquellos que tienen entre 18 y 24 años. Según Clavero, los neurocientíficos defiende que, a edades tan tempranas, las personas todavía son inmaduras. "Tienen dificultad para posicionarse ideológicamente porque están muy separados de la política, les interesa muy poco", afirma. El presidente de DYM hace hincapié en que este grupo de población es sensible a los mensajes simples y al like y dislike, pero no a un mensaje con contenido formal.
"En estas edades, el electorado es más radical. Se cree que todo es blanco o negro. Es gente muy maleable", apunta Lorente. Por ello, añade el responsable de Hamalgama, el PP y el PSOE son los partidos mayoritarios a medida que aumenta la edad del electorado.
Según Marta Marcos, los jóvenes votan desde razonamientos más emocionales porque aún no tienen las mismas obligaciones que un adulto, que sí que es consciente de que con su voto "puede decidir" cuestiones del día a día. La fuerte abstención en este grupo de edad, indica la consultora de GAD3, también se debe a que utilizan otras maneras de participación política, como el activismo, las manifestaciones o los debates.
