Desde el año 2020 el consumo por internet se ha incrementado un 5%, según apunta Eurostat. Podríamos pensar que el repunte se produjo a raíz de la pandemia, pero la realidad es que la curva fue mayor entre 2014 y 2019, con una diferencia de 15 puntos a lo largo de estos cinco años.
Según los datos aportados por el INE, el 56% de la población española entre 16 y 74 años ha realizado una compra por internet, casi medio punto más que en 2022.
Los productos más comprados son ropa, zapatos o accesorios (por el 39,5% de la población), entregas de restaurantes, de comida rápida y catering (23,4%) y cosméticos, productos de belleza o bienestar (19,1%).
Otro de los servicios que más se adquieren por línea son las suscripciones, películas o series en streaming, y entradas de eventos culturales.
Además, un 26% de las compras online pertenecen a algún servicio de alojamiento o de transporte, lo que supone un incremento de 5 puntos respecto a 2022.
¿Supone el auge de las compras online una decadencia del comercio físico?
El 31,7% de las empresas en España ya tienen servicio de ventas por internet, siendo los servicios de alojamiento, alimentación y venta y reparación de vehículos los que más recurren a este sistema. Aunque los datos no son favorables para el comercio físico, cada vez están estudiando más fórmulas para convivir con el e-commerce y conseguir mantenerse y diversificar su clientela.
Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.
El talón de Aquiles de las compras online es el servicio de entrega. De nada vale comprar un buen producto a un buen precio, que el vendedor lo despache pronto si luego el transportista es un desastre: lo entrega tarde ( cuando no lo pierde), en malas condiciones y sin hacer una posibilidad real de seguimiento. Viví hace algo más de 30 años en E.E.U.U. y allí, lo que se llamaba entonces "compras por correo" funcionaba que daba gusto, mientras que hoy en día, en España y en ocasiones, son un desastre; dependen, generalmente,de la actitud del repartidor de turno.