Teresa Rodríguez crece en Andalucía gracias al lío de Podemos: "La gente cree que nos votan"

La candidatura de Adelante Andalucía, que encabeza la anticapitalista Teresa Rodríguez, está creciendo en intención de voto gracias, en parte, al lío que 'apartó' a Podemos de la coalición Por Andalucía. Las encuestas de Hamalgama Métrica publicadas por Vozpópuli refrendan el aumento y el propio instituto lo achaca a que los electores creen que Rodríguez se presenta por los morados; algo que los de Ione Belarra también atribuyen a la 'exclusión' impuesta por Izquierda Unida y Más País, según explican a este diario fuentes moradas.

"Como no hay ni un solo elemento simbólico que asocie a Inma Nieto con Podemos, nos estamos encontrando con que es Teresa Rodríguez quien está capitalizando las ganas de votarnos. La gente cree que nos votan si eligen a Rodríguez. Y todo por la obsesión de Izquierda Unida y de Más País de sacarnos de la ecuación", sintetiza a este diario una fuente de Unidas Podemos con mucho peso.

Los datos de los sondeos publicados por Hamalgama Métrica ponen negro sobre blanco la situación. En la oleada de mayo, la intención de voto de Por Andalucía era del 8% y la de Adelante Andalucía era del 3,3%. Un mes después, los de Inmaculada Nieto solo mejoraron un 0,3% su intención de voto (8,3%), mientras que Teresa Rodríguez 'explotó' hasta el 5,5%. Es más, el equipo del instituto de opinión, con los datos en la mano, asegura que a Adelante Andalucía le faltaría una semana más para alcanzar a Por Andalucía.

Una mala campaña

Lo cierto es que Inmaculada Nieto no está haciendo su mejor campaña, según reconocen a este diario fuentes de Unidas Podemos, que lamentan que Izquierda Unida terminara imponiendo a su candidata frente al diputado de Podemos por Cádiz, Juan Antonio Delgado. "Teníamos un candidato mejor, objetivamente. Pero la política es así. Ahora todos tenemos que apechugar con el resultado", concede a este diario una fuente de Podemos.

Tal es el miedo que está aflorando en el denominado espacio del cambio que la lideresa morada en Moncloa, Yolanda Díaz, se implicó como nunca el pasado fin de semana para intentar dar la vuelta a los sondeos. La 'dama roja' teme que, si se cumplen los pronósticos de la mayoría de encuestas, la izquierda andaluza se vestirá de luto la noche del 19 de junio. Y pese a que intentó aislarse del fiasco de la creación Por Andalucía, como informó este diario, un previsible mal resultado la hará tomar medidas contra Izquierda Unida, encargada de la campaña.

Los morados, que denuncian una entente entre IU y Más País para dejarles aislados, volvieron a sentirse víctimas del mismo acoso. Pero con los actos de campaña y con el baile de nombres que han arropado a la candidata, Inmaculada Nieto. Y es que el líder de Más País, Íñigo Errejón pidió a Izquierda Unida que no hubiera "bajo ningún concepto" ni un solo miembro de Podemos en los actos. E Izquierda Unida no puso pega alguna a los deseos del líder de Más País. Cosas como esas, razonan fuentes de Podemos, son las que están confundiendo el voto y desviándolo hacia Rodríguez.

El pasado morado de Rodríguez y la cara en la papeleta

Cabe mencionar que la anticapitalista Teresa Rodríguez, que rompió con Podemos tras sellarse la entrada de los morados en Moncloa de la mano del PSOE, intuía el lío con el que nació Por Andalucía. La anticapitalista, según ha sabido este diario, constituyó su candidatura ante el Ministerio del Interior con un logo especial: su imagen. Rodríguez recurrió a la estratagema del exlíder de Podemos Pablo Iglesias cuando inició su asalto al sistema en las elecciones europeas de 2014. En plata, la anticapitalista se está beneficiando de su pasado morado en plena guerra de la izquierda que la tiene sumida en un recelo perpetuo.

Y es que Unidas Podemos no supo nada de la marca 'Sumar' hasta que salió en prensa. El partido se tomó mal no saber que el equipo de la vicepresidenta inició en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior el proceso para disponer de una estructura que sirva de paraguas para "organizar el proceso de escucha". La vicepresidenta segunda, que ya tiene una herramienta jurídica para alquilar espacios y organizar recursos al margen de los partidos del espacio de Unidas Podemos, se la juega. La izquierda espera que el campo de rosas que anhelan no termine siendo un tomillar.