El historial fugitivo del sicario de Vidal-Quadras dificulta a la Policía su rastreo internacional

Mehrez Ayari cuenta con una dilatada experiencia como prófugo de la Justicia. Las autoridades francesas siguen su rastro desde hace más de un año por un crimen que tuvo lugar en las inmediaciones de París. Desde entonces, este franco-argelino, principal sospechoso de la Policía Nacional por perpetrar el atentado contra Alejo Vidal-Quadras, permanece en paradero desconocido. Su historial vinculado a la clandestinidad dificulta su rastreo internacional, ante la principal hipótesis de que pueda haber abandonado España tras el intento de asesinato del expolítico español.

Fuentes próximas a la investigación detallan a Vozpópuli que Mehrez Ayari, ya identificado como el sicario implicado en el complot contra Vidal-Quadras, cuenta con una sólida red de apoyos que le ayuda a mantenerse como prófugo de la Justicia. Su perfil no es como el de otros criminales o delincuentes, que pasan a la clandestinidad tras incumplir la ley; este franco-tunecino de 37 años era ya prófugo antes del intento de asesinato, lo que le aporta la experiencia necesaria para mantenerse en el anonimato.

El rastro de Mehrez Ayari se dibuja en el último año por diversos países europeos y africanos, en una constante huida de la Justicia. En concreto, se le ha llegado a ubicar en Bélgica, Francia, Túnez y Marruecos hasta por fin llegar a España, para asumir el papel de sicario en el atentado.

Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, ni siquiera que hubiera podido refugiarse en algún piso franco en España. Este planteamiento, no obstante, va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo: sin llegar a consumar el asesinato, no habría ingresado la cantidad acordada y tampoco contaría con apoyo logístico del resto de los miembros del complot.

Así, el foco de los agentes de la Policía Nacional de la Comisaría General de Información y de la Brigada Provincial de Información de Madrid, constituidos en un equipo común para esclarecer el caso, vira hacia el sur. En concreto, hacia Túnez, Libia, Marruecos o incluso hasta Mauritania.

Experto en la clandestinidad

Pero Mehrez ya conoce los vericuetos de la clandestinidad. Sabe moverse sin llamar la atención y cuenta con apoyos que facilitan su ocultamiento. Más aún si su destino está en Túnez, donde habría vivido una parte significativa de su vida. También conoce cuáles son los límites de su actividad y qué pasos en falso debe evitar para no llamar la atención.

Es en este punto donde los investigadores depositan su confianza en dos herramientas clave para localizar al sicario de Vidal-Quadras. La primera se centra en la orden de busca y captura dictada por la Audiencia Nacional, que propiciaría la incorporación de la ficha de Mehrez Ayari a los sistemas de Europol e Interpol, que probablemente publicarán su rostro en busca de colaboración ciudadana.

La presencia del sicario en estas bases de datos también estrechará el cerco en torno al franco-tunecino de 37 años, en tanto que las alertas saltarán en caso de tratar de montar en algún avión en el extranjero o de intentar cruzar alguna frontera ajena a España. Este sistema de notificaciones ha permitido la detención de incontables prófugos de la Justicia, ya sea en nuestro país o en el exterior.

El segundo elemento que sustenta la confianza de los investigadores es la buena relación que mantienen con las fuerzas de seguridad del norte de África, basada en décadas de colaboración en materia migratoria, de terrorismo yihadista o de cualquier otro tipo de actividad delictiva. Según ha podido saber este diario, España ya ha compartido con estos países la información que maneja sobre el sicario de Vidal-Quadras, advirtiendo de que se trata de uno de los criminales más buscados por la Policía Nacional.

El puzle del caso Vidal-Quadras

Las fuentes próximas al caso mantienen su confianza en que, antes o después, acabarán por capturar a Mehrez Ayari, ya sea fruto de la colaboración policial o por algún error en que el prófugo pueda incurrir durante su clandestinidad. Pero, por el momento, y a pesar de la cantidad de recursos y esfuerzos dedicados al caso, no hay un horizonte inminente para la detención.

Con todo, los agentes consideran que el sicario no es más que la pieza de un puzle mucho más grande. Aún se investiga el material intervenido en el apartamento de Lanjarón (Granada) donde residía junto a su pareja el joven chií, ambos detenidos en el marco de la investigación. A él se le presupone el papel de coordinador del atentado, si bien se sospecha que no sería más que un intermediario en un complot aún mayor.

El tercer detenido -en este caso, en Fuengirola (Málaga)- es el propietario de la motocicleta que el sicario empleó en el atentado y que posteriormente apareció calcinada en un polígono industrial de Fuenlabrada. Al igual que la pareja del chií, ha quedado en libertad con la obligación de presentarse en el Juzgado dos veces al mes y de entregar su pasaporte.