España

Sánchez alza un muro contra Feijóo y se lanza a hacer la oposición a los gobiernos autonómicos del PP

Pedro Sánchez se presenta como único garante de la democracia en España, Feijóo le acusa de corrupción, Abascal de golpista y los independentistas catalanes confirman que explotarán las necesidades del PSOE en busca de la autodeterminación

Sánchez alza un muro contra Feijóo y anuncia un Gobierno frentista contra las comunidades del PP
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de investidura. Flickr PSOE

La investidura de Pedro Sánchez en noviembre del 2023 es un punto de inflexión en la Historia democrática de España. Es un punto, está por ver si final o aparte, a la Transición, pero un punto en todo caso. Y el inicio de un periodo de choque institucional permanente entre el PSOE, su izquierda y todos los nacionalistas y separatistas, de un lado; y el PP, Vox y otras pequeñas formaciones de centro derecha, de otro.

La primera jornada del debate de investidura del candidato socialista ha alcanzado el clímax de este nuevo escenario, que viene fraguándose desde la moción de censura que aupó a Sánchez a La Moncloa en 2018. Todo ha sido bronco y feo, sin el más mínimo resquicio al entendimiento.

Y ha sido así porque el candidato a presidente, el que debe gobernar para todos los españoles -le hayan votado o no- ha levantado un muro contra el PP al plantear ante el Congreso la disyuntiva de que la elección es entre él y el caos. O ellos o nosotros. El todos ha brillado por su ausencia. La respuesta a su pregunta, retórica por supuesto, ha sido que lo mejor es él mismo. O sea Sánchez. Y que todo lo cedido son "circunstancias" y el famoso "hacer de la necesidad virtud" ante el resultado electoral. El líder del PSOE recabará el jueves el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara gracias a sus alianzas y a una polémica ley de amnistía para afrontar un nuevo mandato de cuatro años.

El presidente del Gobierno ha dedicado la primera hora de su discurso a atacar al partido que ganó las elecciones en julio, el Partido Popular (PP). Ha cuestionado la legitimidad de su programa de Gobierno y las políticas que lleva a cabo en las comunidades autónomas donde lidera esa responsabilidad -12 de 17-. Pero no solo ha deslegitimado estas políticas, como las bajadas de impuestos, sino que ha anunciado que su Ejecutivo las combatirá activamente, especialmente en las cinco regiones donde hay coaliciones PP-Vox pero también en Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso gobierna en solitario. Sánchez ha criticado a Ayuso en varias fases de su intervención.

Sánchez y el "muro"

"El único muro eficaz contra las políticas de la ultraderecha en comunidades y ayuntamientos ha sido el Gobierno de coalición progresista de España", ha dicho. "Mientras sea presidente del Gobierno, toda la fuerza del Estado se dedicará a defender los valores democráticos y las libertades y los derechos de los españoles. Ni un solo retroceso, ni una sola involución, ni un paso atrás va a contar con el beneplácito ni con la indiferencia del gobierno de España. Ninguno".

Sánchez ha pasado por la amnistía de puntillas. A la hora de hablar de los independentistas ha usado varias veces la palabra concordia, término que ha brillado por su ausencia al referirse a la oposición. Ha culpado al PP del golpe del 2017 y ha insistido en la constitucionalidad de la ley. Ha ignorado cualquier crítica, venga de la oposición, de la calle, del Poder Judicial, de los diplomáticos o de los altos funcionarios del Estado. El presidente ha dicho que la amnistía es constitucional y que se lo agradeceremos en el futuro. Y a otra cosa.

El discurso de tierra quemada de Sánchez ha abonado el hemiciclo a la salida posterior de Vox. Y también al discurso de Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP ha hecho un repaso a las principales contradicciones del presidente del Gobierno en materia de pactos, amnistía o proyecto de país. La colección de cambios de opinión de Sánchez es tan amplia que abarca ya casi cualquier materia. Y Feijóo ha recitado varias ante el delirio de la bancada popular, que coreaba a su presidente en cada una de ellas. Le ha afeado los "insultos" a las autonomías del PP. Y ha afirmado que su partido estará en frente del PSOE en la defensa de una "España de ciudadanos libres e iguales".

Feijóo: "Amnistía es corrupción política"

Feijóo ha enmarcado la amnistía en un acto de "corrupción política" por "vender el interés general a cambio de intereses personales". Y ha lamentado que Sánchez convierta España en una especie de "paraíso judicial para independentistas" por siete votos: los de Carles Puigdemont. El líder popular ha asegurado que esta ley es un golpe a la separación de poderes nacida del único interés de los que delinquieron, que va a "aplastar" a las catalanes constitucionalistas.

"¿Alguien me puede explicar qué convivencia se puede alcanzar dejando a media España fuera?", se ha preguntado Feijóo. "Está iniciando un cambio de nuestro modelo de Estado autonómico por la puerta de atrás para sustituirlo por otro asimétrico e insolidario. Está atacando la separación de poderes, pilar de cualquier sistema democrático. Y, sobre todo, está dispuesto a consumar el mayor retroceso de derechos de los ciudadanos desde la Transición".

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha redoblado la apuesta, como por otra parte era de esperar. Abascal ha acusado a Sánchez de preparar "un golpe de Estado". "Acuso al señor Sánchez de tratar de subvertir el orden constitucional y de preparar un golpe de Estado con la connivencia de las minorías separatistas. No es dialéctica. Hitler también llegó al poder con unas elecciones y solo después maniobró para liquidar la democracia", ha dicho.

Los 33 diputados de Vox han abandonado el hemiciclo en la réplica del presidente. Y se han unido a los manifestantes que había congregados en la plaza de Neptuno, cerca de un Congreso vallado y protegido por miles de agentes de la Policía Nacional, para marcharse posteriormente a la protesta de cada noche en la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid.

Junts: "Ni diálogo ni reconciliación"

El turno de los partidos independentistas para cerrar la jornada del miércoles ha transcurrido como se esperaba. Ni examen de conciencia, ni nada que se le parezca. Tanto ERC como especialmente Junts per Catalunya (JxCAT) han dejado claro que harán valer la dependencia que el Gobierno tiene de sus votos durante la legislatura. El portavoz republicano, Gabriel Rufián, ha dicho que le han "obligado a acabar con la represión", en relación a la amnistía, y que "quizá le obligarán a un referéndum".

Junts, por su parte, había sobreactuado antes de su intervención aireando su descontento por algunas palabras de Sánchez en el turno de mañana. Miriam Nogueras ha esgrimido la panoplia completa de Puigdemont en contra del España: la lawfare, la represión, etc. Y ha advertido al presidente que no "hay diálogo ni reconciliación" en el pacto. "El mandato del 1-O sigue vigente", ha asegurado. "La independencia es irrenunciable para nosotros. Decir que esto es pasar página es engañar a los ciudadanos".

Nogueras ha afirmado que el incumplimiento del pacto haría que sus siete diputados, imprescindibles en la legislatura, no apoyasen las iniciativas del Gobierno. Sánchez, en una respuesta muy breve, ha dado su palabra de que al acuerdo PSOE-Junts, que incluye elementos muy polémicos como el lawfare, "se cumplirá".

Más información