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Yolanda Díaz busca 'in extremis' una mayoría alternativa sin Cs para "su" reforma laboral

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sabe que ya que cuenta con los votos para su proyecto estrella, ganarse a ERC es cuestión de ahora o nunca

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el pasado 14 de diciembre en el Congreso.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el pasado 14 de diciembre en el Congreso. EUROPA PRESS

Yolanda Díaz tiene por delante un jueves muy intenso. A las 15.00 está previsto que su proyecto estrella, la reforma laboral, logre la luz verde del Congreso de los Diputados. No obstante, este miércoles el Ejecutivo se garantizó su aprobación tras cerrar el 'sí' de los cuatro diputados del PDeCAT y los dos de UPN. Así, solo una foto sorpresa con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, puede desbaratar la mayoría con Ciudadanos que tanto le disgusta. La titular de Trabajo maniobra 'in extremis' para que los independentistas catalanes no se descuelguen.

Según fuentes gubernamentales moradas, la mayoría que a esta hora avala la reforma laboral no cambia nada en la coalición. Se trata, dicen, de una "victoria parcial" del PSOE en su intento por apartar a la izquierda soberanista del bloque de dirección de Estado que con tanto esmero armó el exvicepresidente segundo Pablo Iglesias. Eso si, los morados adelantan que ahora se la devolverán a los socialistas con leyes como Vivienda y la próxima gran batalla del Ejecutivo: la reforma fiscal.

Aún así, de no cambiar nada, el golpe político para Díaz y, por extensión, para Unidas Podemos será importante ya que tendrá que asumir el coste de pactar un andamiaje laboral con más votos de partidos de centro y de derecha (PDeCAT, UPN, Ciudadanos, Coalición Canaria, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe) que de centro e izquierda (PSOE, Unidas Podemos, Más País, Compromís).

Más votos del centro y la derecha que de la izquierda

Y es que ese era el flotador al que se agarró Podemos en un primer momento para defender la legitimidad de su reforma ante su electorado antes de los últimos 'síes' de conservadores catalanes y navarros. Lo cierto es que durante gran parte del miércoles, Yolanda Díaz y Gabriel Rufián, estuvieron reunidos en la Cámara Baja intentando lograr un acuerdo que el respaldo de la antigua Convergència, es decir la derecha catalana rival regional de los republicanos, ha hecho casi imposible. Pero a última hora ERC declinó sentarse a hablar, según fuentes moradas.

En verdad, el enfado de Podemos con ERC es muy importante. Es más, algunas fuentes del espacio morado atribuyen el 'no' de los republicanos a cálculos meramente electorales. En plata: Díaz tiene mucho tirón entre los votantes de ERC y el partido no quiere regalar nada al adversario. Y todo pese al órdago de los 'comunes', que amenazaron con dejar tirado al Ejecutivo de Pere Aragonès en la Cámara autonómica catalana.

Algunas fuentes moradas de alto nivel se esforzaron en señalar en el Congreso que ERC pide contrapartidas al equipo de Trabajo que de momento no puede satisfacer y dejaron caer una vez más que la negativa de Rufián obedece a los intereses electorales de Rufián y los suyos. Así, Díaz está atada por Moncloa, cuyo núcleo duro (Félix Bolaños), ha garantizado que no se tocará ni una coma del pacto al que llegaron empresarios y sindicatos en el seno del diálogo social.

El vacío de Alberto Rodríguez

Con las cuentas tan ajustadas, es probable que Yolanda Díaz mire con nerviosismo el asiento del exdiputado morado Alberto Rodríguez. Y es que Podemos lleva con uno menos en sus filas desde que el Congreso acató en octubre la inhabilitación que le impuso el Tribunal Supremo en la condena a un mes y quince días que le cayó por agredir a un agente de policía en 2014.

Ese asiento vacío puede poner en un brete al Gobierno y dinamitar los planes de Yolanda Díaz si alguno de los apoyos amarrados por el Gobierno se cae en el último minuto antes de la votación. En Podemos hay quien considera que el escaño sin rostro se trata de toda una ironía de esas que solo puede dar la política.

La guerra entre Díaz y ERC por la reforma laboral enfrenta a CCOO y UGT
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, conversa con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.Europa Press

Y todo porque la vicepresidenta segunda se mantuvo al margen en un primer momento de la cacería que, según Podemos, se lanzó contra uno de los suyos desde el Poder Judicial en consonancia con la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, a la que llegaron a pedir la dimisión y a anunciar una querella que luego se retiró y de la que Díaz dijo no tener ni idea pese a haberse notificado en el grupo que comparte con la dirección del espacio confederal, algo que sentó mal a los morados.

La broma rebelde

Más allá del escaño de Rodríguez, algunos miembros morados comentan a modo de broma que puede haber "errores" en la votación de este jueves de diputados "rebeldes". Y todo porque, recuerdan, en las filas moradas ya hay quien ha votado en conciencia, como quedó claro en la votación de los miembros del Tribunal Constitucional.

Yolanda Díaz ha pasado las últimas 24 horas intentando cuadrar una mayoría alternativa a la atada por el PSOE que se imponga "por su propio peso". Yolanda Díaz está intentando una jugada maestra similar a la que Pablo Iglesias orquestó con EH Bildu en los primeros presupuestos generales que alumbró la coalición. La foto con los abertzales movió todo. Una foto con los independentistas catalanes de ERC puede hacer lo mismo. Tic tac.

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