El referéndum de ERC no daría una victoria segura al independentismo: "Se vería división"

Para ERC, la eliminación de la sedición y la rebaja de la malversación no es suficiente. Quieren abrir otro melón: el de un referéndum de independencia pactado con el Gobierno de Sánchez. Los de Junqueras plantearon hace una semana las condiciones de una hipotética votación: voto desde los 16 años, participación mínima del 50% y un 55% de 'síes' para validar la victoria del secesionismo. Los expertos demoscópicos consultados por Vozpópuli, sin embargo, sostienen que el resultado de esta consulta pactada sería "muy ajustada", reflejaría la "división" de Cataluña y para nada una victoria segura del soberanismo.

Desde que anunció su apuesta por el referéndum, el partido independentista ha ido redoblando la presión sobre Moncloa. Los republicanos someterán su propuesta a la militancia en el congreso nacional que celebrará el partido el 28 de enero. Si logra el visto bueno de las bases, pretende negociar esta herramienta con el Ejecutivo en la mesa de diálogo. De hecho, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no cierra la puerta a plantear una reforma de la Constitución si es la vía para permitir esa consulta. Tampoco descartan la vía unilateral. "Organizar un referéndum no está en el Código Penal", argumentó Junqueras.

El Gobierno asegura que "no va a haber ningún referéndum, ni por vía unilateral ni pactada". Los socialistas consideran una "maniobra de distracción" la última exigencia de ERC y la achacan a su batalla con Junts por el voto independentista. Pero el PSOE sí que ve factible una consulta para ratificar los acuerdos alcanzados con los partidos políticos catalanes, siempre que no incluyan aventuras que violen la Constitución.

En cualquier caso, de salir adelante, la reforma del Código Penal rebajaría el riesgo de celebrar un referéndum ilegal de autodeterminación. Una convocatoria unilateral solo podría castigarse por rebelión (es decir, sí existe un alzamiento violento y público) o por "desórdenes públicos agravados", con penas más bajas. La malversación, por otro lado, diferencia ahora si quien comete el delito se lucró con ello o no, rebajando también el castigo penal.

55% de 'síes' y voto desde los 16 años

Los republicanos apuestan por una "pregunta clara, como la del referéndum del 1 de octubre de 2017". Proponen considerar que ha ganado el 'sí' a la independencia si hay un mínimo del 50% de participación y un 55% a favor de la independencia. Esta es la fórmula, según ERC, que se utilizó en el referéndum de Montenegro.

La novedad respecto al 1-O está en el censo electoral. Si en 2017 solo estaba permitido votar a los mayores de edad, en el referéndum que propone ERC podrían votar todos los mayores de 16 años que vivan en Cataluña. Los menores de edad que vivan en el extranjero no podrían participar en la consulta.

¿Voto a los 16? "No se entiende"

Preguntados por esta cuestión, los expertos en demoscopia no entienden por qué ERC se aferra al voto joven en una hipotética consulta. Es cierto que, en unas elecciones generales o autonómicas, los jóvenes de entre 18 y 24 años son los más emocionales y los que más se decantan por opciones radicales. Pero, en estos momentos, en el 'microclima' catalán, están en otra posición. "No se entiende [que ERC fije esta edad de voto como requisito], salvo como una medida desesperada. El núcleo más duro del catalanismo está entre los más mayores. Los más jóvenes no comparten ese rechazo, creen en el bilingüismo de Cataluña y son los menos propensos a votar", argumenta un analista electoral. La tesis de este especialista es que cada generación reacciona a la anterior. En el caso de Cataluña, los jóvenes se sienten "desprotegidos y desatendidos por los poderes públicos" y como una generación que vive peor que la de sus padres.

Carlos Clavero, presidente del Instituto DYM, coincide: "Quien más ha abandonado [la causa independentista] es la gente joven y, quien se mantiene, son los mayores de 65 años". Clavero sostiene que, pese a la insistencia en promover el catalanismo frente al castellano, un referéndum no recogería "mucho voto" de esta franja de edad.
Según José Ramón Lorente, responsable de Hamalgama Métrica, incluir a los jóvenes de entre 16 y 18 años supondrían 50.000 'síes' más de entre los tres millones de personas que votarían a favor de la autodeterminación y no "decantaría" el resultado.

Ni siquiera los datos del CEO, el 'CIS catalán', dan un escenario favorable al independentismo: el 'no' gana al 'sí' desde julio de 2019

Lorente, sin embargo, sí se explica por qué Esquerra quiere 'abrazar' también el voto más joven. Los últimos datos del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el 'CIS catalán', reflejan que entre los jóvenes de 18 y los 24 el independentismo es con más claridad la opción favorita. Sin embargo, también es la franja electoral que menos votos aglutina. La que tiene menos peso. Ni siquiera los datos del CEO dan un escenario favorable al independentismo: el 'no' gana al 'sí' desde julio de 2019.

Según los datos de población del Instituto de Estadística de Cataluña analizados por El Periódico, el censo para un referéndum con estas condiciones sería de 6.798.008 electores. Los republicanos proponen que el resultado solo se acepte si participa la mitad del censo: 3.399.004 personas. Por tanto, como fijan en un 55% el porcentaje de 'síes' para ratificar la victoria independentista, el soberanismo necesitaría 1.869.452 papeletas. Es decir, solo un 27,5% del censo electoral del referéndum.

Cabe recordar que en las autonómicas de 2021, donde la participación se desplomó al 51,29%, el bloque independentista -ERC, Junts, CUP y PDeCAT- sumó 1.443.273 electores. La cifra de papeletas fue inferior a los cuatro comicios autonómicos anteriores, pero supuso más del 50% de los votos contados y más escaños en el Parlament (74 diputados en total, 21 más que los del PSC, el PP, Vox y Cs juntos). El bloque constitucionalista, en concreto, logró 1,12 millones de votos, unos 800.000 menos que en 2017.

Un referéndum "muy ajustado"

Lo que tienen claro todos estos expertos preguntados es que, sí se llegara a celebrar un referéndum, el resultado reflejaría la división de la sociedad catalana. Nada de una victoria clara del independentismo. El presidente del Instituto DYM va más allá: en un referéndum pactado y con los partidos constitucionalistas movilizados, la participación alcanzaría un 80% y el independentismo obtendría un 40% de apoyo "como máximo". "Sin la motivación de los partidos constitucionalistas para ir a votar, [el referéndum] no llegaría al 50 por ciento de participación", sostiene.

Para el responsable de Hamalgama, el hecho de que ERC haya fijado en un 50% la participación necesaria demuestra que los republicanos saben que el resultado "estaría muy ajustado". "Cuando se escruten esos votos, se verá división".