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España

Rafael Amargo acusa a la Policía de torpedear la investigación: "Han intentado matarme con este juicio"

El bailaor ha negado los hechos que se le imputan y ha defendido que las drogas incautadas en su casa eran para consumo propio y no para vender a terceros

Rafael Amargo durante un juicio a la Audiencia Provincial de Madrid
Rafael Amargo durante un juicio a la Audiencia Provincial de Madrid EP

La Audiencia Provincial de Madrid ha acogido este viernes la última sesión del juicio contra el bailaor Rafael Amargo, acusado de vender droga de manera "persistente" en su casa del barrio madrileño de Malasaña. En el banquillo de los acusados ha estado escoltado -a ambos lados- por su socio, Manuel Ángel (alias Cubita), y por el productor teatral Eduardo de Santos. Esta jornada ha estado marcada por la declaración de los tres acusados que sólo han respondido a las preguntas de sus respectivas defensas.

La declaración del bailaor se ha centrado en acusar a la Policía y al Ministerio Fiscal de realizar una investigación deficiente y de aportar más indicios que pruebas. En primer lugar, Amargo ha negado los hechos que se le imputan y ha remarcado que todas aquellas personas que los investigadores sitúan en su casa como presuntos clientes, eran conocidos que iban a visitarle y, en ocasiones, a "consumir" en su vivienda.

El acusado ha señalado la existencia de presuntas irregularidades durante la investigación, además de en el momento del registro realizado en su casa y durante su detención. Por ello, en la misma línea el artista, nervioso y elevando el tono, ha afirmado que la Policía entró a su casa sin acreditar ningún tipo de documento y gracias a su colaboración: "Yo les di las llaves de mi casa porque no tenían orden judicial".

Además, Amargo ha señalado directamente a la fiscal presente en Sala y ha denunciado presuntas filtraciones a la prensa por parte de la Fiscalía que, según mantiene, han provocado que haya sufrido un acoso mediático continuado. "Yo me enteré que me iba a detener por la prensa", ha afirmado. El bailaor ha aclamado que su acusación ha agravado su estado mental el cual, unido a su dependencia a las drogas y su ingreso en prisión provisional, se ha visto perjudicado.

Amargo habla de su depresión

Al igual que ha mantenido ya en varias ocasiones, el bailaor ha confesado que el interés mediático desatado por su caso le ha hecho entrar en un estado de depresión que, incluso, le afectó para que no se presentase a firmar en los juzgados, hecho por el cual se decretó su ingreso en prisión.

No obstante, tras varios días sentado en el banquillo de los acusados, el artista ha inaugurado su declaración haciendo público su interés por comparecer ante los magistrados: "Estoy súper contento de estar aquí y voy a decir la verdad y toda la verdad de este delito provocado. Tengo muchas ganas de hablar".

Entre las reclamaciones que ha podido escuchar este viernes la Sala han destacado su denuncia con para su familia. Según Amargo, ha sido víctima de una presunta persecución policial que ha causado, importantes daños a sus seres queridos. "Me han arruinado la vida. Mi hijo jugaba en el Rayo Vallecano y ha tenido que dejarlo porque le acosaban diciéndole: 'Tú padre es un narcotraficante'", ha comentado.

Las palabras de Amargo han provocado cierto revuelo entre las butacas del público, donde se encontraban su mujer, Luiciana Bongianino, su padre y varios amigos de la familia. El bailaor ha manifestado en varias ocasiones sus ganas de denunciar lo que bajo su punto de vista ha sido una investigación policial inducida y una condena mediática que le ha hecho perder varios contratos de trabajo, incluso en Bollywood.

Supuesto acoso mediático

El artista ha hecho una mención especial a su padre, quien desde el fondo de la sala ha intetado bramar con un tenue hilo de voz: "¡Aquí estoy!". "A mi padre le ha costado casi la vida. ¡Me han arruinado la vida, han intentado matarme con este juicio!", ha aclamado el bailaor.

Seguidamente, Amargo ha defendido que nunca se ha dedicado a la venta de estupefacientes y que gracias a su trabajo como artista ha podido mantener sus finanzas en momentos complicados. "Yo lo único que hago es regalar mi generosidad y mi arte. Gracias a Dios, yo no tengo la necesidad por mi patrimonio y la ayuda que he recibido, que dedicarme a otra cosa que no sea a las artes escénicas y ser bandera y baluarte de España".

El artista ha hecho especial hincapié en el hecho de que debido a su generosidad genuina, su casa se convirtió en un lugar de encuentro para muchos de sus conocidos. Asimismo, ha hecho mención a un agente de policía que -según su testimonio- participó en el sumario del caso y que acudió en varias ocasiones a su vivienda para consumir junto a un trabajador sexual, habitual en las saunas del padre de Begoña Gómez.

De esta forma, Amargo ha intentado demostrar que la investigación ha estado viciada por la relevancia de su personaje público y que sus derechos han sido dañados. En la misma línea, ha declarado el productor Eduardo de Santos, acusado de actuar de manera "conjunta" con el bailaor en la compra y posterior distribución de sustancias estupefacientes.

En su declaración, el productor ha defendido que las drogas incautadas en su domicilio "jamás" han sido para su venta, sino que eran para consumo propio. El acusado ha explicado ante la Sala que las cantidades encontradas por la Policía se corresponden con "un acopio" propio de una persona drogodependiente. "Hice acopio de droga en el confinamiento, los que somos adictos nos preocupamos muchísimo de tener droga en casa. Igual que se hacía acopio de comida, nosotros lo hacíamos con la droga", ha añadido.

El productor alega sufrir una discapacidad para pedir eximentes

Unido a lo ya manifestado por su abogado ante los medios, el productor ha explicado a los magistrados que su cliente padece una discapacidad cognitiva y volitiva que le afecta a la memoria. Al igual que lo que ya expuso el psiquiatra forense, José Cabrera, Eduardo de Santos ha explicado que tiene una incapacidad reconocida por un tribunal médico, por la cual recibe unos ingresos económicos de unos 800 euros mensuales.

Sobre el local que este iba a alquilar junto con su socio, que la Policía califica de tapadera para la venta de drogas, De Santos ha manifestado que se trata de un local para poder limpiar el vestuario que posteriormente se utilizaría en la obra Yerma. El acusado ha intentado desmontar la tesis de los investigadores señalando que la necesidad (manifestada por el mismo en una conversación telefónica intervenida) de que el local no tuviese telefonillo, no se debía a un interés oculto o malicioso, sino que era importante para no tener problemas con los vecinos, debido a que al tratarse de un punto de encuentro entre artistas recibirían muchas visitas de actores de la compañía de teatro.

Tras escuchar el testimonio del tercer acusado, para el que la Fiscalía solicita seis años de prisión por ser un "hombre de confianza" que entregaba la droga a los compradores, ha llegado el turno de las cuestiones finales. El abogado de Amargo, Marcos García-Montes, ha solicitado la absolución de su cliente, después de impugnar las escuchas y los registros ejecutados por la Policía, ante lo que considera una falta considerable de pruebas y una acusación sustentada en supuestos. La defensa ha pedido, además, que en el caso de ser condenado se le aplique la eximente completa por drogodependencia y que se tenga en cuenta un tratamiento ambulatorio.

Por contra, la Fiscalía ha mantenido la petición de nueve años de cárcel para el artista, al igual que para Eduardo de Santos por vender droga de forma "persistente". El Ministerio Público se ha opuesto a la aplicación de una eximente parcial o completa solicitada por las defensas, al entender que el consumo de drogas no afecta a sus capacidades cognitivas y volitivas en el momento de la comisión de los hechos.

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