El PSOE se prepara para servir al líder Pedro Sánchez hasta las generales

El PSOE afronta este sábado un cónclave en forma de comité federal extraordinario, el máximo órgano de dirección entre congresos. Los socialistas se preparan para servir al líder, Pedro Sánchez, sin apenas contestación interna y ratificar los cambios en la Ejecutiva diseñados por el secretario general para unificar la estrategia política y electoral de Moncloa y de Ferraz.

Sánchez se apoya ahora en rostros que quisieron defenestrarle. Pero todo, como explica a este diario una fuente que estuvo en el núcledo duro del presidente, se explica por obediencia al poder. Ese es el motivo por el que ahora figuras como Patxi López o Pìlar Alegría, flamantes nuevos portavoces del grupo parlamentario en el Congreso y del partido, otrora rivales de Sánchez, se ponen a su entera disposición.

En el PSOE ha causado cierta sorpresa el terremoto de Sánchez. Una fuente que conoce muy bien todos los entresijos de Ferraz no duda en calificar de "llamativo" el hecho de que el líder del partido recurra a muertos del aparato socialista que quisieron matarle pese a que le dejaran con vida para que pudiera resucitar. Lo cierto es que este es el último cartucho político del presidente, pues tendrá que afrontar con este equipo el ciclo electoral que se avecina, con las elecciones municipales y autonómicas en mayo del año que viene y las generales a finales de 2023 o principios de 2024 como muy tarde.

Sin contestación interna

Las fuentes consultadas no prevén discursos duros contra el rumbo del partido pese a que reconocen que el PSOE está "inquieto" desde el batacazo andaluz del 19-J, donde el PSOE bajó tres escaños más su suelo de 33. Todo un golpe en su feudo histórico, labrado a golpe de socialismo durante cuatro décadas y ahora flor de un PP con mayoría absoluta que acudirá en masa a la entronización de Juan Manuel Moreno como presidente mientras el PSOE se sienta en el diván.

Se corre el riesgo de convertir el comité en una especie de 'atrezzo' con invitadosOdón Elorza

Es más, el diputado socialista Odón Elorza advierte en su blog de las consecuencias para el PSOE de rendir pleitesía al líder sin levantar la voz: "El comité federal deberá ser quien, tras el necesario debate, tome los acuerdos correspondientes sobre los cambios. Sin embargo, su papel se podría ver reducido a consecuencia de la innecesaria antelación con la que los designados ya lo han anunciado sin esperar y los medios más conectados con Moncloa han ido adelantando las decisiones de Pedro Sánchez. Si todo el pescado está vendido, si el debate resultara escaso, si la cohesión y la fuerza del PSOE se identifican con la plena aceptación, sin intervenciones críticas que puedan considerarse impertinentes se corre el riesgo de convertir el comité en una especie de 'atrezzo' con invitados".

Sánchez es consiciente de que el equipo que armó durante su pelea por volver a la cúspide del PSOE no ha funcionado. Del 'sanchismo' solo queda un gran rostro destacado: el del secretario de organización, Santos Cerdán. El resto ha sido devorado. Ni José Luis Ábalos, ni Carmen Calvo, ni Adriana Lastra ni Iván Redondo han sobrevivido al desgaste de un presidente asediado por la inflación que intenta dar con la tecla que le permita remontar en las encuestas.

Girar alrededor del poder

Pese a que secretario general del PSOE se agarre a perfiles veteranos para empoderarse aprovechando todas las estructuras y la militancia del partido, la estrategia no deja de evidenciar un problema capital en Ferraz. Y es que no hay nadie en el partido con proyección nacional y alma de líder que se ponga en la casilla de salida para relevar al secretario general.

Todo el partido gira a obedecer a quien tiene el poder. Y pierde todo aquel que osa a desafiar al secretario general, como le ha ocurrido a Adriana Lastra. Tras la dimisión de la ex vicesecretaria general se esconde una derrota ante el secretario de organización, el fiel 'sanchista' Santos Cerdán. Lastra quiso controlar el partido consciente de que el ciclo de Sánchez ha llegado a su fin. Pero olvidó que aún tiene el poder.

Sánchez, en su empeño por laminar cualquier ápice de oposición interna, ha sido incapaz de apostar por una nueva generación de políticos destinada a tomar las riendas del PSOE. Aunque es cierto que recoser al partido y rodearse de quienes un día fueron tus adversarios genera la cohesión y la unidad interna que el PSOE necesita para acompasar. Tampoco acompasar el Gobierno a la realidad del partido, otro de los principales asuntos que se buscan con estos cambios.

Una previsible crisis en septiembre

Los ánimos en Ferraz y en Moncloa ha estado bajos tras el batacazo andaluz. Aunque el 'subidón' de la cumbre de la OTAN que, consideran, elevó el perfil de Sánchez hasta encumbrarle como "actor global" en palabras de su núcleo duro, y el debate del estado de la nación, en el que el presidente giró a la izquierda y descolocó a su adversaria Yolanda Díaz, han subido la moral de los socialistas. Pero algunos muy cercanos a Sánchez, ven necesario algunos retoques en Moncloa.

Y es que como ya contó este diario, el director adjunto del gabinete de la presidencia del Gobierno, Antonio Hernando, se posiciona para ser ministro en una previsible crisis en el Ejecutivo, según varias fuentes socialistas. En el cónclave monclovita más próximo al presidente se pone fecha a una posible remodelación del Consejo de Ministros: septiembre.

La idea es arrancar el curso político tras el parón veraniego marcando la agenda. Pero todas las fuentes reiteran que solo Sánchez sabe lo que terminará haciendo. Hasta entonces, Hernando, el otrora portavoz del PSOE en el Congreso, se deja querer para ocupar un cargo que siempre anheló. Y el PSOE se arma para un ciclo electoral adverso en el que hasta el CIS de José Félix Tezanos le sitúa por detrás del PP. Sánchez está en la encrucijada y su partido lo está con él.