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España

El PSC se lanza a por el elector de Ciudadanos y endurece su discurso contra ERC hasta después del 14-F

El secretario del PSC, Miquel Iceta, junto al líder del PSOE, Pedro Sánchez

Miquel Iceta ha dado la orden de enfocar la estrategia electoral en una pugna entre el PSC o ERC y, de este modo, postularse como la única alternativa que evite un "gobierno independentista" al frente de la Generalitat. Su objetivo es arañar el máximo de votos posibles a Ciudadanos ante la previsible caída de los liberales en los próximos comicios. Es decir, apoderarse de parte de los 36 escaños que logró Cs en las últimas elecciones y que ahora parecen no estar al alcance de ningún partido constitucionalista.

Por esta razón, el primer secretario del PSC evita en la medida de sus posibilidades hablar de indultos -aunque sea favorable a esta medida de gracia- o de cualquier otra temática que refuerce la apariencia de que contemporizan con el nacionalismo. La consigna es clara, ahuyentar la idea de un nuevo tripartito negando por activa y por pasiva cualquier entente con ERC. 

En esta estrategia coinciden con los de Oriol Junqueras, que rechazan categóricamente un acuerdo en el que esté el PSC en medio. Y es Unidas Podemos quien intenta tender puentes entre ambos mientras que Junts per Catalunya, con la victoria de Laura Borràs en las primarias del partido, presiona a ERC hacia un "gobierno netamente independentista".

Malestar del PSC con Moncloa

Pero los socialistas catalanes no quieren enseñar sus cartas hasta que pasen las elecciones y puedan justificar cualquier equilibrio o coalición de gobierno en nombre del pragmatismo y la aritmética parlamentaria. En este sentido, la sintonía de Moncloa con ERC genera también malestar en la calle Pallars (donde se ubica la sede del partido en Barcelona tras abandonar la histórica sede en la calle Nicaragua).

El Ejecutivo de coalición ve a ERC como su principal interlocutor y la disposición de los nacionalistas catalanes a apoyar los Presupuestos Generales del Estado será respondida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una serie de contrapartidas políticas que servirán a los de Junqueras para venderse en campaña electoral como la única fuerza catalana capaz de llegar a pactos y obtener beneficios para los ciudadanos de Cataluña.

'Ley Celaá'

La polémica disposición adicional en la reforma educativa, conocida como ley Celaá, para eliminar el castellano como lengua vehicular es solo un ejemplo. Esta cesión del Gobierno ha permitido a ERC reivindicarse como el partido que "blinda la inmersión lingüística" en las aulas catalanas. Y todo ello a costa del PSC.

Como informó Vozpópuli, en las filas del PSC ven con preocupación este aval de Sánchez a la inmersión poco tiempo después de que los socialistas catalanes hubieran flexibilizado el apoyo a este modelo lingüístico que históricamente habían mantenido con el fin de recuperar parte del electorado que se había ido a Cs.

Es un gran error estratégico del PSOE que perjudica las posibilidades electorales del PSC. Además, le pone a Cs en bandeja su discurso de que harán un tripartito del mismo estilo que en 2003”, explican cuadros socialistas a este medio. 

Catalanismo moderado

Los de Iceta son vasos comunicantes con los liberales. Pero la modificación del tablero político catalán que ha dejado el paso del procés también propicia que Iceta busque alianzas con el catalanismo moderado y así erigirse como principal partido aglutinador de sensibilidades distintas y escrupuloso con el Estado de Derecho. De momento, están manteniendo conversaciones con Lliures, Lliga Democràtica y Units per Avançar.

El gran obstáculo tanto del PSC como de PP o Cs es la falta de movilización del electorado constitucionalista. De momento, solo desde la entidad Societat Civil Catalana han anunciado su intención de activar el voto constitucionalista de cara al 14 de febrero. 

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