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Política

El fin de Muface dispararía un 115% las listas de espera y costaría 1.000 millones más al Estado

La cátedra de la Universidad Complutense impulsada por la patronal de la sanidad privada también incide en que si Muface desaparece la lista de espera en consultas externas crecerá un 266%

Sede de Muface

Muface es un animal herido. El Gobierno no puede seguir obviando que el mutualismo administrativo pasa por un momento crucial para su futuro. Los graves problemas de infrafinanciación pueden espantar a las aseguradoras privadas, y con ellas el modelo entero desaparecería. La Cátedra Extraordinaria ‘Salud Sostenible y Responsable’ de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con la Alianza de la Sanidad Privada (ASPE), publica este miércoles un informe, al que ha accedido en primicia Vozpópuli, con varias recetas para salvar a la mutualidad.

Según el estudio, la desaparición de Muface obligaría al Estado a incrementar en 1.000 millones de euros su gasto sanitario y la lista de espera quirúrgica aumentaría un 155%. La lista de espera de consultas externas crecería un 266%, y serían necesarias 3.975 camas adicionales para suplir las 2.041 que se perderían en la privada.

El impacto en la sanidad pública sería inmenso, pero también afectaría al ámbito privado. El sector asegurador  perdería un 14% de su facturación (1.700 millones de euros), mientras que los hospitales privados se quedarían sin un 8% de su facturación (1.000 millones). La pérdida de actividad de la sanidad privada supondría la desaparición de centros sanitarios en muchas provincias de la España Vaciada.

La solución económica del modelo pasa por tres pilares fundamentales. Uno de los primeros puntos que consideran imprescindible abordar es la prima por mutualista que reciben las aseguradoras. En estos momentos, el gasto por paciente en la sanidad pública es mayor que el gasto que Muface (y también Isfas y Mugeju) pagan a las aseguradoras por cada mutualista. El documento concreta que en "un plazo de tiempo no superior a dos daños, se debería llegar a equiparar la prima por mutualista al gasto sanitario real por ciudadano".

Muface paga a las aseguradoras una prima por mutualista de 1.014 euros, mientras que el gasto sanitario real en la pública por paciente es de 1.608 euros. Una diferencia que repercute en la sostenibilidad del modelo. Mientras que las primas por mutualista han subido un 31,4% desde 2014, el gasto real lo ha hecho un 54,3%.

Estos problemas de financiación están repercutiendo en la calidad asistencial que reciben los mutualistas. Según el informe, el mutualista percibe hoy en día una pérdida de calidad en el modelo y una pérdida de accesibilidad; se ha reducido el número de hospitales, de profesionales y de servicios, especialmente en Oncología. También se han incrementado los tiempos de espera.

No solo debería equipararse, también defienden que el gasto sanitario público debería aumentar. "En este sentido, cabe esperar que en los Presupuestos del Estado se valore que la demanda está por encima de los recursos y que cuanto antes, se debería llegar a la equiparación del presupuesto sanitario español al de los países similares de nuestro entorno", apuntan.

Esta es una reivindicación de la sanidad privada que viene de lejos. La demanda de servicios sanitarios seguirá aumentando a medida que la población envejece y serán necesarios cada vez más recursos para su abordaje. En estos momentos, España es uno de los países de la Unión Europea que menos gasta en sanidad en relación con su Producto Interior Bruto (PIB). 

Junto a la equiparación de las primas con el gasto sanitario público, "se debería aumentar el número de los tramos actuales de edad de aplicación de las primas, con el objetivo de ajustarlas de forma más precisa a la frecuentación, consiguiendo de esta forma equilibrar la siniestralidad".

Un nuevo concierto sanitario para Muface

El actual concierto sanitario de Muface, que caduca este 2024, es una de las principales fuentes de problemas. Se pactó una subida de prima para las aseguradoras del 8% en 2021, del 0,75% en 2022 y del 1,25% en 2023. Unos porcentajes que resultaron caducos el mismo año de la firma del concierto con el estallido de la Guerra de Ucrania.

Para evitar que ocurra lo mismo, la cátedra de la UCM y ASPE abogan por la firma de conciertos más duraderos pero con revisiones anuales para poder hacer frente a los cisnes negros que vayan surgiendo.

"Convendría que los conciertos con las aseguradoras tuvieran una vigencia superior y que se establecieran los mecanismos para que automáticamente se revisara anualmente la prima, proporcionando mayor estabilidad al modelo y evitando las tensiones que en cada período se generan entre las entidades aseguradoras y las mutualidades".

El tercero de los puntos que requieren de atención del Ejecutivo es la repercusión financiera de la introducción de tratamientos innovadores. "Se debe considerar la repercusión en los costes que tiene la introducción de las novedades en el tratamiento de los pacientes, sin que estén soportadas por el incremento de coberturas, lo cual genera una inflación en la aseguradora que podría repercutir en la atención al mutualista y de esta manera minimizar los plazos para su implantación", subrayan.

"Para que el incremento de la financiación repercuta realmente en la calidad y accesibilidad del mutualista, se deberán establecer los mecanismos necesarios para asegurarlo y que los prestadores de la asistencia sanitaria reciban la parte equitativa que les corresponda de la prima de forma inmediata", añaden.

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