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Política

Podemos involucró a IU en la firma de los contratos polémicos con Neurona

Pablo Iglesias y Alberto Garzón en la noche electoral del 28 de abril en Madrid

Podemos involucró a Izquierda Unida en la firma de tres pagos a Neurona, la consultora vinculada a Juan Carlos Monedero e investigada en Bolivia por “corrupción” y como presunto enlace financiero entre el partido morado y Evo Morales. El partido de Pablo Iglesias acordó un pago de 75.000 y dos de 144.000 euros a la filial de Neurona en España (fundada en marzo, pocos días antes de los comicios) para la campaña electoral del 28 de abril. Los documentos llevan el CIF de la coalición de Unidas Podemos, que también se registró en marzo y que así diluye la responsabilidad de los morados en el caso de una investigación por financiación ilegal.

La coalición de Unidas Podemos se registró oficialmente en marzo del año pasado, después de que se celebrasen las primeras reuniones entre los responsables de Podemos y los de Neurona. Los primeros borradores de los contratos, de hecho, llevan la fecha de febrero y ya recogen un número de identificación fiscal diferente al de Podemos. Después de los comicios, cuando se publicaran las primeras informaciones sobre las relaciones de Neurona con Morales, fuentes de IU advirtieron sobre la existencia de posible “facturas infladas”.

En IU temen que el descubrimiento de eventuales irregularidades les pueda salpicar como partido. La ley de financiación de los partidos políticos obliga, de hecho, a disolver todas las formaciones que reciben dinero de entidades o gobiernos extranjeros. Destacan su preocupación a que los contratos lleven el CIF de Unidas Podemos, tal y como en efecto se desprende de los contratos a los que ha tenido acceso Vozpópuli.

Tres pagos

El contrato de Neurona recoge tres pagos para los siguientes servicios: “elaboración de líneas estratégicas de precampaña y campaña electoral”; “racionales de acción”; “Diseño, creación desarrollo, producción, integración y operación de soluciones audiovisuales y productos comunicacionales”, la “cobertura gráfica y audiovisual de la campaña electoral” y los “spots de campaña en alta definición”.

Y uno de los elementos más peculiares del contrato de Neurona atañe al grado de confianza de Unidas Podemos en entregar la elaboración de las líneas estratégicas de su campaña a una empresa que llevaba pocos días en España. Monedero, cuyo nombre aparece como “director” de proyectos de la empresa, es la figura que según muchos en Podemos trajo a España esta firma, que antes había trabajado con Morales, Maduro y Obrador.

Tribunal de Cuentas

El Tribunal de Cuentas está analizando si las facturas emitidas corresponden a un servicio ofrecido por Neurona. A diferencia de los encargos habituales, en campaña electoral los partidos pueden firmar contratos discrecionales (sin concurso público), pero el organismo fiscalizador tiene el deber de estudiar si existen irregularidades.

Fuentes de Podemos señalan a este diario que es posible que Neurona haya recibido incluso más de los 363.000 euros, cifra que resulta de la suma de los tres pagos aquí mencionados. Y en cuanto a su trabajo, apuntan a que la consultora puede haber externalizado los servicios para “sortear” los controles del Tribunal de Cuentas.

El organismo fiscalizador puede sospechar si Neurona, siendo una empresa que aterrizó en España pocas semanas antes de los comicios, tiene un equipo de trabajadores suficiente como para cumplir con sus encargos. Y de ahí concluir, por ejemplo, que empleados de Podemos hayan realizado algunas tareas para “inflar” las facturas, garantizando un desvío de fondos.

Sin transparencia en las facturas

Las facturas a Neurona, que ofrecen más concreción sobre el tipo de servicio desempeñado por la consultora, se mantienen secretas. Podemos dejó de publicar las facturas de su campaña electoral desde hace meses y la cúpula del partido mantiene un estricto secreto sobre estos documentos que llevan las firmas de algunos integrantes de la formación, de miembros del actual equipo legal y de la gerente.

El Tribunal de Cuentas también ha pedido a Podemos información sobre otra consultora portuguesa, como también desveló este diario. Esa firma, que tiene un holding financiero con base en Brasil como matriz, es para algunos en Podemos otra “tapadera”. Se trata de empresas que trabajan en el marketing online con métodos parecidos a los de Cambridge Analytica (sistema investigado en Estados Unidas y Reino Unido) y que colaboraron en las campañas de Dilma Rousseff y Morales.

La investigación sobre los 1,5 millones de euros pagados por Morales a Neurona, así como los presuntos enlaces con Podemos y el análisis de las facturas por parte del Tribunal de Cuentas (todas informaciones destapadas por Vozpópuli) pueden convertirse en un problema por el partido morado. La fiscalía de Bolivia ha pedido a Pablo Iglesias, José Luis Rodríguez Zapatero e Íñigo Errejón que declaren sobre este asunto. Zapatero ya ha anunciado en una entrevista en La Sexta que no contestará a la fiscalía de Bolivia, por lo que es muy improbable que lo haga el recién estrenado vicepresidente Iglesias. 

El asunto de la financiación de Podemos ha alcanzado en los últimos meses una verdadera dimensión de política internacional. En diciembre, la encargada de negocios española realizó una visita secreta a unos exministros de Morales escondidos en la embajada de México en La Paz. A la vez, varias informaciones apuntan a una red venezolana que alcanzaría a Zapatero, a través de su exembajador en Caracas. Y el pasado jueves, este diario publicó en exclusiva que el ministro José Luis Ábalos mantuvo otra reunión secreta con la todopoderosa vicepresidenta ejecutiva de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas. Sobre todos estos casos el gobierno de Pedro Sánchez no ha dado explicaciones.

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