Política

Pedro Sánchez levanta un muro sobre Yolanda Díaz: "No la aguanta nadie en Moncloa"

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar está completamente desdibujada. El peso de la legislatura lo lleva el PSOE y Pedro Sánchez no va a darle oportunidad de armar ruido

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, este martes, en Madrid.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz EUROPA PRESS / Eduardo Parra.

La historia de Yolanda Díaz desde el 23 de julio es la historia de un viaje hacia la irrelevancia. La vicepresidenta segunda comenzó la resaca postelectoral con un viaje a Bruselas para verse con Carles Puigdemont. Y ha terminado esta semana, en pleno debate y votación en el Congreso sobre la ley de amnistía, en Ciudad de México, a 9.057 kilómetros de Madrid. La líder de Sumar está completamente desdibujada en Moncloa, donde fuentes gubernamentales cuentan, en conversación con este diario, que "no la aguanta nadie". El cabreo con ella es muy grande en el lado socialista del Ejecutivo tras la implosión de su grupo parlamentario y la salida de Podemos.

En Moncloa aseguran que la culpa de que la coalición haya perdido cuatro escaños la tiene ella por no haber sabido manejar a los suyos. Su afán por borrar del mapa a los morados ha creado un nuevo dolor de cabeza a Pedro Sánchez. Y ahora, los socialistas tienen una voz más con la que negociar una legislatura casi imposible por la cantidad de partidos que conforman la mayoría de la investidura. Si algo demuestra su situación, como resumen altas fuentes socialistas, es que el peso de la legislatura lo lleva el PSOE y el presidente del Gobierno no va a darle oportunidad de armar ruido. Tampoco de colgarse medallas.

Mientras, Díaz intenta desesperadamente tener una agenda propia que le permita ganar foco mediático. Su viaje a Roma para verse otra vez con el Papa lo evidencia. Pero la agenda la marca el PSOE. Y la amnistía, a la que intentó sumarse como protagonista con un equipo de expertos jurídicos, la tiene noqueada. En Ferraz, pese a que son conscientes de que las claves sobre la negociación con Junts las maneja Sánchez, están sorprendidos con su ausencia en el debate de la ley el pasado martes.

La guerra con Bolaños

El distanciamiento de Yolanda Díaz con el lado socialista del Gobierno lleva tiempo fraguándose. En Moncloa lamentan la "oportunidad perdida" de la líder de Sumar de erigirse en una dirigente con una voz que se escuche en el progresismo español. Pero hay quien la ve más preocupada de su imagen y de lo que transmite que de lo que realmente propone. O de sus planes políticos. Yolanda Díaz, además, tiene otro problema en el Consejo de Ministros: el titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

Ambos mantienen una tensa relación. La desconfianza viene por las relaciones de Bolaños con Podemos. El 'súperministro' de Sánchez negoció el mes pasado con los morados salvar los dos decretos del lado socialista (el ómnibus de su departamento y el paquete con las medidas anticrisis por la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio), pero se 'desentendió' (o así lo creen en Sumar) del decreto del Ministerio de Trabajo sobre los subsidios por desempleo, que fue el único que cayó por la venganza morada. Aunque fuentes socialistas explican que pese al intento de salvar también la medida de Díaz, la cerrazón morada fue imposible de salvar.

El Papa Francisco saluda a Yolanda Díaz.EFE / Vaticano

Las fuentes consultadas explican que también hay una batalla de poder entre ambos. Bolaños ha asumido un enorme peso en el Gobierno de Sánchez. No por casualidad, el titular de Justicia, abogado de formación, es el autor intelectual de la ley de amnistía, la llave del PSOE para seguir en Moncloa. Su perfil, pues, opaca a cualquier otro compañero de Moncloa que pretenda tener un papel político relevante. Y ese el caso de Yolanda Díaz, quien se empeña en sacar la cabeza del Consejo de Ministros para marcar línea política propia.

La pesadilla de Podemos

Los dos, por tanto, chocan. No solo porque tienen criterios políticos distintos, sino porque buscan debilitarse para crecer electoralmente a costa del otro. Una victoria de uno es la derrota del otra y viceversa. Basta certificar la 'alegría´ con la que Bolaños recibió el golpe a Sumar en la votación de los tres decretos. Díaz sigue necesitando una némesis para diferenciarse del PSOE. Hasta la salida de Nadia Calviño de Moncloa, era la titular de Economía quien reunía todas las cualidades para guerrear. Y así lo hacía. Se trastabillaban la una a la otra con las medidas económicas del Gobierno.

Lo cierto es que aquella sesión del 11 de enero dejó a la también ministra de Trabajo tocada, porque perdió el aura de gran negociadora y de persona capaz de tejer acuerdos con los diferentes y con los 'casi' iguales.

para Sumar, más que un dolor de cabeza, Podemos es ya una pesadilla. "Están en guerra abierta. Y, por lo tanto, todo hay que leerlo en términos de batalla: atacar a Sumar para conseguir una eurodiputada [Irene Montero]", explica a este diario una fuente, que conoce a la perfección la ingeniería morada y que tuvo altas responsabilidades en la coalición.

Si hay algo que hirió profundamente a al partido de Ione Belarra fue el veto personal e irrevocable de Yolanda Díaz a la exministra de Igualdad, a quien ni tan siquiera incluyó en las listas para que fuera elegida diputada como sí hizo con Ione Belarra. El agravio fue de órdago porque era un rechazo directo al dúo dirigente del partido. Ni Montero ni su pareja, Pablo Iglesias, entendieron el fin de ciclo que abrió la salida del exvicepresidente de la política. Los morados fue una herramienta creada y manejada por y bajo el hiperliderazgo de su gran gurú.

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