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Política

Moncloa reconoce "cálculo electoral" en su cambio de postura sobre la OPA del BBVA al Sabadell

Ni Félix Bolaños ni Carlos Cuerpo criticaron la primera propuesta de fusión, pero la beligerancia del Ejecutivo con la oferta hostil se explica en parte por el contexto electoral en Cataluña

(I-D) Félix Bolaños, Pedro Sánchez y Cani Fernández, de la CNMV.
(I-D) Félix Bolaños, Pedro Sánchez y Cani Fernández, de la CNMV. EUROPA PRESS / Eduardo Parra.

Fuentes gubernamentales y socialistas de alto nivel consultadas por Vozpópuli reconocen en privado "cálculo electoral" en su posición sobre la OPA hostil que ha revolucionado el sector financiero español en las últimas 24 horas. Cuando el BBVA propuso primero una fusión al Banco Sabadell, el Gobierno no la criticó. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, pidió prudencia. Y, aunque vio la operación como una "buena noticia" por el hecho de que se consoliden en España "entidades financieras sólidas y líderes en la Unión Europea", también es cierto que se escudó en la supervisión del Gobierno. Eso sí, no se cerró en banda a la idea de ver ambas entidades como una sola.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, también ha virado, aunque su cambio es más sutil. Pasó de pedir prudencia ante la posible fusión y abogar por mantener la competitividad en el sector a mostrarse tajantemente en contra de la OPA hostil. Pero el recorrido es similar: tampoco vio con malos ojos que los dos bancos fuera uno. Ahora bien, el sucesor de Nadia Calviño se mostró desafiante este jueves tras el bombazo de la OPA: "El Gobierno tiene la última palabra". Lo cierto es que todo parece indicar que el Ejecutivo va a torpedear el plan del BBVA.

Es cierto que en el Ministerio de Economía en particular y en el Gobierno en general existe la preocupación de que de producirse la operación, el grado de concentración del sector bancario sería muy elevado y el riesgo sistémico de las principales entidades también. Pero las fuentes consultadas explican que no se le puede dar un arma al independentismo.

Una estrategia para "acabar con la banca catalana"

El propio Ejecutivo catalán, comandado por ERC, salió a defender la banca catalana y pidió a Bruselas no avalar una hipotética entidad resultante de la OPA del BBVA al Sabadell. También hizo acto de presencia el expresidente catalán y candidato el 12-M por Junts, Carles Puigdemont, quien ve en el acoso al Sabadell una estrategia para "acabar con la banca catalana". Es más, Puigdemont se felicitó de la resistencia de la cúpula del banco con sede social en Alicante.

Nada más conocerse la noticia de la OPA, el cuartel electoral de Moncloa y Ferraz se activó. Fuentes de alto nivel del PSC explican que la rápida reacción se produjo, en parte, para cortar de raíz un asunto que a tres días de las elecciones podía volverse en contra de los intereses del Gobierno, cuyo presidente, Pedro Sánchez, no está dispuesto en modo alguno a dar pie al independentismo. Si el Gobierno se hubiera posicionado a favor o hubiera sido tibio, se habría arriesgado a una feroz hiperventilación del secesionismo, guardián de las esencias del catalanismo.

Salvador Illa y Jaume Collboni EP

En el PSOE saben que la amnistía y la negociación directa con Carles Puigdemont ha alimentado la figura del expresidente catalán. Se trata del efecto de su política en Cataluña. Altos cargos del partido consultados reconocen que el expresidente catalán ha ganado "notoriedad" gracias a la atención que le brindan los socialistas por ser un socio indispensable en esta legislatura. El giro del PSOE hacia Waterloo ha removido el tablero en Cataluña, donde ERC y Junts viven en un empate técnico que oscila unos días hacia Oriol Junqueras y otros hacia el expresidente catalán prófugo de la Justicia. 

La amnistía, en efecto, ha servido para potenciar la pelea entre los independentistas. El asunto está reñido porque los sondeos sitúan a los de Carles Puigdemont por delante de ERC, el partido que gobierna en estos momentos Cataluña. El efecto 'Puigdmeont' ha hecho su trabajo para movilizar a los parroquianos independentistas y ha levantado las expectativas electorales de los posconvergentes, que no tenían un candidato claro más allá del prófugo de la justicia. Esa es la lectura que hacen en el núcleo duro de Sánchez. "Si no se presentara, no tendrían esos resultados", zanjan.

El examen a la estrategia socialista

En Moncloa dan por descontado que ERC mirará a Illa si queda en segunda posición. Pero si no lo hace, tendrá "una papeleta", como explican en Moncloa. Y todo porque los republicanos entonces serán presa fácil del relato de la traición a la causa por la estelada. Por eso, el Gobierno de Sánchez ve con mucho mejores ojos que ERC gane la pelea en el universo independentista: "Nos cuesta ver el apoyo de Junts a Illa. Si acaso una abstención", precisan en el Gobierno.

Otro de los elementos que se analizan en el Gobierno es la transferencia de voto. Las encuestas a las que tiene acceso Moncloa observan que el PSC está recibiendo apoyos transversales: del independentismo y de opciones políticas más conservadoras; algo que achacan a las ganas de gestión que imperan en el ciudadano catalán. Poco importaría para ese señor o señora imaginarios el resto. En plata: más realidad y menos ensoñación.

Todas las encuestas apuntan que el candidato del PSC, Salvador Illa, ganará este domingo. Pero esa no es la clave. Como contó este diario, la esencia de la jugada es que el exministro de Sanidad tenga a tiro de piedra la Generalitat porque los independentistas no logren sumar mayoría en el Parlamento. Lo contrario sería una severa derrota. Y el Gobierno, según el relato de altas fuentes de Moncloa consultadas por este diario, no solo lo sabe, es que asume en privado que si Illa gana pero no gobierna será un fracaso de la estrategia socialista desplegada en Cataluña.

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