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Política

Casado le niega la abstención a Sánchez: "Usted no es de fiar"

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado

"Está usted en un campo de minas" del que no sabe cómo salir, le espetó  Pablo Casado al aspirante a presidente. "No tiene usted derecho a meter a España en un laberinto", le respondió Pedro Sánchez. El pulso de réplicas y contrarréplicas entre ambos dirigentes se resumió en un cruce de argumentos, denso e imposible, sobre el apoyo del PP para la investidura. Casado se deshizo en argumentos sobre las razones de que no puede apoyar esta investidura. "Usted no es de fiar, tiene un proyecto de ruptura para España, usted pretende dirigir una nación que sus socios niegan", insistió Casado en su intervención.

Sánchez se empeló a fondo para intentar la abstención de los populares. Empeño en falso. Quiso trasladarle al PP la responsabilidad sobre la posible reedición de elecciones. Y hasta le amenazó con la inestabilidad europea del brexit, como si Casado tuviera algo que ver. "Tiene usted la llave", sólo hay una alternativa: "¿Bloquea usted España o facilita que haya Gobierno?". El dirigente socialista incluso le brindó algunos elogios, como reconocerle líder del referente del centroderecha, "que no lo es no Ciudadanos ni Vox" No asumió Casado esta amable mensaje del dirigente socialista. "El adalid del no es no nos reclama ahora la abstención en forma coactiva".

El presidente del PP subrayó la nadería absoluta del discurso de investidura de Pedro Sánchez en una intervención en la que cerró radicalmente la puerta a toda posibilidad de una futura abstención del PP. "¿Hasta cuando va a seguir con este juego de trileros?", le espetó el líder de los populares. En tono firme sin aspavientos, Casado asumió el papel de líder del centroderecha y de un partido consentido de Estado.

Las cinco preguntas

Dos horas de discurso para no decir nada, para decir que va a conseguir 'la armonía de la naturaleza' entre hombre y mujer. Casado reprocha que no se refiriera ni a Podemos, ni a los socios independentistas, ni por supuesto, a Cataluña. Y le lanzó la primera pregunta: ¿Qué ha venido a hacer aquí?

"No sabemos si su pareja se ha quedado sin silla o si usted se ha quedado sin pareja de baile", dijo en tono irónico. Ha jugado al gato y al ratón con los españoles, no ha hecho nada para ser presidente del Gobierno, no parece que quiera serlo. Ni programa, ni negociaciones, ni propuestas. "A sus socios naturales los ha ignorado y a nosotros nos ha exigido, literalmente, que permitiéramos su investidura. Usted está en una tribuna, no en un pedestal". Los adversarios no se van a convertir en socios. "Viene aquí a decirnos que le hagamos presidente por nuestro bien", siguió Casado. 

Segunda pregunta, "¿Quién es realmente usted?", porque ya ha protagonizado tantas metamorfosis que es imposible saber sus intenciones. En esta línea añadió que "ahora le da vergüenza pactar con quienes llegó a la moción de censura. ¿Se avergüenza de ellos?". Y le espetó que "piensa que nosotros somos malos malísimos pero que podemos redimirnos haciéndole a usted presidente. Esta usted en un campo de minas del que no sabe cómo salir", asevera el líder del PP.

La tercera pregunta es "¿Dónde están sus socios reales?". Ha recibido apoyos de Iglesias en comunidades y ayuntamientos. Ahora ha descubierto que Podemos es un partido que no está a favor de las instituciones y hasta que quiere que venga la república.  "Con los radicales puede ser investido  pero no podrá gobernar," aseveró Casado. La cuarta pregunta: "¿Para hacer qué?" se presenta a esta investidura. No hay programa de gobierno ni de investidura. Hizo referencia a los planeamientos de Sánchez en su discurso, pleno de generalidades, en especial en el terreno económico. Hasta Zapatero y el secretario de Estado de la Seguridad Social reconocen que se hicieron las cosas muy mal.

La historia de un gran vacío

Reprochó que no abordara seriamente el problema de Cataluña o los espías lingüísticos en las escuelas. "Los españoles queremos recordarle que usted ha sido presidente con unas alianzas contra el Estado". No ocurre en país alguno de Europa. El aspirante a presidente oculta pactos sobre los indultos a los responsables del 'procés', según el dirigente del PP. Finalmente, la quinta pregunta de Casado: "¿Hasta cuándo?" va a continuar con este juego de trileros, intentando ocultar sus intenciones, sus propósitos.

Casado se erigió en líder del ámbito político del centro, pese a que otras fuerzas, incluído el PSOE, haya intentado hacerlo suyo. Reivindicó su capacidad para los pactos con doce formaciones políticas en el ámbito local y regional. También le tendió la mano a Sánchez, con escaso éxito ya que el presidente del Gobierno rechazó todo acuerdo. "Vamos a votar que no a su investidura", afirmó a Casado. Y remachó que "la historia de su gobierno es la historia de un gran vacío". 

Estabilidad o elecciones

En su respuesta, Sánchez le quiso trasladar al PP la responsabilidad del bloqueo y le reprochó que el jefe de filas del PP siga con los argumentos de antes del 28-A. "Estabilidad o elecciones", le planteó el aspirante al líder de la oposición. "Tiene que mojarse". Intentó Sánchez con ahínco colocar a los populares frente a su compromiso con España, es decir, no bloquear la formación de un gobierno. "Solo le pido que se abstenga, que haga caso a su electorado, como dicen las encuestas". Fue una tonadilla monocorde en pro de la abstención del centroderecha. 

"Si es un partido de Estado tiene usted que facilitar la formación de gobierno", señalaba el postulante. El argumento de Sánchez fue palmario: "Si usted no quiere que formemos gobierno con los independentistas, usted tiene que abstenerse. Si quiere liderar la oposición en vez de Rivera, tendrá que facilitarlo, ustedes tiene la llave para que esto no ocurra". 

Optó por hablar finalmente de Cataluña para reprocharle al PP que 'viven del conflicto territorial', que también alguna culpa tendrán los populares que han gobernado España durante años, y que "alguna responsabilidad del deterioro de la convivencia también le corresponde al PP". La fórmula para responder al desafío de los independentistas es afrontar un proyecto de regeneración política y moral para toda España, según el candidato. 

La réplica de Casado arrancó en la misma línea irónica: "Si nos llega a insultar u poco más a lo mejor estaríamos a punto de abstenernos". Y le recordó que 'usted no es de fiar', sin ánimo ofensivo. No puede el adalid del 'no es no' forzar al PP a abstenerse 'en forma casi coactiva'. El único responsable de volver a las urnas será el PSOE, remachó el dirigente popular.

Recordó los devaneos y entendimientos del líder del PSOE con los separatistas, desde Torra hasta Junqueras, y el mirar hacia otro lado con los excesos a que son sometidos la mayoría de los catalanes. "Usted no está a la altura para ser investido, no ha aprendido nada, se sigue situando en el lado equivocado de la historia". Explicó que pretende presidir una nación que sus socios niegan, no es merecedor de apoyos de los partidos constitucionalistas.

Excesos y ataques

Casado le doló el pulso a Sánchez. Evitó incurrir en los excesos dialécticos que tanto se le reprocharon durante la campaña de las generales. En su respuesta a Sánchez adoptó un tono de líder de la oposición, de referente del centroderecha y de hombre de Estado. Firme y contundente pero sin excesos agresivos. El presidente de los populares quiso dejar meridianamente claro que no facilitará la investidura ni por activa ni por pasiva. Sánchez había solicitado a PP y Cs que permitan que "España avance" y que "quiten las barreras".

Está tranquilo Casado, luego de las tormentas que sacudieron a su formación tras el desastre electoral del 26-A. El 'nuevo PP' de Casado, que acaba de cumplir un año, atraviesa sus momentos de mayor calma, tras los esperanzadores resultados de las autonómicas. Los barones se han calmado, los disidentes enmudecieron y la autoridad del líder popular ha dejado de ser rema de debate. Los cambios internos asoman ya tras la puerta. Antes de final de mes es posible que ya se desvelen los nombres de los nuevos portavoz en Congreso y Senado.

La calma interna del PP se refleja también en la actitud serena de Casado. Menos vehemente en su discurso parlamentario, evita los excesos y los codazos con Rivera y Abascal. Ya no le hacen falta. Es él el líder de la derecha, sin discusiones. Al menos, por el momento. Ciudadanos vive tiempos de turbulencias y Vox ha perdido la relevancia de hace unos meses. 

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