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La Policía vigilará día y noche 'La Quimera' para evitar que sea ocupado de nuevo

La Policía Nacional y Municipal establecen un dispositivo de vigilancia en el edificio de 'La Quimera' en Lavapiés para evitar que las casas vuelvan a ser ocupadas

El interior del edificio de 'La Quimera' en Lavapiés que fue desalojado por la Policía Nacional y Municipal

El edificio de 'La Quimera' era una de las principales enfermedades que afectaban al corazón del castizo barrio de Lavapiés. Los vecinos estaban desesperados ante la escalada de delincuencia, drogas y violencia que sufrían a cada hora y en cada momento. La Policía Nacional y Municipal desalojaron este miércoles el edificio y para evitar que sea ocupado y mantendrán un dispositivo día y noche, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.

El trapicheo de las drogas era la tónica habitual de las personas que frecuentaban las inmediaciones desde la Plaza de Nelson Mandela. Drogodependientes esperando sus dosis mientras en se producían de forma constante peleas y colapsos que tenían que ser atendidos

La historia del Centro Cultural La Quimera, ubicado en el número 24 de la calle Amparo de Lavapiés, se remonta hace más de 20 años. Fueron dos hermanos los que iniciaron y terminaron su construcción, según explicaron los vecinos a Vozpópuli. Sin embargo, un problema con la edificación hizo que las viviendas no se pudieran vender por no cumplir la ley. 

Desde marzo había droga constante

Los principales problemas de 'La Quimera' se acentuaron el pasado mes de marzo. La suciedad, las drogas y las peleas eran ya una constante. Todo por la llegada de nuevos inquilinos, de nacionalidad senegalesa, que se hicieron con el control de las viviendas intimidando al resto de ocupantes. Un problema que los vecinos ya adelantaron a Vozpópuli.

Esa situación llegó a oídos de la delegada del Gobierno, Mercedes González, y del jefe Superior de Policía Nacional de Madrid, Manuel Soto, en una reunión que mantuvieron con representantes de los vecinos de Lavapiés. Ambos se pusieron manos a la obra y contaron con la ayuda del Área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid.

La Policía convenció al dueño para que denunciara

También fue fundamental la labor de vigilancia de los agentes del comisario del distrito, Alberto Carba. Día y noche durante semanas estuvieron en los alrededores indagando y recogiendo pruebas para conseguir una orden judicial. Sin embargo faltaba lo más importante: la denuncia del propietario del edificio.

Los encargados de conseguirla fueron los agentes de la Policía Municipal de Madrid. Estos policías contactaron con el dueño y le convencieron para que denunciara la situación que se reproducía de forma grave. A última hora de este martes llegó el mandamiento judicial que aceleró el dispositivo de la operación.

El miércoles a las seis y media de la mañana 200 agentes de la Policía Nacional y 70 de la Policía Municipal de Madrid conformaron un gran operativo para acceder al interior de La Quimera. Los policías encontraron dentro drogas, suciedad y unas condiciones infrahumanas.

13 detenidos y 70 identificados

El balance fueron nueve detenidos por delitos contra la salud pública y cuatro por infracción de la Ley de Extranjería, según informan fuentes policiales. En total se identificaron a unas 70 personas. Había también varios menores de edad. Todos los desalojados recibieron información para tener acceso a los servicios sociales.

Casi cinco horas duró el operativo de seguridad tras el cual se personó el propietario en el edificio. La Policía Nacional y Municipal establecerá durante unos días una vigilancia día y noche en el lugar para evitar que vuelvan a entrar inquilinos. Todo ello hasta que la propiedad realice los arreglos oportunos para dejar el edificio perfectamente cerrado. Este hombre se comprometió a contratar vigilancia privada para cumplir con la seguridad de La Quimera.

Y es que en el pasado los dueños pusieron un vigilante en el edificio para que no fuera ocupado. Pero el paso del tiempo y la dejación hizo que se instalaran dentro distintos colectivos, de forma pacífica. Organizaron actividades y talleres orientados a fomentar la vida cultural en el barrio. Algo que no fue mal visto por los vecinos. Hasta que los 'inquilinos' conflictivos se adueñaron de la situación y echaron al resto. Ahora los vecinos respiran aliviados por la operación policial, esperan que la calma se mantenga.

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