La Policía identifica a narcos marroquíes como líderes de la trama de compra de votos en Melilla

La Policía Nacional y la Guardia Civil sospechan que un grupo de narcotraficantes marroquíes está detrás de la trama de la compra del voto por correo de Melilla, según han informado a Vozpópuli fuentes de la investigación. Esta organización criminal se encargaría también de vender los sufragios al resto de partidos políticos, entre ellos, supuestamente, a la Coalición por Melilla (CPM). Los agentes siguen dos rastros en sus diligencias: el origen del dinero del pago a los votantes y localizar los votos que no han sido ejecutados todavía en las oficinas de correos.

Las diligencias de este caso, que han sido declaradas secretas, están siendo practicadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla. Al frente de las mismas están los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Policía Nacional y el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC). Las pesquisas están avanzadas y esta misma semana podrían producirse las primeras detenciones.

Los agentes creen que una organización criminal de ciudadanos marroquíes dedicada al tráfico de drogas ha sido la encargada de diseñar toda la planificación de las compras. Están siguiendo el rastro del dinero usado para adquirir las papeletas. Es decir, la financiación con la que han contado los narcos. Las investigaciones apuntan que este grupo, que ofrecía entre 50 y 150 euros, se han aprovechado de compatriotas que están empadronados en Melilla pero viven en Marruecos. Ese fue el primer objetivo para comprar sus voluntades ya que estas personas, algunas extremadamente pobre, no estaban interesados en ejercer su derecho.

Así son los narcos de Melilla

Después, fueron 'puerta a puerta' por las zonas más humildes de la ciudad para comprar los sufragios. Como último recurso, agredieron y amenazaron a los carteros para llevarse la documentación de los ciudadanos. Los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil han identificado a estos 'captadores', miembros de la banda, que tienen antecedentes por delitos contra la salud pública, según afirman fuentes policiales a Vozpópuli.

Sin embargo, este planificado fraude electoral tenía como objetivo una subasta de las papeletas. El principal sospechoso de la compra de las mismas es Mustafa Aberchán, el presidente del partido Coalición por Melilla, que está inhabilitado por esta misma tipología de delito. La principal dificultad de los investigadores es unir estas dos ramas.

Otro de sus objetivos es localizar los casi 10.000 sobres pedidos por correo de Melilla que no han sido aún hallados. No se descarta que hayan podido salir de la Península pero la principal hipótesis es que están escondidos en pisos franco o naves de la localidad. Lo que sí parece claro es que los han separado en lotes en ubicaciones diferentes para dificultar la labor de los policías.

Los votos perdidos de Melilla

Los últimos datos ofrecidos por el Ministerio del Interior hablan de que 11.707 votos por correo han sido solicitados en Melilla. En este caso, las peticiones suponen un 20% de censo mientras que en España este dato ronda el 3%. Solo se han presentado en las oficinas de Correos 1.302, el 11% de los sufragios pedidos. Eso da una pista en la búsqueda de los agentes.

¿Cuál es el objetivo de esta subasta? Poder influir en la nueva Corporación municipal y tener facilidades en aspectos como: subvenciones públicas, obtención de nacionalidades o viviendas protegidas. Son los tres pilares que buscan los miembros de los narcos. Entre los investigados también se encuentran diferentes políticos que pertenecen a CPM por la compra de votos.

Según publicó Vozpópuli, dentro de las pesquisas hay ya más de 60 personas como investigadas. En el epicentro de las sospechas está presuntamente la figura de Mustafa Aberchán, el presidente del partido Coalición por Melilla. Se da la circunstancia de que este hombre no se puede presentar a los comicios porque fue condenado en 2021 a cinco años de inhabilitación por un delito electoral. En esa sentencia se corroboró que Aberchán compraba los votos a cambio de planes de empleo.

La ofertas de este negocio ha corrido como la pólvora por Melilla. Antes del comienzo de la campaña electoral ya se inició el rumor en la ciudad de la compra de sufragios. Eso sí. Los que captan los votos se cuidan en todo momento de no decir la papeleta de qué partido se encuentra dentro de los sobres que depositan en las oficinas.

Una vez que se cierra el trato, los delincuentes dan el dinero acordado cuando los ciudadanos reciben la documentación para votar y se las proporcionan. Un grifo que se ha cerrado gracias a que las fuerzas de seguridad están escoltando a los carteros y la decisión de la Junta Electoral de pedir el DNI en las oficinas de correos. Ahora no se desplazan sin la compañía y la vigilancia de los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Los mismos que vigilan los puntos de salida de Melilla para que los votos comprados no puedan viajar.