España

Podemos teme un adelanto electoral en Andalucía que confirme su declive territorial

El partido de Iglesias mira con "preocupación" la posibilidad de que Moreno Bonilla convoque los comicios antes de diciembre de 2022. La facción de Teresa Rodríguez puede arañar votos esenciales

Pablo Iglesias en el Congreso.
Pablo Iglesias en el Congreso. Europa Press

La dirección nacional de Podemos mira con "preocupación" los acontecimientos andaluces. Los rumores sobre un adelanto electoral en esa comunidad han disparado las alarmas en los morados. El equipo de Pablo Iglesias cree que la alianza con Izquierda Unida ofrecerá un colchón de votos, pero el conflicto con los anticapitalistas no ha aniquilado a los de Teresa Rodríguez. “Hay preocupación y es necesario que se vea la acción en el Gobierno”, explican fuentes de Unidas Podemos para referirse a las últimas polémicas internas en el Ejecutivo de Sánchez.

Podemos actualmente es una organización que experimenta algo muy parecido a un hundimiento en los territorios. Iglesias prometió hace un año, durante el congreso virtual de Vistalegre III en el que salió elegido con más del 90% de votos, que iba a fortalecer los círculos. Un año después, sin embargo, varios miembros de Podemos aseguran que no se está haciendo nada y apuntan a que las estadísticas oficiales del partido se están maquillando para evitar que trascienda el descalabro. “Falta presencia territorial. Vayas donde vayas, encontrarás una agrupación del PSOE, pero de Podemos no. Las encuestas internas dicen incluso que el partido se puede quedar fuera en Andalucía”, sostienen algunos.

La alarma se activó hace unos meses, cuando los primeros datos revelaban caídas verticales en Madrid y Andalucía, y ahora la situación no ha mejorado. El problema es que, mientras tanto, en la Junta de Andalucía crece la tentación de adelantar los comicios autonómicos. El líder del PP en Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, se ve más fuerte que nunca y sectores afines presionan para que adelante los comicios a finales de este año. De no ser así, se celebrarán en diciembre de 2022. Los partidarios de ese adelanto quieren, entre otras cosas, aprovecharse de la guerra interna en el socialismo andaluz.

Teresa Rodríguez

Podemos corre peligro de convertirse en una nueva Izquierda Unida. Sobre todo en Andalucía, donde de momento no tiene un candidato fuerte y el partido hermano también está en dificultad. Fuentes de IU, de hecho, sostienen que la estructura del partido que fue de Julio Anguita es "una cascara que se deshace". “Cada vez hay menos [militantes], y Podemos está absolutamente desestructurado”, sostienen.  

Teresa Rodríguez, solo "herida"

El núcleo duro de Iglesias selló un pacto de hierro con la cúpula de IU en la región. La incorporación de Amanda Meyer, hija del excandidato a las europeas de 2014, en el ministerio de Irene Montero lo demuestra. Pero es que IU pierde fuelle también en Andalucía y la formación regionalista de Teresa Rodríguez empieza a preocupar al círculo de Iglesias. “No la han matado, solo está herida. Y si se va a votar pronto, Teresa se va a llevar un buen bocado”, afirman las fuentes consultadas.

“La dirección [de Podemos] está muy preocupada”, insisten estas fuentes. Teresa Rodríguez salió de Podemos tras un acuerdo con Iglesias que, sin embargo, saltó por los aires cuando la diputada fue excluida de su grupo durante la baja de maternidad. A partir de ese momento, entre las dos familias de la izquierda andaluza ha estallado una guerra sin cuartel.  

Entre caídas electorales en todas las regiones (incluso en Cataluña, donde aguantaron en escaños, perdieron 140.000 votos), purgas, incapacidad de reorganización y de enfrentamiento al PSOE, la situación para Podemos es realmente dramática. Algunos en IU lo expresan así: “Podemos siempre fue efímero. Además, como quien se mueve no sale en la foto, esto está muy debilitado. La preocupación se aprecia de la necesidad de Iglesias y Montero para que se vea la acción en el gobierno”. Se refieren a las polémicas que están generando tanto Iglesias como Montero, por ejemplo, sobre feminismo y ley trans. Mientras que incluso en Podemos admiten que en los asuntos económicos las cosas no van como esperado.

Falta de ramificación territorial

Iglesias no está logrando imponerse sobre el ministro de Seguridad Social. El ingreso mínimo vital, una de las medidas estrellas que Podemos quiere asumir para defender su acción de gobierno, no ha despegado. En los sindicatos son tajantes al respecto: “Hay mucha gente que lo ha solicitado y le han dicho que no, y otros no han recibido nada”. Iglesias está intentado en sacar adelante medidas en vivienda y evitar recortes en las pensiones, pero la sensación general es que la ministra Nadia Calviño se va imponiendo.

Los más preocupados creen, incluso, que peligra la presencia en el Parlamento andaluz. Existe una barrera electoral del 3%, es decir, más o menos 100.000 votos. En las últimas autonómicas de 2018, Adelante Andalucía (la marca andaluza de Podemos) logró 584.000 votos (16%). Por lo tanto, aunque se fragmente en dos bloques, resulta difícil que acabe siendo una fuerza extraparlamentaria, pero no que quede como último partido. Cabe por otro lado recordar que en Galicia, uno de los fortines históricos de Podemos, sí se quedó fuera del parlamento en 2020.

“Esto no es una broma. Si no tienes presencia a nivel autonómico, todo se desmorona. Estar en el Gobierno de Sánchez no va a servir de nada”, advierten en el partido morado, donde esperan que, por lo menos en Madrid, Iglesias edifique algo parecido a una estructura. El secretario general, en realidad, lo apuesta todo a la fusión con IU. Pero algunos insisten en que eso no será suficiente: “La cascara de IU se deshace”, repiten.

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