Una moción novedosa, pero viejos mantras. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recuperado este martes la figura del dictador Francisco Franco para defenderse de la moción de censura impulsada por Vox que se está desarrollando en el Congreso de los Diputados. El líder socialista ha criticado que Santiago Abascal, que ha abierto el debate, "prefiera" el franquismo al Ejecutivo de coalición que él lidera. Y le ha afeado que no apoyara la exhumación de Franco en 2019 como ejemplo de la supuesta filia franquista de Vox. Sánchez ha igualado al candidato, el excomunista y economista Ramón Tamames, con Vox y con el PP, la auténtica diana de los ataques de Moncloa: "Quieren elecciones ya porque no reconocen mi legitimidad", ha espetado.
Sánchez no se ha salido del guion cocinado por Moncloa y se ha esforzado en vincular al PP y a Vox, al que ha definido como "glutamato". "Son el potenciador del sabor de la derecha", ha lanzado. El presidente ha jugado la carta de que la única alternativa a su gobierno progresista es una coalición entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Tanto monta uno que otro. "Ustedes se parecen como dos gotas de agua", les ha dicho Sánchez. El núcleo duro de Moncloa ha reconocido, además, una victoria de Vox para atizar al PP: "Vox por si solo no puede ganar, pero sí puede hacer que sus ideas ganen. Aspiran a imponer su agenda cultural en la derecha y ahí tengo que reconocer que han ganado. Con este PP de Feijóo les va a ir bien. Les tiene a un paso del sí ya".
El presidente ha vuelto a juntar a la tríada protagonista de este martes: "¿En qué coinciden Vox, el PP y Tamames? En pedir elecciones. Y eso porque quieren cortar la acción de este gobierno porque le restan credibilidad. Esa es la única conclusión lógica que se puede sacar de esto". Sánchez, que solo ha interpelado a Tamames una vez durante su refriega con Abascal, ha advertido de que el país no va a renunciar a los "derechos" que su gabinete a asentado en estos tres años: "El candidato que promueve es un señuelo que usa para esconder su infumable e impresentable proyecto. No se lleve a engaño. Usted es solo el comodín que necesita el PP para llevarnos de vuelta al año 2013. Busca retroceder a la España que recortó Estado de Bienestar".
En verdad, no hay más adversario para Pedro Sánchez que el PP. El presidente del Gobierno afronta está convencido de que mezclando a los populares con Vox podrá coger aire tras el KO del 'sí es sí'. Poco importa que haya sido el partido de Santiago Abascal el proponente y que el candidato no tenga carné de Vox. Moncloa trata de acorralar a Génova para salir victoriosa. El plan está claro: trasladar a los españoles que Abascal y Feijóo, a quien afean no solo que haya dado orden a su grupo de abstenerse, sino que ni siquiera esté en Congreso, son lo mismo.
Para Sánchez, la jornada de esta martes es un como una bomba que solo busca arrasar toda la democracia que pueda: "Su proyecto de país es la nada más absoluta, señor Abascal. Por eso esta moción es coherente con lo que ustedes representan: una moción destructiva que define a un partido que va contra la convivencia de los españoles. En contra de todo", ha dicho el presidente. Mientras que para Abascal "sobran los motivos para la moción" y "al menos un puñado de españoles podrán atender y escuchar" los mensajes sin traducciones "torticeras y retorcidas". Al igual que hizo hace dos años cuando él mismo se presentó como candidato a presidente del Gobierno, Abascal ha hecho hincapié en que Sánchez "apenas tardó 24 horas en engañar a sus propios votantes" al pactar un Gobierno de coalición con Unidas Podemos y con socios de investidura como ERC y EH Bildu.
