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España

Elecciones en cataluña

La victoria agridulce de Illa deja a Sánchez en manos del separatismo

El PSC gana las elecciones catalanas por un puñado de votos y el candidato anuncia que se presentará a la investidura, pero Salvador Illa tiene casi imposible formar gobierno

El efecto Illa ha sido insuficiente. La victoria de Salvador Illa en las elecciones catalanas ha confirmado la apuesta de Pedro Sánchez por cambiar el candidato del PSC a pocas semanas de la cita por las urnas. El triunfo de Illa es sin embargo agridulce. El PSC ha sido el partido más votado, pero ha empatado a 33 diputados en cabeza con ERC. El candidato socialista está muy lejos de la Generalitat. Y se quedará en la oposición si no consigue romper el bloque independentista.

Illa ha anunciado que se presentará a la investidura, pero necesita a ERC para cualquier fórmula de gobernabilidad. El acuerdo parece imposible si los republicanos cumplen su compromiso de campaña de renunciar al pacto con los socialistas y buscan una nueva coalición independentista.

"Esta victoria tiene un significado muy importante, que es pasar página en Cataluña", ha dicho Illa. "Volver a escuchar, volver a reencontrarnos. Ha vuelto la Cataluña de siempre".

Illa agradece a Iván Redondo

La victoria del PSC se puede atribuir en gran parte a la estrategia de Sánchez. Y así lo ha reconocido Illa en su discurso, en el que ha agradecido la estrecha colaboración del director de Gabinete del Presidente, Iván Redondo; y a su número dos en el Gabinete; el veterano socialista Paco Salazar. Redondo no es miembro del PSOE.

"Volvemos a ser el primer partido en Cataluña. Hemos conseguido ganar en votos y empatar en escaños", ha dicho el todavía líder del PSC y ministro de Política Territorial, Miquel Iceta. "La victoria de Illa subraya el acierto de la orientación política del PSC".

El presidente del Gobierno ha logrado la cuadratura del círculo: concentrar el voto constitucionalista en Cataluña después gobernar con el independentismo durante más de un año en el Congreso. Illa se ha visto beneficiado de una abstención histórica del 46,4%.

El PSC ha ganado 16 diputados con apenas 30.000 papeletas más que en el 2017, poco más de 625.000. La pandemia del coronavirus y la desmovilización del electorado han favorecido al candidato socialista. Y han perjudicado sobre todo a Ciudadanos, pero también al PP. Vox ha arrasado a las dos formaciones del centro derecha. El candidato Ignacio Garriga ha obtenido 11 diputados, casi el doble de lo que le otorgaba casi cualquier sondeo.

Indultos y referéndum

El descalabro de la derecha es el mensaje en el que ha insistido Ferraz. "La gran perdedora de estas elecciones ha sido la derecha", ha dicho el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. "Los socialistas aceptamos el papel que los electores nos han adjudicado. Trataremos de devolver a Cataluña al lugar que le corresponde".

Pero más allá de las heridas en el centro derecha, la victoria insuficiente de Illa también ha conseguido el efecto de reforzar a los socios independentistas de Sánchez en el Congreso. La dependencia de los votos de ERC para la coalición PSOE-Podemos seguramente influirá en las negociaciones en Cataluña.

La lectura de Cataluña en clave nacional supone varios retos para el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. Sánchez se encontrará probablemente con otra Generalitat independentista, que ahora con ERC intensificará sus demandas de referéndum y libertad de los líderes políticos condenados por el procés. Por otro, la caída de PP y Ciudadanos frente a Vox apuntala su objetivo de dividir al bloque de la derecha.

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