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Sánchez mima otra vez a sus socios vascos de PNV y Bildu...pero quieren más

Ortuzar pide al presidente que deje de ser "el Gobierno de la yenka" y le reclama "cariño". Otegi y los suyos apuestan por agotar la legislatura a toda costa porque "es una oportunidad" de sacar más réditos

Arnaldo Otegi y Andoni Ortuzar charlan en el Parlamento vasco.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no puede esconder su predilección por sus socios parlamentarios vascos, PNV y Bildu. Tras los últimos reveses de ERC y pese a sus continuos choques con sus aliados de Podemos, el Ejecutivo tiene a peneuvistas y bildutarras como principales sostenes. En los últimos días ambos han vuelto a cobrarse algunas ventajas, como el camino allanado para los jeltzales en ITP tras el asalto a Indra y como las enmiendas de Bildu a Ley de Memoria Democrática.

Que Sánchez los mima es una evidencia incuestionable. Sin embargo, ambos socios vascos quieren más. Y no esconden sus demandas. Confían en que después del verano, en el otoño más que caliente que espera al Gobierno, puedan cobrarse algunos de las deudas todavía pendientes. La debilidad de Sánchez es su fortaleza.

En el caso del PNV las reclamaciones son claras desde hace tiempo. Quieren más avances en el autogobierno o, dicho de otra manera, el traspaso de las competencias ya acordadas con el Ejecutivo de Sánchez. "Cumplir lo pactado", como dicen ellos. No por casualidad el presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, acaba de reclamar "más cariño" a un Ejecutivo al que acusa de "bailar la yenka" por estar un día pidiendo ayuda a un socio y otro día buscando la complicidad de otro.

Más pactos que nunca

En el caso de Bildu la alianza es más que necesaria. Porque tampoco es casualidad que la portavoz bildutarra en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, acabe de repetir que la presencia de este Gobierno "es una oportunidad" que seguir explotando para obtener más réditos políticos. Nunca antes el partido de la izquierda abertzale pactó tanto y en tantos campos con un Gobierno.

Obviamente el gran objeto de deseo de Arnaldo Otegi y los suyos es una solución definitiva para el asunto de los presos de ETA pero, a tenor de lo ya conseguido en esa y otras materias, es obvio que se sienten cómodos con este socio en Moncloa. Además, los portavoces de Bildu insisten en que van a "hacer todo lo posible" para que el Gobierno agote la legislatura y lleve a cabo "medidas progresistas de verdad" en todos los órdenes.

Lograr y exhibir

En este contexto, parece que Sánchez tiene socios vascos para rato, más allá de las amenazas puntuales que sobre todo lanza el PNV. Porque a falta de menos de un año para las elecciones municipales y forales de 2023, a ambas formaciones nacionalistas les conviene seguir logrando y exhibiendo más ventajas ante su electorado.

Para los peneuvistas, esa forma de funcionar es una costumbre desde siempre y no la quieren perder. Para los abertzales, este es un nuevo escenario que ha posibilitado el Gobierno con sus pactos y ello beneficia a su estrategia de ensanchar su base electoral. Lo que está claro, en todo caso, es que ambos partidos vascos salen ganando con Sánchez en el poder.

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