España

Paco Salazar, el último cartucho de Sánchez para no abandonar Moncloa

El presidente del Gobierno reincorpora a uno de sus más fieles para mejorar el equipo de estrategia que trabaja para volver a ganar las elecciones

El nuevo secretario general de planificación política de Pedro Sánchez, Paco Salazar, en una imagen de archivo.
El nuevo secretario general de planificación política de Pedro Sánchez, Paco Salazar, en una imagen de archivo. EUROPA PRESS

Francisco José Salazar Rodríguez (Montellano, Sevilla, 1968), más conocido como Paco Salazar, volvió este lunes a Moncloa con la misma discreción con la que se fue hace poco más de un año. El político sevillano, otrora director adjunto del gabinete de la presidencia del Gobierno, aterriza ahora como secretario general de planificación política - un cargo creado ad hoc para él- por el que recibirá más de 100.000 euros anuales, según se desprende de la relación de remuneraciones de la presidencia.

La reincorporación de Salazar, petición expresa de Pedro Sánchez según ha sabido este diario, no busca otra cosa que mejorar el equipo de estrategia que trabaja en la caverna monclovita para volver a ganar las elecciones. "El presidente del Gobierno confía en su trabajo y lo que incorporó no habrá sido suficiente. Paco [Salazar] vale para análisis político, especialmente interno", destaca una fuente que le conoce bien. El propio Salazar ha rehusado hacer declaraciones a Vozpópuli sobre su nombramiento.

Otra fuente socialista cercana al flamante nuevo secretario general de Moncloa señala que Salazar es el "auténtico" estratega del partido. No obstante, era el 'número dos' de Iván Redondo, el ex jefe de gabinete de Sánchez. Él se encargaba del análisis, aunque Redondo era el genio del márketing político. Ahora, Sánchez emprende su final de legislatura con uno de sus más fieles de nuevo en el barco procedente del ostracismo del Hipódromo de la Zarzuela. Quienes le conocen le atribuyen una notoria capacidad intelectual que, dicen, no le impide pisar la calle y sondear el estado de ánimo del país a golpe de realidad.

El último cartucho

Lo cierto es que el nombramiento es el último cartucho de un presidente que intenta dar la vuelta a las encuestas que le sitúan segundo, por detrás del PP de Alberto Núñez Feijóo, quien vive cómodamente instalado en la espera de la caída de la torre. Sánchez quiere rodearse de algunas de las cabezas pensantes tras su fulgurante trayectoria política. Salazar es un 'sanchista' pata negra. Él abrió a Pedro Sánchez la puerta de Dos Hermanas, donde anunció su intención de recuperar el PSOE tras el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016 que sirvió a Mariano Rajoy en bandeja de plata la cabeza del hoy presidente del Gobierno.

Desde entonces, Salazar ha sido protagonista de excepción de todas las epopeyas del 'sanchismo' como secretario de acción electoral de los socialistas. Las primarias contra Díaz, la moción contra Rajoy, las elecciones de 2019, el pacto de coalición con Unidas Podemos, la pandemia y las elecciones catalanas. Es más, Salazar anticipó el 'efecto Illa'. El exministro de Sanidad llevó al PSC a la victoria sobre el independentismo gracias al olfato del político sevillano, licenciado en Ciencias Políticas por la UNED -una carrera que se sacó robándole tiempo a su vida familiar- e ingeniero Técnico Agrícola por la Universidad de Sevilla. 

Sánchez controla con puño de hierro el PSOE. El presidente laminó todo ápice de oposición interna tras la dimisión forzada de la exvicesecretaria general Adriana Lastra. Los socialistas eluden criticar al secretario general y al resto de la cúpula porque el partido prepara ya las elecciones municipales y autonómicas de 2023 y nadie quiere quedarse fuera de la cocina. Y todo porque hay que hacer las listas para esos comicios críticos, antesala de la batalla por Moncloa.

Cambios en septiembre

En el cónclave más próximo al presidente, Pedro Sánchez, se pone fecha a una posible remodelación del Consejo de Ministros: septiembre. La idea es arrancar el curso político tras el parón veraniego marcando la agenda. Pero todas las fuentes reiteran que solo Sánchez sabe lo que terminará haciendo. Y eso que el propio presidente descartó cambios hace unos días. En verdad, la salida de Lastra de la cúpula socialista precipitó la remodelación del partido, que el presidente planeaba ejecutar junto con la del Ejecutivo.

Fuentes gubernamentales socialistas reconocen que los cambios en el Ejecutivo del año pasado, que supusieron el desembarco de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez; de la titular de Ciencia, Diana Morant; de la responsable de Educación, Pilar Alegría; de la encargada de Transportes, Raquel Sánchez y del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, no se han rentabilizado. El único, dicen estas fuentes, cuyo desempeño en este tiempo le ha granjeado proyección pública ha sido Bolaños "y no precisamente buena tras el lío de Pegasus". En el PSOE, de hecho, le ven "quemado".

Una década después de la caída del último Gobierno socialista por la crisis económica de 208, Sánchez niega categóricamente que su rostro no vaya a ser el protagonista del cartel electoral del PSOE en los siguientes comicios generales. Si la crisis se lo lleva por delante, no será por inacción. El líder socialista no está dispuesto a terminar como José Luis Rodríguez Zapatero. Y tiene todo un equipo trabajando para ello al que ya pertenece de nuevo Paco Salazar.

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