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Madrid

Cinco años viviendo con un fugitivo: "Nunca habíamos escuchado el apellido Bote Vargas"

El ilustre alunicero José Luis Bote Vargas llevaba cinco años oculto en una casa de un edifico de Leganés ante el desconocimiento de los vecinos del inmueble

El edificio donde vivía el Bote Vargas en Leganés
El edificio donde vivía el Bote Vargas en Leganés

Nadie sabe realmente la vida oculta de tus vecinos. Como si se tratara de una película de suspense, los residentes del barrio de Zarzaquemada, en Leganés, han conocido la singular vida de uno de sus moradores. Vivía totalmente recluido y no sabían nada de él. Este lunes ha quedado desenmascarado y los inquilinos han descubierto que este hombre formaba parte de una de las sagas más conocida de delincuentes de la capital: los Bote Vargas. Los fundadores del alunizaje en España a finales de la década de los noventa.

A primera hora de este lunes, las cámaras de televisión se agolpaban en torno al número 28 de la calle de los Monegros de la zona de Zarzaquemada. Había un cruce de sensaciones entre los vecinos. Unos se acercaban con inquietud para conocer el motivo del despliegue mediático, mientras que otros se dedicaban a lanzar improperios u amenazas.

Días atrás habían vivido otro despliegue, pero en ese caso fue de los agentes de la Policía Nacional. En ambos días la sorpresa fue la sensación reinante en una zona. "Nunca habíamos escuchado el apellido Bote Vargas", explicaba uno de estos residentes.

En el entorno de Zarzaquemada reina la tranquilidad. El colectivo que más frecuenta la ubicación son personas de la tercera edad. Urbanizaciones, colegios y supermercados. Un paisaje totalmente distinto al poblado chabolista de Las Mimbreras donde se criaron los Bote Vargas.

Sorpresa en Leganés

Este ilustre apellido no causaba ningún tipo de sentimiento entre los vecinos que se paraban a ser cuestionados por la noticia. Otros muchos no querían hablar, pero sí reconocían haber identificado a los familiares del delincuente que llevaba más de un lustro oculto. En mayo saltaron las alarmas y se pusieron manos a la obra los agentes de la Sección de Fugitivos de la Policía Nacional.

Durante las escasas ocasiones que salía, extremaba las medidas de seguridad, quedándose en el marco de la puerta. Los agentes pudieron visualizar cómo llegaba incluso a utilizar a uno de sus hijos para que mantuviese abierta la puerta del portal cuando salía a fumar, para acceder rápidamente de nuevo al interior si veía algo sospechoso en su entorno. 

El momento de la detención de José Luis Bote Vargas, en el domicilio de Leganés
El momento de la detención de José Luis Bote Vargas, en el domicilio de Leganés

Con esta información, los agentes solicitaron una entrada en el inmueble al Juzgado de Guardia de Leganés, siendo autorizada para la mañana del día siguiente. Cuando los agentes accedieron, el fugitivo se encontraba tratando de huir por la ventana de la cocina para darse de nuevo a la fuga, siendo arrestado en esos instantes. Él mismo reconoció que llevaba en el mismo domicilio cinco años, manteniéndose sin salir durante todo ese tiempo.

Los Bote Vargas formaban un grupo que presumía de ser la saga más antigua de alucineros existente en España. 

El clan de los Bote Vargas

El mayor de los hermanos David fue el que comenzó el negocio de la familia de los Bote Vargas. Este delincuente tiene en la actualidad más de cien detenciones. Se especializó en el robo de joyerías mientras que su hermano Félix se centró en las farmacias.

Los dos más pequeños del clan, Óscar y José Luis, aprendieron todo de su hermano mayores. Entre sus compinches destacan nombres conocidos como el 'Rafita', uno de los menores condenados por el asesinato de Sandra Palo.

Juntando todos los antecedentes de la familia, la suma podría ascender a más de 200 delitos. Sin embargo, en toda su trayectoria, han sido muy precavidos para no dejar por el camino delitos de sangre, que son los que más condena acarrean.

Su principal objetivo son robos con fuerza en locales. Nunca robos con violencia. Con la caída de José Luis, todos los miembros del clan de los Bote Vargas se encuentran en prisión. Será un quebradero de cabeza menos para los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que llevan años sufriendo en sus carnes la tormenta de robos de estos cuatro hermanos.

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