Retenida tres días y violada en un local de toxicómanos: "Te vamos a torturar hasta que desees morir"

"Te vamos a torturar hasta que desees morir". Es la contundente amenaza que sufrió una joven después de pasar varios días retenida en un local de Parla donde fue agredida sexualmente por un grupo de toxicómanos. Después del cautiverio, la chica consiguió ser liberada por la Policía Nacional cuyos agentes detuvieron a siete personas que presuntamente habrían estado implicadas en estos hechos delictivos, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.

De este turbulento suceso tuvo conocimiento la Policía Nacional el pasado 17 de diciembre a las 2:50 horas. Una amiga de la víctima, una mujer española de 43 años, llamó al 091 para avisar que la joven, española de 23 años, se había puesto en contacto con ella para decirle que estaba siendo retenida, obligada a consumir drogas y a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

Una patrulla de la Policía Nacional de Parla se desplazó hasta la vivienda de esta mujer para entrevistarse con ella. Para corroborar su versión, mostró a los agentes la conversación por WhatsApp que mantuvo con su amiga. En ella relataba que llevaba dos días sin dormir y la estaban obligando a tomar heroína en el número 2 de la calle Salamanca de la localidad.

Un local que se encuentra ubicado en un bajo y que está considerado como un "lugar de recreo" frecuentado por toxicómanos que se dedican a consumir droga y a suministrar. Es una de las zonas más conflictivas de este municipio madrileño.

La Policía libera a la víctima

Ante la gravedad de los hechos denunciados, los agentes, acompañados de esta mujer, se dirigieron rápidamente al lugar donde supuestamente se encontraba la joven. En un primer momento, abrió la puerta una mujer: "está en perfecto estado, no queremos nada de la policía", alegó antes de volver a cerrar el paso.

Sin embargo, poco después, salió del interior, de forma apresurada, la joven que estaban buscando "sollozando y con evidentes síntomas de nerviosismo". La víctima explicó, en un primer momento a los agentes, que fue obligada a consumir heroína y a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

Ante esta circunstancia, los funcionarios insistieron en llamar a la puerta para identificar a los presuntos responsables que se encontraban en el interior del inmueble. Se negaron en un principio a salir pero varios minutos después acabaron aceptando la situación.

Al tener el acceso libre, los agentes de Policía Nacional solicitaron refuerzos y la víctima explicó que de las cinco personas que había en su interior, tres habían sido participes de las agresiones. A pesar de todo, la joven no pudo recuperar su teléfono móvil ya que estas personas lo habían escondido en un pequeño hueco en el sótano. Tras ello, la Policía Nacional acompañó a la víctima al Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla, donde fue atendida por los médicos y le realizaron el correspondiente parte de lesiones para interponer una denuncia.

Después de toda esta pesadilla, la chica se personó el 17 de diciembre a las 8:22 horas a dependencias policiales para prestar declaración e interponer la correspondiente denuncia por los brutales hechos que vivió durante varios días. Su relato fue estremecedor.

El secuestro en el local de Parla

Esta madrileña reconoció que acudió al local de forma voluntaria el 14 de diciembre a las dos de la mañana para comprar cocaína. Abrió la puerta uno de los detenidos que le ofreció "poder dormir en el local" a cambio de "limpiarlo". La joven no aceptó la oferta de pernoctar en este lugar.

Sin embargo, una vez en el interior del mismo, este hombre, con la ayuda de otro, le impidió abandonar el sitio "agarrándola fuertemente por los brazos y las piernas". Según su relato, le obligaron a consumir "tanta cantidad de heroína que llegó a perder el conocimiento". Cuando recuperó la conciencia tenía la ropa rota.

Fue ese momento cuando uno de estos individuos le forzó para que le practicara sexo oral: "Si no haces las cosas como yo quiero vas a tener serios problemas y te vas a quedar encerrada en el sótano más tiempo". Todo este cautiverio se prolongó hasta el 16 de diciembre cuando a las 23:30 horas consiguió acceder a su teléfono móvil, que se lo habían requisado, y mandó el mensaje a su amiga para que se pusiera en contacto con la Policía Nacional.

Los captores se dieron cuenta y la violencia hacia la chica se recrudeció. "Tenemos que hacer es deshacernos de su teléfono y ponerla una cuerda en el cuello para simular que se ha suicidado. Total quien se va a enterar, a nadie le importa", llegaron a comentar.

"Te vamos a torturar"

Unas amenazas y agresiones que también difundió la única mujer que se encontraba en el local de Parla con la víctima. "O desbloqueas el teléfono o te llevamos nuevamenta al sótano, te atamos de manos y pies y te torturamos arrancándote la piel, las uñas y los dedos", señaló.

Hasta la llegada de los agentes de la Policía Nacional, la joven tuvo que soportar frases como: "Te vamos a torturar de una manera tan brutal que vas a sufrir hasta desear morir". El objetivo era que devolviera su teléfono móvil porque sospechaban que tenía vídeos y fotos de la "venta de droga".

Con un fuerte golpe en el rostro consiguieron que entregara su dispositivo móvil que escondieron en un hueco del sótano. Fue en ese momento cuando llegaron los funcionarios de Parla. Una de las detenidas explicó que "todo era mentira" y que en realidad la víctima "se estaba ofreciendo a tener sexo para obtener a cambio droga". Con todo ello, los agentes detuvieron a las siete personas que había en el local pero dos quedaron en libertad y exculpados cuando la chica testificó el papel que había desempeñado cada uno de ellos en su cautiverio.