La Policía sospecha que el padre que violó a la bebé 'trapicheaba' con los vídeos pedófilos

Los dispositivos móviles del padre que violó a su bebé de meses en Madrid ya se encuentra en manos de la Sección de Informática Forense de la Policía Nacional. Estos especialistas buscarán confirmar, o no, la principal sospecha que tienen los investigadores, a raíz de las primeras pesquisas realizadas, de que el joven comercializaba los vídeos de contenido pedófilo a través de redes sociales con otras personas, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli.

Así, las pesquisas de la operación han pasado a manos de esta sección que está adscrita a la Comisaría General de Policía Científica y se encargan de analizar el contenido de soportes digitales. Su objetivo es desencriptar y recuperar archivos eliminados en busca de evidencias electrónicas probatorias de los delitos investigados. Sólo en el último año los agentes han analizado más de 4.000 dispositivos informáticos y electrónicos para aportar pruebas judiciales en sus informes periciales.

En su poder tienen varias pruebas fundamentales recabadas por los agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuenca en la casa de la pareja en Pinto. Disponen de un ordenador portátil y dos teléfonos móviles. El dispositivo de la madre de la bebé, en el que también se encontraron vídeos pedófilos, y el del padre que localizaron roto porque, según su testimonio, el detenido tenía "ira" y "furia" del material que consumía y por eso lo lanzó contra el suelo.

En una primera inspección visual, los investigadores hallaron más de un centenar de archivos explícitos. Dos de ellos corresponderían con la agresión sexual del padre a su bebé. Sin embargo, el resto son aún peores, incluso con más violencia, según explican fuentes cercanas al caso a Vozpópuli.

Investigan los vídeos con la bebé

Las pesquisas buscan responder dos preguntas: de dónde proceden estos vídeos y también qué hacía con ellos Santiago. La ingente cantidad refleja que no solo consumía este tipo de material ya que lo intercambiaba con otros usuarios a través de Telegram y Discord. Ese es el punto de partida de los agentes: conocer si sacaba rédito económico de este 'mercado negro'.

Otro de los puntos fundamentales de la investigación que llevan a cabo los agentes Grupo I de Protección al Menor de la Policía Nacional es descubrir el papel real de la madre. Los testigos del caso apuntan que conocía las 'aficiones' oscuras de su pareja. Sin embargo, su reacción al ver los vídeos de la bebé reflejan otra cosa. Comenzó a vomitar y gritar, "no se lo creía".

Los agentes, en principio, consideran que la mujer desconocía las agresiones sexuales. Sí que es cierto que en su móvil había bastante cantidad de material pedófilo pero creen que pertenecía a Santiago. Y es que tras su primera detención en 2021 el juez le dejó en libertad con la condición de que no pudiera acceder a dispositivos móviles ni redes sociales.

La vida del pederasta en prisión

Una medida que a la larga se ha comprobado que fue insuficiente ya que este sujeto siguió con sus delitos y los incrementó con el nacimiento de su bebé. Ahora la situación ha cambiado porque se encuentra en prisión provisional. En la cárcel de Valdemoro es una persona totalmente anónima y se encuentra bajo fuertes medidas de seguridad por la gravedad de los delitos que se le imputan. Tiene una vigilancia estrecha por parte de los funcionarios y de un preso de confianza.

El perfil de Santiago no es el de una persona propensa al suicidio pero el hecho de ser un supuesto pederasta pone en riesgo su integridad física. Por el momento pasa desapercibido en la prisión en la que se encuentra, según las fuentes consultadas por Vozpópuli.

Este joven, que es calificado como un "monstruo" por la gente que ha estado a su lado en los últimos años en España, mantuvo una 'relación' de varios meses con una menor que apenas tenía 14 años, según han informado a Vozpópuli fuentes de su entorno. Cuando la chica dejó al hombre, que por esa época tenía 20 años, sufrió acoso y le llegó a amenazar con ir a denunciarle ante la Policía Nacional por los mensajes que le mandaba.

A su llegada a Madrid, donde no tenía prácticamente amigos, se asentó en la zona del Plaza España y el Templo de Debob. Allí se encontraba con menores, principalmente chicas, con los que mantenía encuentros mediante el uso de alcohol y drogas.

Su objetivo: niñas de 12 años

Con sus idas y venidas a esa zona, donde se reúnen muchos jóvenes, entabló amistad con un grupo de ellos. De igual forma comenzó a salir con una de sus integrantes, una chica que apenas tenía 14 años. "Santiago fetichizaba mucho a esta chica debido a su aspecto aniñado, edad y forma de actuar", aseguran estas fuentes a este medio.

Meses más tarde, esta adolescente decidió romper los lazos harta de la manipulación de Santiago. No le gustó nada esta ruptura. Su círculo de amigos ya le habían avisado de que era una persona "bastante agresiva, lujuriosa y lasciva". No se podían ni imaginar que sus actos se prolongaron también con su bebé.