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Madrid

Nuevas claves en el caso de los menores de Colmenar: buscan a una pizzera para que declare

El Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo ha pedido conocer la identidad de la trabajadora de una pizzería del municipio para que declare en el caso de los ocho menores que presuntamente eran maltratados por sus padres

Colmenar Viejo
Vista de la casa en Colmenar Viejo, en el que la pareja de esta localidad madrileña fue detenida por el presunto maltrato de sus ocho hijos EFE

El juez que se encarga de instruir la causa del presunto maltrato a ocho menores en Colmenar Viejo busca a la empleada de una pizzería del municipio. Esta curiosa circunstancia se produce porque no tiene la identidad completa de la trabajadora ni su domicilio y busca citarla a declarar en este proceso judicial, según informan fuentes jurídicas a Vozpópuli.

La persona que buscan en cuestión es una mujer que desempeña sus funciones en el restaurante Mamma Mia de la localidad. El magistrado ha lanzado un requerimiento para averiguar la identidad completa de esta trabajadora para tomarla testimonio.

Según informan fuentes jurídicas esta trabajadora, al parecer, dejó dinero a la madre de los menores de Colmenar Viejo para una excursión. Se da la circunstancia de que serían unos pocos euros que le faltaban en efectivos a la progenitora, pero el juez considera que su testimonio podría ser relevante.

El objetivo: conocer la situación económica de la familia

El objetivo de esta declaración sería conocer cuál es la situación monetaria de la familia ante la denuncia de los menores. Algunos de ellos dijeron que sus padres les castigaban sin comer y tampoco compraban los alimentos suficientes para su mantenimiento.

Desde el entorno de los progenitores se niega esta circunstancia. Además, se remarca que en los próximos días se proporcionará al juzgado información que desmonta esta teoría. Entre estas pruebas se podrían encontrar facturas con las compras de comida que se realizaban en supermercados del municipio.

Domingo, médico del Gregorio Marañón, y su mujer Mercedes perdieron la tutela de los ocho hijos con los que convivían. Fueron detenidos por los investigadores de la Guardia CivilTres de ellos declararon haber recibido malos tratos por parte de su padre y exculparon a la madre. Rodillos de cocina o sacacorchos eran algunos de los utensilios con los que recibían los castigos, según manifestaron en su exploración a la que ha tenido acceso Vozpópuli.

Se investigan también una posible agresión sexual

El Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo sigue al frente de las diligencias del procedimiento y citó de nuevo a los padres para que respondan sobre un episodio de una supuesta agresión sexual que denunció haber sufrido una de sus hijas. El médico, que actualmente trabaja en el Hospital Gregorio Marañón, podría quedar investigado por este nuevo delito si el magistrado lo considera oportuno y da por buenas las afirmaciones de esta niña, según informan fuentes jurídicas a Vozpópuli.

De los ocho menores, solo tres denunciaron el presunto maltrato. En las primeras exploraciones estos niños confesaron haber sufrido agresiones físicas y verbales. Sin embargo, en las segundas declaraciones ante el juez, una de las hijas dijo haber sufrido un episodio de agresión sexual.

La menor afirmó que entre febrero y marzo de este año su padre le había obligado a ver películas porno y a representarlas. También aseguró que le había explorado sus partes íntimas para asegurarse de que no había mantenido relaciones. De ahí las nuevas diligencias que buscar tratar a fondo este grave episodio que podría calificarse de agresión sexual.

Los testigos del supuesto maltrato a los menores

En estos momentos, el matrimonio está investigado por los delitos de maltrato, contra los derechos y deberes familiares y de obstrucción a la justicia. Además, al hombre se le atribuyen también cargos por violencia de género contra su mujer y hurto por el material sanitario que localizó la Guardia Civil en su casa.

Por otra parte, el juez también citó a declarar a media docena de testigos con el objetivo de conseguir información que sustente el testimonio de los menores sobre los supuestos malos tratos que sufrieron en la denominada 'casa de los horrores'. Entre ellos se encuentra un primo del padre, que vive en Salamanca. Este hombre supuestamente confesó a la directora del colegio los episodios que una de las menores sufría por parte del médico.

La funcionaria de ese centro de Salamanca dijo a su actual tutora en Madrid un mensaje preocupante: los tíos le habían manifestado que hicieran todo lo posible para que la "niña no viniera a Colmenar con los padres porque iba a sufrir malos tratos".

Los menores piden volver con la madre

La madre negó hasta la saciedad que ella y su marido maltrataran a sus ocho hijos menores. De todas las formas se lo preguntaron y lo rechazó de forma contundente. Ella también acudía como presunta víctima de violencia de género. "La situación me supera", confesó ante los tribunales en una declaración a la que ha tenido acceso Vozpópuli sobre la denominada 'casa de los horrores'.

La declaración ante el juzgado de los menores presuntamente maltratados en Colmenar Viejo (Madrid)
La declaración ante el juzgado de los menores presuntamente maltratados en Colmenar Viejo (Madrid)Gabriel G. KovacGabriel G. Kovac

Por su parte, Domingo S.S., el médico del Gregorio Marañón detenido por la Guardia Civil, evitó ante el juzgado reconocer o negar los malos tratos a sus hijos y se limitó a recalcar que "estos hechos ya están siendo juzgados". Eso sí, el sanitario desmintió vender material del hospital y dijo que la ingente cantidad localizada en su domicilio fue recopilada durante años y que aumentó en los últimos tiempos por el "miedo" tras la pandemia del coronavirus. "Soy un veterano y he ido acumulando".

Además, defendió que se iban a mudar a finales de mes de la casa de Colmenar Viejo y por ese motivo tenían la casa desordenada y con bolsas y cajas apiñadas. En la actualidad, los ocho menores, que tienen entre 4 y 14 años, se encuentran bajo la tutela de la Comunidad de Madrid. En sus exploraciones ante los psicólogos las niñas expresaron las ganas que tenían de volver a vivir con su madre.

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