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España

Plaga de langostas: subvenciones a los cultivos ecológicos, la nada al campo tradicional

Los campos con cultivo y ganado ecológico son cada vez más comunes por conllevar un menor riesgo para la economía de las familias, pero su bajo contenido en químicos las convierten en auténticos nidos de plagas

"Como si tuviese 100 ovejas más". La gran plaga de langostas que vive la Comarca de la Serena en Extremadura está ocasionando serios perjuicios a agricultores y ganaderos, que ven cómo sus cosechas ya no valen nada o cómo sus fincas se quedan sin el pasto necesario para alimentar a los animales. Una situación que, según denuncian los vecinos de Zarza-Capilla, Peñalsordo y Cabeza del Buey, se lleva repitiendo año tras año, aunque este es el peor, lo que ha hecho que eleven su protesta.

El entorno natural de la comarca de La Serena es un área ZEPA, una Zona Especial de Protección de Aves, lo que provoca que proteger la vegetación sea más complicado. La normativa exige controlar las sustancias químicas (no se puede utilizar herbicidas, rodenticidas e insecticidas en grandes dosis), además de utilizar, en caso de plagas como esta, únicamente productos recomendados por la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, que por lo general son poco efectivos. El motivo es que las aves comen insectos y estas pueden intoxicarse debido al uso químicos en las fincas.

Hace años, antes de que las normativas ecologistas modificasen el cuidado del campo, se controlaban las plagas mediante la aplicación de plaguicidas. "Pasaba una avioneta que regaba los campos, pero ahora eso está prohibido", relata a Vozpópuli un hombre de Zarza-Capilla residente en Madrid.

Esto hace que los agricultores y ganaderos tengan grandes limitaciones a la hora de proteger sus campos. Esto se complica aún más en las explotaciones ecológicas, donde hay que cultivar sin ningún tipo de aditivo o pesticida. Con los animales sucede lo mismo, deben alimentarse sin aditivos o suplementos. Estas tierras no tienen ningún tipo de protección contra plagas.

La parte positiva es que estos territorios están protegidos en el aspecto económico por la Unión Europea, que da una ayuda de entre 144,10 y 543 euros por hectárea a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural. Además, sus posibles pérdidas están cubiertas: en las operaciones de adopción de prácticas y métodos de producción ecológica de olivar, de viñedo para vinificación, de frutales de hueso, frutales de pepita y frutales de secano (en parcelas con pendiente superior al 15 %), la ayuda cubrirá el 100 % de la prima calculada por pérdida de ingresos más costes adicionales. También reciben el incremento por diferencia de precio entre el valor de producto ecológico y el convencional.

¿Qué significa esto? Que las langostas campan a sus anchas en las fincas con cultivo y ganado ecológico, además de reproducirse con facilidad, gracias a que el clima ha ayudado a la puesta de huevos, según declara la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-UCE). La prohibición de usar pesticidas químicos hace que se utilicen alternativas ecológicas poco efectivas contra un alto número de langostas, lo que se traduce en un mayor número de estos animales año tras año. La normativa convierte a este tipo de fincas, que cada vez son más mayoritarias por ofrecer un menor riesgo económico, en auténticas 'granjas' de langostas.

La queja principal de los vecinos de la comarca de La Serena es que la Junta de Extremadura no ha puesto los medios necesarios para prever que esto iba a ocurrir antes o después. Esta queja es especialmente notoria por parte de los agricultores tradicionales, que aunque sí pueden utilizar pesticidas, estos son muy débiles debido a la protección que reciben las aves en las áreas ZEPA. Si a esto le sumamos que los seguros agrarios no van a cubrir sus pérdidas, así como tampoco lo hará la Unión Europea, son los más perjudicados y los grandes perdedores de esta plaga.

En el caso de los ganaderos, solo tienen dos opciones: gastar ingentes cantidades de dinero en comprar comida que sustituya al pasto natural o permitir que sus animales no sacien su apetito, haciendo que su producción sea peor. En ambos casos, ocurre lo mismo: nadie compensa sus pérdidas. "Se comen las retamas, están roídas", sostiene un ganadero de Zarza-Capilla, que también afirma que antes de la plaga, "tenía pastos para dos meses, pero a este paso, en cuatro días se queda sin ellos". Además, las langostas muertas 'nadan' en la superficie de los acuíferos y contaminan las aguas donde se hidratan los animales.

Aunque la Junta de Extremadura está llevando a cabo prospecciones y ha comenzado a luchar contra la plaga, los agricultores y ganaderos denuncian que es demasiado tarde, ya que estos animales suelen salir a comer -la llamada fase solitaria- durante un par de semanas. Para cuando se analicen las muestras en Cáceres, la plaga de 'langostos', como son llamados en la comarca de La Serena de Badajoz, ya se habrá comido todo. El objetivo ahora es evitar que esto vuelva a ocurrir el año que viene... aunque los vecinos de la comarca señalan que esto ha ocurrido todos los años, aunque sin ninguna duda, la gota que ha colmado el vaso ha llegado este año.

Es por esto que UPA-UCE ya ha solicitado a la Junta de Extremadura ayudas económicas para los agricultores y ganaderos afectados. Quieren sentarse con el ejecutivo regional para ver cómo compensan a los afectados y cuáles son las medidas a seguir para evitar que esto vuelva a ocurrir el próximo año. "Hay que evitar que este problema con la langosta se repita en futuras campañas”, ha señalado el secretario general de la asociación en Extremadura, Ignacio Huertas.

La sensación que tienen en la comarca de La Serena es que esto se debe solucionar ahora o nunca. La amplia difusión de esta historia en medios de comunicación -en Vozpópuli fuimos los primeros- ha hecho que las instituciones públicas de la Junta de Extremadura hayan escuchado, por primera vez en años, a los vecinos de la zona, que están cansados de pedir métodos más efectivos para luchar contra las langostas.

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  • 1
    123probando

    Tenemos subvenciones al perroflautismo. Es decir la ruina económica subvencionada. Ayyy los chiringuitos ecoguais.

    Espérate que vendrán los animalistas y dirán que una langosta tiene el mismo derecho a vivir que un agricultor. ¿Qué no?

  • L
    Leonidas

    Si claro. Reciben una ayuda. ¿Y ésta cae del cielo o de los impuestos del resto? La realidad nos llevará por delante