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Opinión

RAYOS CATÓDICOS

El desespero del traductor de catalán

Aragonés señala a Junts: "Solo compra la unidad cuando ellos creen que la pueden liderar"
El presidente de la Generalitat de Catalunya y candidato a la reelección, Pere Aragonès ep

Con tanto debate en cadenas de ámbito nacional en el que los candidatos se expresan en catalán hay quien va a acabar con un surménage de padre y muy señor mío. Nuestros políticos tienen la característica de hablar rápido, de interrumpirse, de murmurar por lo bajini y eso hace que quien tiene que traducir se las vea y se las desee para poder hacer su trabajo. No radica ahí tan solo la dificultad. Existe otra barrera, esta propia de cualquier lengua, que es el empleo de modismos, frases hechas, palabras que a pesar de tener un sentido se utilizan en el contrario, de casi imposible traducción. Como servidor es catalán y he visto unos cuantos debates en mi vida con traducción simultánea les pongo ejemplos. Cierta vez un candidato de la por entonces CiU acusaba a un socialista de somiar truites. Traducción literal, soñar tortillas. Ahí le quiero ver, traductor, porque esa expresión se emplea como figura que designa a alguien que no toca con los pies en el suelo, que es soñador, que tiene la cabeza a pájaros, pero tampoco es exactamente todo eso aun cuando lo sea. Me estoy liando, pero traducir es difícil, traduttore traditore.

La de no tot son flors i violes tiene más fácil traducción, no todo es coser y cantar, es decir, no todo es simple y fácil; más todavía, ets curt de gambals, lo que traducido literalmente es que tienes cortas las correas, gambals, que atan el estribo a la silla de montar de una caballería. Efectivamente, es incómodo y peligroso si la medida no se ajusta a la estatura del jinete, pero en catalán se emplea despectivamente hacia una persona a la que se quiere significar de corto, bobo, que no da pa más, vamos; otra, al cul me les fotin bullides lo que, y ustedes perdonen, significa al pie de la letra que en el culo me las metan hervidas poniendo de manifiesto quien así habla que le da lo mismo lo que le pase. Ya sé que es casi imposible que Aragonés, tan institucional, o Illa, tan peripuesto que parece Mr. Chips, digan esa ordinariez.

Su catalán es ortopédico, normativamente aburrido y carente de ese jugo que debe tener toda lengua local para ser atrayente

Tampoco es que hablen muy bien la lengua de Rupert de Nola o Francesc de Eiximenis. Su catalán es ortopédico, normativamente aburrido y carente de ese jugo que debe tener toda lengua local para ser atrayente. La reforma de Pompeu Fabra dejó al catalán de los campesinos y pescadores, de los vendedores ambulantes y la menestralía, seco y arrugado como una pasa. Y como aquí se habla mucho de la lengua pero nadie se interesa por ella, salvo por cuestiones políticas sucias y partidistas, ese sucedáneo de catalán es con lo que se manejan quienes salen en televisión, máxime cuando de políticos se trata. Bien pensado, para nuestros traductores casi es mejor, porque imaginen si esos candidatos empleasen el catalán de Pla y ya no digo el del Rector de Vallfogona, llamado por nombre Francesch Vicens García Ferrandis, que vivió entre el 1579 y el 1623, sacerdote y poeta que gustó de ironizar básicamente sobre, y perdonen de nuevo, la cosa de cagar. Porque los catalanes somos muy de estos asuntos, véase el Caganer que adorna nuestros belenes navideños, y ese acto natural nos produce una hilaridad semejante a la de los alemanes, pueblo también proclive a que todo el humor gire alrededor del culo. En su obra Desengany del món, Desengaño del mundo, azotó a la sociedad de su tiempo con una sátira que equivale a la de Quevedo. Seca como un golpe de tralla, insolente, inmisericorde con los poderosos y los cobardes. Sería fantástico que lo que regurgitan los políticos catalanes de hoy lo tradujera Don Francesch. O Quevedo. O ambos. Porque lo que ganamos en muchas cosas lo hemos perdido en crítica y gracia. Y dispensen el tono de este artículo. Servidor, debo reconocerlo, también es un somia truites.

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  • N
    NormaDin

    Cualquier lengua bien hablada es de admirar y a estas alturas se habla bastante mal tanto el catalán como el castellano. No entraré ahora en el demencial asunto de la imposición lingüística xenófoba (yo prefiero decir 'racista'), porque me aburre la estupidez y el totalitarismo.

  • M
    M-47

    Ha visto Vd. algo m ás ridículo, más bochornoso y más significativo de la clase política que tenemos en el país. El indigno, de estar ahí, catalán habla en catalán y el traductor lo traduce al español, "para que lo entiendan todos ", El indigno vasco, de estar ahí, habla en vascuence y el traductor lo traduce a " español ", para que lo entiendan todos. Si hablaran todos en español, se entenderían todos ahorrándonos toda esa parafernalia y el importe invertido en personas necesitadas, por ej. Sería una inversión infinitamente más digna. ¿ Cómo calificamos semejante esperpento?

  • J
    Juanmanuelito

    Dirigirse a una persona o público en un idioma distinto al que tienen en común el hablante y los escuchantes, tiene un calificativo muy feo, pero que muy feo; para mí y como mínimo, es de muy mala educación. Es como si a mi casa viene un amigo acompañado de un amigo inglés, que desconoce el español, y dominando yo el inglés, me empeño en hablarle en español. En mi pueblo se diría que es un detalle golfo.

  • J
    jorge.q

    Bien dicho, Mismamente en Gallego y peor en Euskera, con el resultado de que los bachilleres hablan cada vez más desastroso en esas lenguas, sin conocer a sus principales poetas y narradores, luego desconociendo su historia/El dineral q se gastan en traductores es de urgencia máxima para millones de españoles en precario, gremios diferentes, desasistidos,y policías varias