El jubilado 'unabomber' planeó crear un explosivo más potente que las cartas bomba

El jubilado 'unabomber' de Miranda de Ebro planeó crear un explosivo más potente que las cartas bomba que envió el año pasado a Moncloa y varios organismos oficiales. El detenido, para el que se acordó este viernes prisión provisional sin fianza, adquirió en verano precursores de explosivos (entre ellos un kilo de nitrato) y cable con mecha, que lleva a los investigadores a pensar que podría trabajar en un ataque más ambicioso.

Así lo confirman a Vozpópuli fuentes de la investigación en el marco de la cual se detuvo a Pompeyo G.P el pasado miércoles. El funcionario jubilado sembró el caos en los meses de noviembre y diciembre cuando envió una remesa de cartas bomba a las embajadas de Ucrania y Estados Unidos, además de Moncloa y el Ministerio de Defensa, entre otros organismos. Las pesquisas policiales y el registro de su domicilio permitió a los investigadores advertir del potencial perfil terrorista del investigado.

Las fuentes consultadas explican que el jubilado no solo habría diseñado la creación de las cartas bomba. La información solicitada a Amazon pone de manifiesto que entre los meses de junio y julio compró un importante arsenal de precursores y activadores de gran potencia. La mercantil trasladó a la Audiencia Nacional que el 'unabomber' adquirió un kilo de nitrato potásico puro, cable con mecha, interruptores, filamentos de cobre y bombillas incandescentes.

Explosivo de mayor potencia

El nitrato potásico puro es un compuesto que se suele utilizar para la creación de artefactos que explotan en contacto con ácido sulfúrico. Los agentes sospechan que su intención era preparar un ataque mucho más potente que el de las cartas bomba. Además, hay otro indicio que demuestra que el explosivo más duro no se empleó para este ataque, y es que en el análisis de los TEDAX se identificó el azufre y la parafina adquiridos para las cartas bombas pero no hubo ni rastro del nitrato.

También es significativo que los materiales los consiguió en dos momentos separados. Por un lado, adquirió en junio y julio el nitrato y el cable con mecha, mientras que el resto de arsenal utilizado para las cartas bomba lo consiguió entre octubre y noviembre. Se trata de pegatinas adhesivas, tornillería, brocas y plantillas para dibujar números y letras.

El bautizado como 'unabomber' se instruyó en la creación de estos detonantes a través de portales sobre armas y de sustancias químicas. La intervención de sus comunicaciones pone de manifiesto que desde su móvil realizó visitas a varias páginas web, especializadas en conocimientos químicos y de compra de bricolaje y tornillería. Además, del registro de su domicilio en Miranda de Ebro, la Policía Nacional intervino un dron con un dispositivo de suelta de carga desde donde pretendía lanzar un artefacto de mayor potencia.

Aprendizaje en química

Por eso, el magistrado de la Audiencia Nacional que dirige las diligencias consideró que se trata de hechos especialmente graves que hicieron necesario su ingreso en la cárcel sin fianza. "Tales circunstancias objetivan un alto riesgo de reiteración delictiva, que conlleva la necesidad de decretar su prisión provisional", expuso el instructor.

El 'unabomber' pasó a disposición judicial este viernes, dos días después de su detención en su localidad natal. Los agentes al frente de la operación Konvert (que significa 'sobre' en ucraniano) lograron dar con su rastro en un tiempo récord gracias a las pistas que fue dejando con el envío del material explosivo y las compras realizadas por Internet.

La investigación, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional buscó las similitudes de todos los sobres que envió entre noviembre y diciembre del año pasado. El investigado, a quien se le atribuyen hasta seis delitos terroristas, dejó pistas de su autoría en los matasellos que remitió, así como en los explosivos que contenían los sobres.

De hecho, las características de los sobres condujo a la Policía a una empresa que los vende online. La misma remitió a la investigación que este ciudadano, de Miranda de Ebro, adquirió 25 sobres idénticos. Los mismos se dirigieron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; a la ministra de Defensa, Margarita Robles; a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), a una empresa armamentística de Zaragoza y a las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en España.

La bolsa de basura

En esta secuencia de hechos desde que arrancó la causa en diciembre hay un día clave: el 18 de enero. Ese miércoles se montó un dispositivo de vigilancia sobre este individuo en el marco del cual recogieron una bolsa de residuos que tiró al contenedor. La Comisaría General de la Policía Científica procedió a su análisis determinando que el ADN del sospechoso constataba con el ADN encontrado en todas y cada una de las cartas bomba enviadas a sus potenciales objetivos.

Al hilo, los agentes también advierten del perfil prorruso de este vecino mirandés. Sus consultas a páginas prorrusas, la difusión de propaganda del Kremlin y los enseres incautados en su casa (entre ellos un cuadro de Lenin) les llevan a concluir que su actuación tenía cierta motivación política y de castigo hacia España y Estados Unidos por su postura ante la guerra de Ucrania.

Por todo ello, en su pase a disposición judicial este viernes la Fiscalía pidió prisión sin fianza para él. El magistrado acordó la petición amparándose en el riesgo de fuga y la alta probabilidad de que reiterase los actos terroristas. Al respecto determinó que, aunque no se le relaciona con ningún grupo terrorista, su actuación tiene un carácter terrorista en tanto consiguió crear una situación de alarma entre la población. "El concepto de terrorismo no siempre se identifica con el de banda armada", apostilló.