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España

Un agente inmobiliario y su suegra de 73 años lideraban la red de tráfico de armas de Sevilla

El arsenal incautado a los detenidos en Sevilla

Un agente inmobiliario de 45 años estaba detrás de una red de tráfico de armas desarticulada en Sevilla por la Comisaría General de Información. La sorpresa para los investigadores de la Policía Nacional es que contaba con una ayudante dentro de su propio entorno familiar. Se trata de su suegra, una anciana de 73 años que, a juicio de la Policía, jugaba un papel clave a la hora de recibir el material con el que luego hacían las armas, algunas de guerra, que podían vender hasta por 10.000 euros la unidad.

Cuando los agentes del Grupo Especializado en el Tráfico Ilícito de Armas llegaron el 29 de diciembre a la calle Escorpión de la localidad sevillana de Dos Hermanas, fue el propio investigado quien aceptó mostrarles personalmente su arsenal. Pero antes, pidió que se llevasen a su mujer para que no presenciase la escena. Llevaba durante nueve meses bajo el foco policial, al igual que su suegra.

La septuagenaria también fue arrestada acusada de servir de ‘mujer de paja’ a la red. El yerno ponía a su nombre los envíos del material mediante empresas de mensajería convencionales. Con las piezas que recibía, luego creaba las armas, un sistema conocido en el argot como ‘canibalización’. Consiste en mezclar partes de armamento de orígenes diversos para alterar su trazabilidad y dificultar así las pesquisas policiales. “Es como si el arma perdiese su ADN”, explica uno de los investigadores a este periódico.

Los investigadores sospechan que la anciana sí sabía en qué consistía el lucrativo negocio de su yerno y qué había en el interior de los cerca de 15 paquetes relacionados con esta actividad que llegaron a su nombre durante el tiempo que duró la investigación. Esta impresión incrementó cuando al tomarla declaración tras la detención se negó a colaborar en nada con las pesquisas. Se limitó a guardar silencio en todo momento.

El presunto líder, original de Sevilla, era un hombre con éxito en sus negocios inmobiliarios, que vivía con su mujer y su hija. Peor en casa tenía además 5.000 cartuchos y dos pistolas Glock, muy demandadas por su fácil uso. Cada una puede costar en el mercado negro unos 3.000 euros. No obstante, la pieza más valorada de su colección era una UZI, un arma de guerra de origen israelí muy difícil de conseguir por el método de la 'canibalización'.

El hallazgo de esta pieza le ha costado la mayor acusación por un delito depósito ilegal de armas de guerra. Los investigadores creen que la mayoría de su material procedía de otros países de la Unión Europea, si bien apuestan porque también tenía lazos fuera de las fronteras europeas. “Ese cañón que tiene la UZI no se logra en Europa fácilmente”, indican las fuentes consultadas.

Las uvas en prisión

Tras dos días en dependencias policiales, el Juzgado de Instrucción número Seis de Dos Hermanas que se ha hecho cargo de las pesquisas envió al agente inmobiliario la mañana del mismo 31 de diciembre a prisión por lo que pasó la Nochevieja entre rejas. Su suegra, en cambio, permanece en libertad con medidas cautelares, según las fuentes de la investigación.

El caso se centra ahora en tratar de determinar los vínculos entre esta red de tráfico de armas y el crimen organizado. Se apuesta por esta vía por las características de las armas incautadas. Las Glock son muy funcionales y las UZI son intimidatorias. El hecho de que estés canibalizadas indican que los compradores tenían intención de usarlas sin dar pistas de su origen en caso de ser detenidos.

Es un modus operandi distinto, por ejemplo, al de los yihadistas que cuando adquieren un arma les es indiferente este extremo conscientes que van a inmolarse al entrar en acción. "No podíamos permitir que una persona acumulase tal cantidad de armas en su casa", zanjan las fuentes consultadas.

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