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Cataluña

Las horas bajas del independentismo: Junts da 6 meses a ERC para forzar otro 'procés'

El 53% de los catalanes rechaza hoy que Cataluña sea un estado independiente y tan solo un 38,8% lo apoyan. Unas cifras que distan ampliamente de las anotadas en julio de 2020, cuando la vía unilateral registraba un 50,5% de apoyo

Laura Borràs y Jordi Turull
Laura Borràs y Jordi Turull EP

Junts afronta sus horas más bajas como socio del Govern en Cataluña y rehace su estrategia con Carles Puigdemont de líder en la sombra y la mano dura de Laura Borràs agarrando el timón. El relevo de la cúpula se estrena con Puigdemont inmerso en el 'caso Voloh', Borràs cercada por un caso de malversación y, sobre todo, después del hachazo del CIS de marzo, que restaba nueve escaños al partido de Puigdemont y aupaba a ERC y PSC. De los 32 escaños, los sillones de sus filas se quedarían en 23 en el peor de los escenarios, dejando la puerta abierta a una remodelación de las mayorías en el Parlament y quedando fuera de su alcance la presidencia de la Generalitat.

En la formación han saltado las alarmas por las malas previsiones y han arrancado el nuevo ciclo del partido apretando filas en torno a otro 'procés'. La nueva apuesta, según se desprende del texto de la ponencia que se aprobará el julio en el Congreso Nacional de Junts, extrema su política e incluso marca tiempos de actuación. La nueva hoja de ruta se disocia de la estrategia de ERC por rechazar cualquier diálogo y entender que Ejecutivo nunca consensuará la independencia. Junts formaliza así su golpe sobre la mesa del diálogo y va un poco más allá de la posición que siempre ha defendido augurando un 'octubre caliente' con nuevas manifestaciones para declarar la independencia y, sobre todo, abriendo la puerta a la ruptura en el Govern.

Fuentes de Junts afirman a Vozpópuli que este viraje no es "una roja directa a ERC" ya que la intención es seguir en la coalición pero, visto lo visto, el objetivo primordial debe ser la independencia más allá de cosas rutinarias de gestión como "arreglar carreteras". Es por eso que la formación da seis meses de margen a su socio, hasta el 1 de octubre, para revertir la situación y progresar hacia una nueva declaración de independencia. "Hay un pacto escrito que se tiene que cumplir", aseguran desde Junts, rememorando el maridaje que se prometieron ambos partidos hacia el separatismo en la constitución del Ejecutivo catalán. Explican que después de la aprobación de la ponencia se iniciará la cuenta atrás para negociar con ERC una salida al secesionismo al margen del Ejecutivo tras lo cual, si no hay consenso, se pondrán al servicio de las bases. Ellas decidirán si dinamitan o no el Govern, por lo que la consulta, recalcan, es absolutamente "vinculante".

El reto que tiene por delante la nueva líder de Junts, que mide sus pasos bajo la atenta mirada del Secretario General, Jordi Turull, que representa el peso de la anterior cúpula, es mayúsculo. Sobre todo teniendo en cuenta que el apoyo a la independencia es el más bajo desde 2014, justo antes de que Artur Mas abriera la vía al independentismo. Según la encuesta del Centre d'Estudis d'Opinión, el 53% de los catalanes rechaza hoy que Cataluña sea un estado independiente y tan solo un 38,8% lo apoyan. Unas cifras que distan ampliamente de las anotadas en julio de 2020, cuando la vía unilateral registraba un 50,5% de apoyos.

La fuga de afiliaciones y votos en el seno del ala independentista más radical también es algo que Borràs debe atajar con una nueva hoja de ruta convincente. En las anteriores elecciones autonómicas ya se notó que el voto secesionista se había desinflado, algo que genera inquietud en Ómnium, ANC además de en Junts. Es por eso que para aunar fuerzas, el independentismo pretende repetir la estrategia de Mas y acudir con una lista única (o "cívica" según ANC) a las próximas elecciones de 2025. Pero hasta entonces debe consolidarse. Un ejemplo de las fugas por divisiones internas es la elección reciente de Dolors Feliu como presidenta de la ANC. Cabe recordar que fue la plataforma que supo canalizar el reclamo soberanista en las calles y ahora muchos asociados se han dado de baja por preferir al exconcejal de ERC Jordi Pesarrodona y percibir en la elección de Feliu una sensación de extravío y una influencia excesiva de los partidos. Es decir, las plataformas independentistas que pulsaban del soberanismo cívico han pasado por una crisis de representación.

Junts mira a la Comunidad Internacional

Dentro de las premisas que recoge el texto de la ponencia se deriva la validez de la declaración unilateral de independencia después del referéndum de 2017, del que esperan su materialización y ratificación por parte de la Comunidad Internacional. Es por eso que no cierran la puerta a que se celebre un nuevo referéndum apoyado por otros países, una obsesión de Carles Puigdemont desde su exilio en Waterloo. Este punto del 'nuevo Junts' da gran parte de poder al Consell per la República del 'expresident' de la Generalitat al delegar gran parte del desarrollo de la vida del partido en la acción exterior. La idea es generar una entidad paralela que luche por la independencia a nivel global, con delegados ya nombrados, que refuerce a su vez la formación nacional.

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  • R
    Ratwulf

    Por cierto, antes tomo agua con gas que beber una cerveza golpista Damm.

  • R
    Ratwulf

    Hay que ser muy ingenuo para darse cuenta que volverán a los golpes de estado, gracias en parte a Su Sanchidad. De horas bajas, res ni mica.

  • S
    S.Johnson

    Un independentista puede dejar de serlo, un nazi no.
    Es fundamental que pierdan toda esperanza. Una vez muerto el perro se extinguirán los nazis...