"He matado a mi hijo, que venga la Policía": la confesión telefónica del autor del crimen de Labiano (Navarra)

"He matado a mi hijo, que venga la Policía". Así fue la corta llamada a Emergencias que hizo el padre que el pasado domingo acabó con la vida de su hijo en el pueblo de Labiano en Navarra, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Un asesinato que acabó con meses de disputa entre ambos. Una situación que era un secreto a voces en un pequeño municipio de apenas 159 personas. La Policía Foral investiga las circunstancias del suceso y el presunto autor se encuentra detenido a la espera de su pase a disposición judicial.

La alegría de un pueblo en fiestas terminó antes del desayuno del domingo. Los vecinos de Labiano pasaron la madrugada sobresaltados por las voces que salían de la casa ubicada en el número 7 de la calle Iturria. Los gritos sin duda eran provocados por una discusión entre Ángel María E.I., de 83 años, y su hijo Ángel María E.S., de 55 años.

La confesión del asesino

Los enfrentamientos entre ambos eran constantes en los últimos meses. También se repetían las llamadas de los vecinos para alertar sobre los mismos. Sin embargo, los sonidos escuchados este domingo eran diferentes. Los testigos oyeron varias varias detonaciones. Llamaron de forma inmediata a las autoridades pasadas las ocho de la mañana. Una vecina, que se encuentra en la parcela aledaña, fue la que proporcionó más detalles del mismo.

Sin embargo, la llamada más clarificadora fue la del propio asesino. ""He matado a mi hijo, que venga la Policía", confesó en una llamada a SOS Navarra 112. La Policía Foral de Navarra se desplazó rápidamente hasta la casa pero no pudieron hace nada por la vida del hijo.

El padre mantuvo en todo momento la frialdad. Manifestó que el hijo le había amenazado con un cuchillo para que le diera dinero. Esas amenazas se repitieron y decidió dispararle al menos en tres ocasiones con una escopeta de caza que tenía.

Los especialistas de la Policía Científica se desplazaron hasta la casa para recabar pruebas. La Policía Foral se ha hecho cargo de las diligencias que parecen claras. Tienen una confesión y el arma con el que se produjo el asesinato.

El octogenario ha pernoctado estos días en la Comisaría Central de Beloso. Está previsto que próximamente pase a disposición del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Aoiz que se encuentra en funciones de guardia.

La relación del padre y su hijo

Una de las pesquisas que están practicando los agentes es la toma del testimonio de los vecinos. Sus declaraciones no han dejado indiferente a los investigadores. Han proporcionado algo de luz a este turbulento suceso.

El padre estaba "cansado" de la actitud de su hijo. Al parecer, las discusiones eran diarias hasta por el menor de los asuntos. Llevaban un tiempo viviendo juntos porque el hombre se había divorciado y regresó al hogar de su familia.

Las "amistades" y el "factor económico" eran claves en sus disputas, según los vecinos que llegaron a ver estas peleas hasta en las inmediaciones del domicilio. Asimismo, el padre había confesado a sus allegado que se quería marchas porque no aguantaba "ni un segundo más en esa casa".

Los agentes se encuentran analizando la escopeta de caza con las que se perpetró el crimen. También el cuchillo con el que supuestamente el hijo amenazó a su padre. Estas pruebas serán claves para determinar si el padre se defendió o acabo deliberadamente con la vida de su primogénito.