El Gobierno confirma que los peajes de las autopistas subirán por encima del IPC

El ministro de Transportes ha confirmado este viernes que los peajes de las autopistas estatales experimentarán en 2024 una subida superior al 4%, por encima del IPC. Óscar Puente se ha referido al citado incremento en los precios durante la visita cursada a las obras de reconstrucción del viaducto de O Castro, en la autovía A-6 (Galicia-Madrid), y ha señalado que en muy pocos días se publicarán y se harán efectivas las subidas.

Ha recordado, al respecto, que el pasado año el Gobierno mitigó la subida, que tenía que haber sido del 8 %, con el objetivo de repercutirla a los ejercicios posteriores, de forma que en 2024 se recuperará parte del incremento que quedó sin aplicar en 2023.

Al tratarse de vías de titularidad estatal, los peajes de las autopistas gallegas AP-9 y A-53 se incrementarán en la misma cuantía, si bien Óscar Puente recordó que algunos conductores gozarán de bonificaciones debido al pacto de investidura alcanzado por el PSOE y el BNG. Ese acuerdo consistió en que los usuarios “recurrentes” de la Autopista del Atlántico, es decir, los que realicen más de veinte viajes al mes, verán incrementados los actuales descuentos en un 20% siempre que cumplan una serie de condiciones. Las bonificaciones alcanzarán también a algunos de los vehículos que transiten por la A-53, que une Santiago y Orense.

Segundo año consecutivo

El presidente de la Xunta ha reaccionado con rapidez a este anuncio por parte del ministro de Transportes y ha incidido de nuevo en el maltrato que padece Galicia por parte del Gobierno central. Alfonso Rueda ha apuntado que había dos maneras de afrontar la subida de los peajes. Una, la que eligió la Xunta, consistente en congelar los precios “por segundo año consecutivo” en las vías de titularidad autonómica, y otra, la de subirlos, como hará el equipo de Sánchez. "No es solo que se suba con el IPC, sino que va a subir más todavía, y eso lo van a tener que pagar los usuarios", señala.

En su opinión, la alternativa elegida por el Gobierno gallego fue "perfectamente posible", pero "otra cosa es que se quiera hacer".