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Galicia

Cae en Santiago de Compostela un clan criminal que esclavizaba a repartidores captados en el extranjero

Trabajaban 15 horas diarias y a veces no cobraban con la excusa de haber dañado los vehículos

La Policía Nacional ha detenido en un municipio de Cáceres a dos líderes de una "secta destructiva" que mantenía un discurso de odio hacia la homosexualidad, a la que tachaban de enfermedad, y para la que proponían, como terapia, mantener relaciones sexuales obligadas con la líder del grupo. Según ha informado la Policía en un comunicado este sábado, el pasado día 16 de diciembre agentes de este cuerpo y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria detuvieron a un psicólogo y su mujer, quienes dirigían esta sociedad. Se les acusa de su presunta participación en delitos contra la salud pública, lesiones, contra la libertad sexual, contra los derechos de los trabajadores, intrusismo profesional, coacciones, contra la integridad moral, blanqueo de capitales y asociación ilícita. Los detenidos, al amparo de la titulación de Psicología de uno de ellos, realizaban distintas "pseudo psicoterapias" en establecimientos que no tenían ninguna clase de habilitación sanitaria ni autorización administrativa para ello. En sus sesiones utilizaban técnicas de manipulación coercitiva, con las que lograban "sucumbir" la voluntad de sus adeptos, cuya salud física y psíquica ponían en riesgo al convencerles, en muchas ocasiones, de que abandonaran las terapias médicas convencionales avaladas por la evidencia científica, lo que también suponía un fraude económico. Uso de estupefacientes y terapias "heterosexualizantes" De manera habitual, los detenidos facilitaban a sus seguidores "distinta clase de estupefacientes y psicoactivos" durante sus sesiones para inducir "estados específicos de consciencia que llevan a la introyección de las normas de comportamiento social e individual esperados". Los detenidos mantenían un discurso de odio respecto a la homosexualidad y alegaban que se trataba de una enfermedad que se podía revertir. La "curación" consistía en la abstinencia y en mantener relaciones sexuales obligadas con la líder de la secta, principios avalados por el psicólogo del grupo, que consentía estas relaciones sexuales con su mujer. Los detenidos llevaban más de 20 años desarrollando estas actividades y habían llegado a reunir a aglutinar a más de 50 personas, a las que aislaban de su entorno familiar, social y profesional. Un "control total" en la vida de sus adeptos Instaban a sus seguidores a dedicarse a las funciones que les fueran encomendadas dentro del grupo, a seguir sus directrices y someterse a un "control total" hasta el extremo de no tener capacidad para discernir en qué lugar residir, qué estudios cursar o con quién contraer matrimonio. Ambos se enriquecían a través de estas prácticas ilegales con constantes demandas económicas, por las cuales los adeptos no recibían ningún tipo de factura ni justificante de pago. Además de las detenciones, se han practicado dos registros, uno en el domicilio de los detenidos en una amplia finca de un municipio cacereño y otro en un local en Madrid, donde realizaban terapias un día a la semana. En total se han intervenido más de 100.000 euros en efectivo, diferentes sustancias estupefacientes y diverso material informático y documental de interés, pero los investigadores continúan con el análisis y la recopilación de más información económica y patrimonial. La operación ha sido llevada a cabo por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional con la colaboración de la Unidad de Análisis de la Conducta de la Comisaría General de Policía Judicial y la Unidad Regional Operativa de Madrid y Extremadura y el Área de Operaciones Terrestres de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. También ha contado con la colaboración de la Brigada Provincial de Información de Cáceres y se ha realizado bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Uno de Navalmoral de la Mata (Cáceres) Según han informado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, la pareja ha quedado en libertad con cargos, con la obligación de comparecer ante el juez cada 15 días.
Imagen de un policía nacional. Europa Press

La Policía Nacional ha informado este lunes de la detención de una organización criminal que, con sede en Santiago de Compostela, se dedicaba a la explotación de extranjeros a través de empresas relacionadas con el reparto de paquetería. Tres de los detenidos actuaban en la capital gallega y otro más, en Guadalajara. En el parte de acusaciones destaca el hecho de que los extorsionadores se aprovechaban de la vulnerabilidad social y económica de las personas que captaban para someterlas a jornadas de trabajo que en ocasiones alcanzaban las quince horas continuadas.

La investigación comenzó el pasado mes de agosto en la comisaría de Santiago, donde el citado grupo inició la captación de ciudadanos extranjeros, la mayoría de ellos colombianos, con el supuesto objetivo de contratarlos como repartidores en España. Para ello utilizaba las redes sociales y el modus operandi seguía siempre un patrón similar, pues la oferta no solo incluía un sueldo digno, sino también alojamiento y la ayuda necesaria en todo lo referente a ‘papeleo’ para poder regularizar su estancia en el país.

“Muchas de las víctimas”, señalan las fuentes policiales, “eran captadas fácilmente debido a la precariedad de sus circunstancias familiares y económicas, viendo en esta oferta una gran oportunidad de poder ayudar a sus familias”. Pero la realidad era otra, como comprobó uno de los extranjeros nada más llegar a Santiago de Compostela, donde fue obligado a trabajar en una empresa de paquetería sin ningún tipo de contrato y realizando “jornadas laborales abusivas de entre 12 y 15 horas diarias".

Casi veinte víctimas

Además, la situación se agravaba a través de penalizaciones consistentes en responsabilizarlos de supuestos daños sufridos por los vehículos que utilizaban, por lo general antiguos y muy estropeados, y a través de excusas relacionadas con que en teoría no habían cumplido con todas las entregas pactadas, lo cual provocaba que en ocasiones no cobrasen nada. "La desesperación y el temor a un empeoramiento de sus condiciones, unido a una estancia irregular, hicieron que soportasen durante tiempo esa situación de explotación laboral", añaden los agentes.

Tras la compleja investigación, se pudo detener a los cabecillas de la trama e identificar a 18 víctimas extranjeras. Los tres detenidos en Santiago fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de esta ciudad, decretando su ingreso en prisión.

Además de las detenciones, se realizaron inspecciones en dos naves de almacén y reparto, una en Santiago y otra en Ourense. La operación no se da por finalizada y seguirán las investigaciones para la localización de más víctimas y de otras personas implicadas en los hechos.

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