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Galicia

Cada año caen al mar 1.600 contenedores similares al causante de la 'marea blanca' que sufre Galicia

El percance más curioso tuvo lugar en 1992, cuando un buque perdió casi 30.000 patitos de goma que aún hoy siguen llegando a playas de todo el mundo

suministros
Carguero con contenedores Europa Press

Muchas son las causas por las que uno, varios o todos los contenedores que transporta un gran carguero pueden caerse al mar y pasar a engrosar la enorme lista de "objetos navegantes no identificados" que acaban hundiéndose en el océano o, lo que es mucho peor, flotando a la deriva, con los consiguientes riesgos de seguridad para el tráfico marítimo.

De momento no ha trascendido por qué el buque Tocanao, responsable del vertido de microplásticos que sufren decenas de playas gallegas y de todo el litoral norte de España, perdió seis contenedores cuando navegaba, el pasado 8 de diciembre, frente a las costas de Portugal, a la altura de Viana do Castelo, pero casi siempre las caídas se producen por una estiba mal ejecutada, un trincaje defectuoso o un apilamiento arriesgado que compromete la estabilidad de la carga, especialmente en caso de temporal o de un oleaje fuerte.

Lo que se sabe del Toconao es que navegaba entre olas de entre 4 y 5 metros de altura, es decir, de un tamaño considerable (grado 6 de la Escala de Douglas, que contempla 9 niveles), y con vientos flojos o moderados.

Según los últimos datos ofrecidos por la WSC (World Shipping Council), cada año se pierden en el mar una media de casi 1.600 contenedores, cifra que puede parecer una barbaridad si se digiere ‘en frío’. En cambio, ya no alarma tanto si tenemos en cuenta que los grandes cargueros transportan anualmente nada menos que 250 millones de contenedores. El año 2022, el último sobre el que existen datos, fue excepcionalmente bueno en este sentido, ya que concluyó con 'solo' 661 caídos al océano, es decir, mil menos de lo que es habitual.

La WSC señala que los contenedores más peligrosos para la navegación son los que están llenos, porque suelen quedar semisumergidos o flotando entre aguas, dando ocasión a que pase desapercibido para el radar y provocar una importante vía de agua en cascos de fibra, cuando no la pérdida completa del buque, sin dejar mucho tiempo a sus tripulantes a organizar una evacuación.

Los buques, claves en el comercio mundial

Las publicaciones especializadas destacan que más 80% del comercio mundial se sigue 'moviendo' en gigantescos buques que pueden cargar hasta más de 20.000 recipientes de gran tamaño. El portacontenedores más grande del mundo es el MSC Loreto, una 'bestia' del mar que puede desplazar de una sola tacada casi 25.000 unidades. En cuanto a los contenedores más habituales, se encuentran los de 20 pies, con una carga útil de 21.860 kilogramos, y los de 40 pies, que desplazan hasta 26.780 kilos.

Entre los accidentes más graves relacionados con la caída al mar de contenedores destacan los de los buques MOL Comfort, ocurrido en 2013, que supuso la pérdida de 4.293 contenedores, y el encallamiento del M/V Rena, en 2011, que transportaba 900 receptáculos

Otros accidentes graves fueron los del OnE OPUs, que en 2020 perdió más de 1.800 contenedores por condiciones meteorológicas adversas, y el del Maersk Eseen, que por el mismo motivo perdió unos 750 recipientes en 2021.

El accidente más mediático

Sin embargo, el percance más mediático fue el ocurrido el 10 de enero de 1992. Ese día, el 'Ever Laurel', un carguero que cubría la ruta entre Hong Kong y Tacoma (Washington), perdió doce contenedores de doce metros de largo en mitad del océano Pacífico. Uno de esos depósitos llevaba 28.800 juguetes de plástico entre castores rojos, ranas verdes, tortugas azules y, sobre todo, patitos amarillos, que quedaron a la deriva en alta mar. Diez meses después del incidente, varios de esos juguetes aparecieron en una playa de Alaska, a 3.200 kilómetros de distancia, y en los meses posteriores llegaron otros cuatrocientos patitos a la misma zona.

Luego, cuatro años después, los juguetes empezaron a llegar a las costas de Estados Unidos y en 2003 continuaron su periplo por el Atlántico Norte y Europa. A España llegaron en 2007 y los primeros ejemplares arribaron a la Costa da Morte, en Galicia. Aún hoy, tres décadas después, a veces aparece algún 'primo' de Donald perdido en cualquier playa del mundo. ¿Pasará lo mismo con los pellets del Toconao? Cabe esperar que no.

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  • F
    farmyardcheek

    Contenedor a la deriva: película en Netflix, NOWHERE, en vez de bolitas lleva otra otra mercancía.