El recuento del voto extranjero ha cambiado la situación política al robar un escaño al PSOE que recae en las manos del PP. Pedro Sánchez, que hasta este momento solo necesitaba que Junts le diese su abstención para poder ser investido presidente, necesitará ahora un sí de la formación catalana para revalidar su puesto. Esto gira las tornas para el candidato socialista, que se verá obligado a escuchar no solo las peticiones de Junts, sino también las de Esquerra, el otro partido catalán con representación en el Congreso de los Diputados.
Carles Puigdemont sería la primera baza a jugar por Junts. El político catalán, que fue condenado durante el 'procés' pero no llegó a cumplir su pena de cárcel tras huir a la capital europea en la que lleva ya alrededor de seis años. La petición de su formación al próximo presidente podría ser la de conceder el indulto o la amnistía al expresidente de la Generalitat y que este pueda regresar a España sin pasar por prisión.
Por otro lado, aunque más complicado de conseguir, existe la posibilidad de que las peticiones vayan algo más allá y se reduzcan a la celebración de un referéndum sobre la independencia catalana. Por un intento de votación similar fueron condenados numerosos políticos catalanes y otros tantos decidieron exiliarse, como fue el caso de Puigdemont.
La formación liderada por Gabriel Rufián pondría las cosas algo más fáciles a Sánchez, ya que no contemplan un bloqueo político en la formación de gobierno y mucho menos aún la repetición de los comicios a finales de este año. Esta última situación tampoco beneficiaría a Junts que puede perder el poder con el que cuenta tras los resultados del 23-J.
Esto no exime al candidato socialista de tener que escuchar algunas de las peticiones del partido independentista, entre las que se encuentran el traspaso de Rodalies, el fin del déficit fiscal y, por supuesto, el diálogo sobre la celebración de un referéndum. Incluso se llegó a poner un precio al apoyo de Esquerra: 20.200 millones más para Cataluña.
Aunque puede que no todas las decisiones deban pasar por el arco de Ferraz, ya que Esquerra ha confirmado hoy su intención de mantener conversaciones con Junts que logren que ambas formaciones faciliten la investidura de Sánchez.
El actual presidente del Gobierno cuenta con algún 'as bajo la manga' para conseguir el apoyo de las dos formaciones catalanas. La primera propuesta ha sido la creación de un grupo propio para Junts y Esquerra en el Congreso de los Diputados. Esto proporcionará más visibilidad e importancia a ambos partidos políticos.