España

'Els Segadors' y "más autogobierno" tras la ley de amnistía: Sánchez seduce al secesionismo para ganar en Cataluña

El presidente del Gobierno no ha dudado en participar en un mitin cargado de simbología nacionalista con el objetivo de atraer al votante independentista moderado, algo fundamental para que Illa no necesite a ERC y Junts

El PSC se juega presidir la Generalitat a partir de 12 de mayo y sabe que para lograrlo, tiene que arrasar a ERC, su principal competidor por ser la lista más votada. Por ese motivo, el dúo formado por Sánchez e Illa no ha dudado en virar el rumbo con el objetivo de robar votos al sector independentista catalán. Tras la aprobación de la ley de amnistía u otras cesiones como la del Rodalies, los socialistas han apostado por un mitin cargado de simbolismo nacionalista.

Si el propio Illa aseguró este sábado que su candidatura busca "la normalización política" y la construcción de un nuevo futuro "para todos, sientan lo que sientan, sean o no independentistas", Sánchez no ha dudado en regalar los oídos al electorado independentista: tras las múltiples cesiones que ya ha realizado, ha prometido "reforzar el autogobierno".

Todo ello un día después de que Ferraz se apresurase en remarcar la buena sintonía que hay entre su formación y Junts en su cuarta reunión en Suiza. El propio PSOE se encargó de difundir que la aprobación de la ley de amnistía permitirá a ambas formaciones "poner en marcha los equipos de trabajo en los dos grandes ámbitos acordados", que se añadirán "a los que ya existen en el ámbito de la lengua catalana y de la ley de delegación de competencias en inmigración, y asegurar el cumplimiento del acuerdo de Bruselas". Todo ello con el objetivo de vestir a Illa como el candidato del consenso y así seducir al electorado independentista más moderado.

Al cierre del mitin, los asistentes se han puesto en pie mientras Illa y Sánchez han hecho lo propio sobre el escenario. A continuación ha comenzado a sonar 'Els Segadors', el himno catalán, que cogió un fuerte simbolismo durante el 1-O por parte de los partidos independentistas. Aunque la canción hable sobre el levantamiento de los segadores catalanes ante la oligarquía catalana y el Ejército, este se ha utilizado como símbolo de rebelión contra el Estado en manifestaciones y actos de los partidos secesionistas.

Mientras ha sonado el himno, se ha proyectado la señera en una pantalla gigante a la espalda del presidente del Gobierno y el primer secretario del PSC, una imagen que contrasta con el Sánchez de 2015, que ensalzaba la rojigualda como símbolo de moderación y unión ante las críticas del Partido Popular, que calificaban a Sánchez de "radical". Entonces, el presidente buscaba el centro, mientras que ahora quiere rascar votos a ERC.

Sánchez ha vestido al PSC como el único partido capaz de unir a los catalanes, ya que considera que "no avanzará ni sola, ni dividida". Illa ha seguido la misma estela: "Queremos una Cataluña prospera y unida, implicada en la construcción en esta España plural y diversa, respetada en la Unión Europea. Hay que pasar página, eso significa unir a los catalanes. Vengan de donde vengan, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen, vivan donde vivan, sientan lo que sientan. Unir y servir".

Sánchez sabe que para conseguir el mando en la Generalitat necesita que Illa gane con mucha diferencia y busque apoyos en la representación de Sumar en Cataluña, los Comunes. Tanto ERC como Junts ya han dicho públicamente que no darán la llave de Cataluña al PSC, por lo que necesita arrasar en las urnas. En ello le va la legislatura al propio Sánchez: que Illa se convierta en president es el único as bajo la manga que le queda para aflojarse la soga que ERC y Junts tienen en torno a su cuello. El único contrapeso posible para seguir en La Moncloa sin dar un 'sí' a todas las exigencias del independentismo.

Consciente de que ya ha rebasado varias de las líneas rojas que quebrantan la España constitucionalista, que su mandato se encuentra amenazado por el 'caso Koldo' y que ya ha habido algunas voces discordantes con sus decisiones -ahí los ejemplos de Page o Lambán-, la única solución para consolidar su hoja de ruta pasa por conseguir que Illa se convierta en president.