Crisis en Cs: el apoyo de Bal al 'solo sí es sí', a punto de dinamitar su relación con Arrimadas

Guerra fría en Ciudadanos. El partido afronta un nuevo período de tensiones internas a cuenta de la 'Ley del solo sí es sí' y que tiene como protagonistas a Inés Arrimadas y Edmundo Bal. El portavoz de Cs en el Congreso fue clave para que la formación naranja votase a favor de la polémica norma, que ha permitido rebajar las penas a más de una decena de agresores sexuales. La presidenta del partido pidió disculpas públicas por haber apoyado la ley en los términos actuales, una postura que Bal no comparte.

Es más, fuentes de la cúpula de Ciudadanos aseguran que el abogado del Estado tuvo un papel clave en convencer a sus compañeros de que había que votar a favor de la norma. Hace solo una semana, Bal hizo una defensa pública de la postura de su partido en esta cuestión en un acto para la Universidad Francisco de Vitoria. "Votamos a favor de la 'Ley del Solo sí es sí' porque creemos que había que resolver los problemas en los delitos contra la libertad sexual", manifestó.

Este rifirrafe ha sido el punto de partida, pero no es el único punto de desencuentro entre Arrimadas y su otrora aliado. La reunión de la ejecutiva ampliada de este viernes, que ha concluido con unos estatutos de consenso de cara a la Asamblea General de enero, se avecinaba tensa. Ambas partes se acusan de filtraciones interesadas. Nombres propios del partido naranja señalan a este diario que Bal habría transmitido a los medios que esta reunión iba a servir para arrinconar a Arrimadas, y que la mayoría del partido se opone a su modelo de bicefalia para dirigirlo (con un presidente político y otro de carácter orgánico).

Esta oposición vendría motivada por el interés de Arrimadas de poner al frente de la presidencia orgánica a Guillermo Díaz, lo que serviría a la actual líder de Cs a tener control absoluto sobre las dos áreas del partido. En el lado contrario, voces internas señalan que Bal quiere hacer tándem con el eurodiputado Adrián Vázquez para disputar a Arrimadas tanto la presidencia política (a la que se presentaría el ex abogado del Estado), como la orgánica (para Vázquez).

Fuentes presentes en la reunión aseguran que Arrimadas ha mostrado un tono conciliador, haciendo hincapié en que el choque se circunscribía al tema ideológico. La presidenta de Cs ha llegado a abrazar a Bal delante de todos los presentes. Mientras, el portavoz de Cs, ha lanzado unas palabras de motivación al conjunto del partido, subrayando que es el momento de darlo todo. "Ha sido un debate constructivo y hemos llegado a un acuerdo", se ha limitado a señalar Bal en declaraciones a este periódico.

Refundación trastabillada

Parece claro que uno de los objetivos de la Refundación, que era evitar disputas internas que generen ruido, no se ha conseguido. De la reunión de la ejecutiva ampliada de este viernes han salido aprobados los estatutos de la Asamblea General en enero, una fecha clave para determinar el futuro del partido. Se ha llegado a un documento de consenso, pero lo cierto es que la imagen de unidad que se quería transmitir estos últimos meses está claramente dañada.

El modelo de bicefalia ha quedado sellado tras la reunión, que se ha extendido 5 horas. Las funciones orgánicas serán encabezadas por un secretario general, mientras que un portavoz nacional quedará al cargo de la acción política. Ambos cargos se presentarán juntos encabezando una candidatura que debe ser refrendada en la Asamblea General.

El secretario general recibe esa denominación porque es un cargo incompatible con la posibilidad de presentar candidatura a las primarias para la Presidencia del Gobierno de España mientras dure su mandato o en los siguientes seis meses. También será incompatible con un cargo público. Las decisiones políticas serán tomadas en el Comité Nacional, integrado por el Comité Permanente más sus miembros natos.

Visión política futura

A partir de la Asamblea General de enero, con liderazgos renovados, el partido asumirá los designios políticos que la militancia eligió en los sondeos llevados a cabo internamente, que fueron adelantados en su día por Vozpópuli. El partido deberá defender a ultranza el uso de la energía nuclear, la bajada de impuestos, en consonancia con su espíritu liberal, y la centralización de la sanidad y la educación.

Otra de las reformas por las que se apuesta es la construcción de un nuevo modelo territorial que implique eliminar el término "nacionalidades" de la Constitución y "recuperar la valentía en la reforma del sistema electoral: reducir la representación fija por provincia, acercarnos a ‘1 ciudadano, 1 voto". El partido también se abrirá a defender el teletrabajo, estudiar la viabilidad de la jornada de 4 días laborales y la adaptación de los horarios laborales a los escolares.

Ciudadanos no cambia de nombre

La reforma política no irá acompañada de una reforma estética tan profunda. Finalmente, como avecinó este periódico, se ha impuesto la parte del partido que abogaba por mantener la marca 'Ciudadanos'. Eso sí, cambiarán las siglas y el color del logo. El 'Cs' pasará a ser 'CDD' y además del naranja habrá otros colores, aunque no los que se han utilizado para la Refundación.