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Se dispara la venta de dispositivos espía para proteger a los menores que sufren acoso escolar o maltrato

Se dispara la venta de dispositivos espía para proteger a los menores que sufren acoso escolar o maltrato.

Hace tan solo unos años los dispositivos espía de uso particular se adquirían en su mayoría para identificar casos de infidelidad matrimonial pero hoy estos aparatos han evolucionado de tal forma que han encontrado otro nicho de mercado: los padres de hijos que sufren acoso escolar o maltrato.

"Desde el inicio de este curso hemos apreciado un claro aumento en la venta de USB espía, que graba imagen y audio", comenta Miguel Ramos, portavoz de la empresa Espiamos. Estas capacidades permiten al padre conocer de primera mano cuál es la situación real del niño y quiénes son sus agresores. Incluso los hay que incorporan una tarjeta SIM con la que se pueden obtener los datos en tiempo real mediante bluetooth. 

USB espía

Se trata del dispositivo "estrella" puesto que su apariencia, de usb normal, es perfecta para el entorno al que va destinado: un centro escolar. Tanto es así que se prevé para este 2018 un aumento del 30% en la venta de este dispositivo cuyo precio va desde los 90 a los 400 euros.

Desconfianza en el cuidador

Así mismo, el aumento de la asistencia personal en casa ha conllevado a un repunte significativo en la venta de aparatos de vigilancia. "Cada vez hay más gente que adquiere tecnología espía para prevenir y quedarse tranquilo", explica. Estas situaciones son distintas a la del acoso escolar puesto que el escenario suele ser el propio hogar y, en un principio, sólo se usan como medida de prevención.

Se trata normalmente de situaciones en las que por necesidad ha de contratarse a un cuidador, bien sea de bebés y niños o de personas mayores. "En la mayoría de los casos se desconoce el perfil de la persona que vamos a contratar. Estos aparatos permiten ver en tiempo real lo que está ocurriendo en tu hogar y si el cuidador realiza su trabajo correctamente", indica Ramos. 

En este caso, los dispositivos pasan por grabadoras de imagen y voz camufladas en lámparas de mesa, llaveros, ambientadores e incluso botellas de agua con líquido en su interior o cargadores de móviles. "Los aparatos de vigilancia encubierta han aumentado sus ventas desde el inicio del año un 15%", explica.

En cuanto a la legalidad de poder grabar o no a los cuidadores sin su consentimiento, desde Espiamos aseguran que "la venta de los aparatos es legal pero el uso que se haga de ellos depende de la persona". Sin embargo, en caso de usarlas como pruebas en un juicio dentro de un sumario "normalmente son aceptadas", apuntan.   

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