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España

Una coordinadora general y una consultora: el plan desesperado de Teodoro para resistir

El secretario general aseguró a Casado que podían salir de la crisis con un "nuevo relato" y un nuevo puesto controlado por él. Aceptó dimitir tras la carta de la dirección del Grupo Popular, pero con sus "condiciones"

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El exsecretario general del PP Teodoro García Egea. EP

"A partir de este lunes empiezo a hablar". Ese es el mensaje que Teodoro García Egea ha trasladado, durante los últimos días, a su círculo de confianza. El exsecretario general, que no acudió este fin de semana al congreso de Sevilla, es señalado por la gran mayoría del partido como el principal culpable de la caída de Casado que derivó en la convocatoria del congreso extraordinario celebrado este fin de semana. Muchos siguen manteniendo que, si él hubiera dimitido antes, "Pablo seguiría de presidente hasta julio". No obstante, decidió mantenerse en el cargo hasta las últimas consecuencias... y tras intentar todo tipo de maniobras.

Así lo admiten a Vozpópuli personas que estuvieron junto a Teodoro García Egea en los cinco días que acabaron, de un plumazo, con la etapa de Pablo Casado al frente del PP: los que van desde aquella rueda de prensa del secretario general en Génova anunciando la apertura de un expediente a Isabel Díaz Ayuso al martes siguiente, cuando cesa como número dos del partido tras la carta contra él difundida por la dirección del Grupo Popular en el Congreso.

Las fuentes consultadas hacen un balance de esos días con este contundente resumen: "El viernes ya algunos pensábamos que la situación era insostenible, pero el fin de semana Teodoro empezó a ver que se está quedando solo en el intento de convencer a Pablo de que hay opciones de seguir. Y es entonces cuando empieza a tomar una serie de decisiones, y a presentar unas propuestas, del todo descabelladas".

Nuevo puesto...

Pablo Casado y su equipo decidieron alejarse de Génova ese fin de semana, después de las protestas del viernes y la convocatoria de una nueva manifestación el domingo frente a la sede nacional. El objetivo era evitar cualquier tipo de exposición mediática y poder tomar decisiones da la manera más calmada posible.

El lugar de las reuniones que mantuvieron durante ese fin de semana fue la vivienda de uno de los integrantes del grupo de afines al presidente nacional del partido. Entre los presentes están Teodoro García Egea, responsables de las áreas de Comunicación, algún asesor, y José Luis Martínez-Almeida, que a primera hora del lunes, apenas unas horas después de la última reunión, anunció su dimisión como Portavoz nacional del partido.

Durante todo el fin de semana, el todavía presidente nacional del PP recibió llamadas de presidentes regionales del partido y otros dirigentes pidiendo el cese inmediato de Teodoro García Egea. Casado, sin embargo, se negaba a echar a su mano derecha, al considerar que no existía ninguna justificación para una decisión así sin pruebas que demostrasen que la orden de investigar al hermano de Isabel Díaz Ayuso partiera de Génova.

El secretario general, consciente de la presión que estaba recibiendo el presidente nacional del partido para que le cese, propuso la creación de un nuevo puesto en la ejecutiva, una coordinadora general, que podría venderse, de puertas para afuera, como un gesto de Casado para restarle poder a él mismo.

Según las fuentes consultadas por Vozpópuli, se pusieron sobre la mesa varios nombres, pero García Egea afirmaba tener asegurado el 'sí' de dos de ellos: Diego Calvo y Rosa Romero.

El primero de ellos, nombrado este fin de semana presidente del nuevo comité electoral del PP por Alberto Núñez Feijóo, es presidente del PP de La Coruña y era secretario de Política Territorial en la ejecutiva de Pablo Casado. Con esos puestos en la dirección nacional y en el PP gallego, García Egea quería 'vender' que el expresidente del partido aceptaba situar en la ejecutiva a un 'mediador' entre Génova y el presidente de la Xunta.

Rosa Romero, presidenta de la Comisión de Sanidad en el Congreso y exalcaldesa de Ciudad Real, fue el otro nombre en el que más insistió Teodoro García Egea, que en su día también valoró la posibilidad de presentar a la diputada nacional como futura líder del PP en Castilla-La Mancha, en detrimento de Paco Núñez. Una operación que fue descartada pero de la que tienen conocimiento importantes cargos regionales del partido.

...y nuevo relato

Para la construcción de ese nuevo relato, y destacar la creación de esa coordinadora general, García Egea propuso pedir ayuda a una agencia de cabecera del partido en los últimos años: Noho Comunicación. El secretario general, de hecho, contactó con la responsable de esta agencia, Alicia Catalán -hija del fundador de la cadena hotelera AC Hoteles-, que se presentó en el lugar de la reunión.

Personas presentes en esa reunión explican que "el objetivo era que todos propusiéramos ideas". Por eso, "se llamó a todo aquel que colaboró con Pablo estos años". El presidente del partido, sin embargo, cada vez veía más difícil revertir la situación, como otros estrechos colaboradores.

Antes de finalizar esa reunión, Casado descartó llevar a la reunión del comité de dirección del día siguiente una propuesta para crear una coordinadora general del partido. El aún líder nacional quiso escuchar, en primera persona, qué querían decirle los integrantes de su ejecutiva. Y, tal y como informó Vozpópuli, ese lunes empezó a constatar que se había quedado sin apoyos.

El cese de Egea, con sus "condiciones"

La jornada de ese lunes concluyó con una colección de deserciones al proyecto de Pablo Casado, al que ya solo apoyaban el propio García Egea, Ana Beltrán, Antonio González Terol y Pablo Montesinos. El comité de dirección finaliza con el acuerdo para celebrar una junta directiva que convoque el congreso extraordinario. Pese a ello, los acontecimientos se precipitaron el martes.

Desde primera hora de la mañana Pablo Casado fue advertido de la carta de la dirección del Grupo Parlamentario pidiendo la dimisión del secretario general. El todavía presidente nacional del PP habló con su mano derecha, que se resistía a dimitir. Al ser informado de la que se estaba preparando en el Congreso, pidió media hora de margen, pero la decisión de los impulsores de la misma estaba ya tomada.

El murciano, viéndose totalmente acorralado, decidió abandonar Génova, sin confirmar su dimisión. Dos horas después, regresó para confirmar que aceptaba su marcha, pero que se haría con sus "condiciones". El secretario general decidió hacer pública su renuncia en una entrevista en La Sexta que pactó con Mauricio Casals, adjunto a la presidencia de Atresmedia, con el que se reunió esa tarde.

Desde entonces, García Egea ha seguido acudiendo al Congreso de los Diputados. Su intención, ha asegurado a sus más cercanos, es mantener el escaño -ahora a apenas tres metros del de Cayetana Álvarez de Toledo- hasta el fin de la presente legislatura. Las fuentes consultadas añaden, además, que en esta nueva etapa con Alberto Núñez Feijóo al frente, "no va a exigir nada", y sus compañeros asumen que seguirá de "diputado raso", sin la presidencia de ninguna comisión parlamentaria.

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