Las consecuencias legales de señalar hijas ilegítimas del Rey Emérito sin pruebas

Semanas muy movidas en el entorno del rey emérito Juan Carlos I. El padre del actual monarca, Felipe VI, lleva días en el disparadero de la opinión pública por diversas razones. Tras su paso por Sanxenxo para participar (finalmente, no pudo) en las regatas del campeonato español de vela, y su posterior llegada a Vitoria, Juan Carlos ha copado las revistas del corazón y las portadas de los periódicos por motivos muy dispares a los esperados en una persona de su edad.

El pasado 27 de abril, saltó la noticia de una supuesta cuarta hija de Juan Carlos I. Así lo aseguraba el libro King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I, escrito por los periodistas José María Olmo y David Fernández. La presunta descendiente del rey emérito nació a finales de los años setenta, principios de los ochenta.

En orden cronológico, después de la infanta Elena (1963), la infanta Cristina (1965) y el rey Felipe (1968), por lo que sería la cuarta en la línea de sucesión al trono. Alejandra llegó al mundo fruto de una relación extramatrimonial del rey Juan Carlos con una aristócrata un poco mayor que él, según publicó El Confidencial.

A tenor de lo publicado en el libro de Olmo y Fernández, la inmensa mayoría de miembros de la familia real española estarían al tanto de la existencia de Alejandra, al menos en la actualidad. Hubo una época, según refleja el escrito, en la que se llegó a temer que Felipe VI, en su etapa de príncipe de Asturias, conociese a esta supuesta hermanastra y mantuvieran un idilio amoroso, desconociendo ambos su condición de parientes.

Tirando del hilo que sacó a la luz El Confidencial y el libro King Corp, los medios han deducido que Alejandra, supuesta hija del emérito, nació en una familia de aristócratas con un estrecho vínculo con el poder y nunca tuvo problemas económicos. La llegada al mundo de Alejandra fue noticia, pero no se llegó a sospechar que era la cuarta hija del Rey. Aunque se crio sin saber quién era su padre verdadero, tuvo una figura paterna cuidándola en su hogar.

El emérito pide respeto

La reacción de Juan Carlos I no se hizo de rogar. El rey emérito negó categóricamente haber mantenido una relación fuera del matrimonio con la aristócrata Rosario Palacios, tal y como se han apuntado en diversos medios de comunicación en los últimos días, y "consecuentemente haber tenido una hija con ella".

En declaraciones a la Agencia EFE, el antiguo monarca explicó que "por el respeto a la verdad y al honor" se ha visto obligado a desmentir las informaciones que colman las portadas sobre Alejandra, la supuesta cuarta hija que habría tenido fuera del matrimonio, condenando "por falso cuanto se ha publicado en relación con este inventado asunto".

Vozpópuli ha hablado con la abogada Teresa Bueyes para tratar de analizar las posibles acciones legales que podrían tomar las partes implicadas en estas informaciones. Alejandra, si así lo considerase, estaría capacitada para judicializar toda esta cuestión. Vamos a ver cuál es el diagnóstico que hace nuestra experta en materia legal de tremenda bomba informativa.

"Los tutores legales que pueden ejercer las acciones legales de protección a la memoria de los fallecidos son los herederos. En caso de una noticia como esta, de ser falsa, afecta al derecho al honor no solo de Alejandra, sino al de sus progenitores ya fallecidos", analiza Bueyes.

"Ella (Alejandra) puede, en su propio nombre y en nombre de la memoria de sus padres, ejercer la protección al derecho al honor y también a la intimidad familiar que se protege en el Artículo 18 de la Constitución en relación con el Artículo 20 y la LO1/82. La afectación también es extensible a la descendencia de Alejandra, que han de soportar una invasión (hijos menores) de su privacidad", explica la abogada al respecto de las medidas que puede tomar Alejandra tras las publicaciones de los medios estos últimos días.

Antes de seguir con las decisiones legales que pudiera tomar Alejandra, Teresa Bueyes se detiene a aclarar que "el rey emérito con total seguridad no emprenderá acciones legales".

"En cualquier caso, la publicación de una noticia falsa a sabiendas de que es falsa (en este caso han sido los protagonistas los que lo han corroborado), podría implicar que Alejandra optase por la vía penal, es decir, una querella por injurias", aclara Bueyes

"Puede elegir o la vía civil o la vía penal, sabiendo que una excluye a la otra. También podría, en cualquiera de los dos casos, optar por solicitar una medida cautelar tendente al secuestro de la publicación, si no se hubiese corregido dicha información tan gravosa para sus intereses", finaliza la jurista. De todos modos, habrá que esperar unos días o unas semanas para ver qué determinación toma el equipo legal de Alejandra y donde termina todo este asunto que implica el emérito tan de lleno.