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Comunidad Valenciana

Mazón propone a Verónica Cantó "recuperar el espíritu fundacional de la AVL"

La presidenta de la AVL pide que no se recorte la Ley del plurilingüismo y mantener la puntuación al conocimiento del valenciano en el acceso a la Administración

El president de la Generalitat, Carlos Mazón Biel Aliño

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se ha reunido esta tarde con la presidenta de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), Verónica Cantó, para intentar rebajar el tono del conflicto lingüístico en este comienzo de la legislatura.

Mazón le ha propuesto a la presidenta de la AVL "recuperar el espíritu fundacional" de la Academia y “revalencianizar conjuntamente los criterios lingüísticos de la Generalitat Valenciana".

Para el presidente autonómico “no puede ser que haya valenciano-hablantes que se sientan al margen de la normativa, el valenciano es de todos y todos tienen que verse identificados, lo hablen o no todos los días”. 

Se han acabado los tiempos en los que desde el Consell se decía si alguien es buen o mal valenciano por hablar más a menudo valenciano o no, o por hablarlo de una forma u otra en función del lugar de residencia o de lo que le han enseñado sus padres Carlos Mazón

Ha insistido en que "se han acabado los tiempos en los que desde el Consell se decía si alguien es buen o mal valenciano por hablar más a menudo valenciano o no, o por hablarlo de una forma u otra en función del lugar de residencia o de lo que le han enseñado sus padres".

El presidente autonómico considera que todos los valencianos tienen "plena capacidad" para defender la denominación, el Estatuto y las señas de identidad.

Que nadie se sienta excluido

Otra de las cuestiones que Mazón ha planteado a Verónica Cantó es iniciar un proceso abierto y permanente para que ningún valenciano se sienta excluido o alejado de las instituciones que lo representan ya que "el valencianismo social y político se ha sentido en estos últimos años demasiado alejado de la AVL, cuya autoridad académica y científica reconoce todo el mundo”.

Durante este encuentro se ha acordado mantener una sesión bilateral entre miembros de la AVL y de la Conselleria de Educación, encabezada por José Antonio Rovira, para iniciar un proceso de sensibilidad y coordinación conjunta.

Al mismo tiempo, el presidente de la Generalitat se reunirá también con todos los grupos políticos con representación en las Cortes Valencianas para abrir un proceso que logre el mayor consenso posible.

Mantener el plurilingüismo

Por su parte, Verónica Cantó ha reclamado a Mazón que no se produzcan "recortes en la Ley de Plurilingüismo" y que se mantenga la puntuación que se otorga por el conocimiento del valenciano para acceder a la Administración.

En estos dos asuntos, sin embargo, parece que será difícil alcanzar acuerdos porque la política lingüística del Gobierno que encabeza Carlos Mazón viaja por un camino muy diferente al que marcó el Ejecutivo de Ximo Puig y sus socios de Compromís en los últimos ocho años.

Rovira y Vox

En este comienzo de legislatura el primero en abrir la caja de los truenos en materia lingüística fue el conseller de Educación, José Antonio Rovira (hoy presente en la reunión), quien consideró que la AVL "comete errores" y "no es infalible" en el tema de la lengua, aunque más tarde le confirió la legitimidad que le otorga el Estatuto de Autonomía a esta institución con competencias en la normativa de la lengua valenciana.

La entrada de Vox en el Gobierno valenciano ha supuesto una reducción en el uso del valenciano en los canales de comunicación de la Generalitat, mientras que en la oposición PSPV y Compromís también han agitado este conflicto desde diferentes ámbitos.

Una batalla política y social

La reunión de esta tarde, que se retrasó una semana por motivos de agenda del presidente valenciano, tenía pues de fondo la defensa de la lengua valenciana (entre los que se puede contar a partidos políticos como PP, Vox e instituciones como la Real Academia de Cultura Valenciana o Lo Rat Penat) frente a quienes defienden la unidad lingüística que debe estar bajo el paraguas del catalán –como sucede en Baleares– (donde se sitúan PSPV, Compromís y la mayoría de académicos de la AVL).

El eco de esta batalla a nivel político no alcanza las cotas que se registraron cuando Unió Valenciana aglutinaba más de 200.000 votos (la mayoría en la provincia de Valencia) y condicionaba gobiernos autonómicos desde la derecha regionalista.

Eso sí, socialmente sigue situando a una parte de la población en un extremo y a la otra mitad en el opuesto, con el valenciano como arma arrojadiza.

Las dudas sobre la normativización lingüística emanada de la AVL siguen abriendo un abismo entre quienes se guían por las normas de Castelló (los partidarios de la unidad de la lengua) frente a los que defienden las normas de El Puig (partidarios de la lengua valenciana de manera independiente a la catalana).

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