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Comunidad Valenciana

Compromís, en plena crisis de identidad, vuelve al activismo social y se aleja de los centros de decisión

La falta de influencia a la hora de pedir ayudas a los valencianos a cambio de votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez y el alejamiento del PSOE valenciano escora a la coalición

Joan Ribó y Papi Robles en la manifestación contra el Puerto de Valencia del pasado junio EP

La renovación de liderazgos y de fórmula asociativa de Compromís ha conducido a la coalición hacia el activismo social y le aleja de los centros de decisión y poder. La negociación para prestar sus votos a Pedro Sánchez para su investidura dieron la primera pista de la escasa influencia que tiene ahora la coalición nacionalista.

La salida de Mónica Oltra de la primera línea de la política y la pérdida del poder institucional es un cóctel que todavía no se ha digerido adecuadamente en Compromís. La investidura del presidente del Gobierno no hubiera sido tan placentera para Sánchez en lo que se refiere a las peticiones de los nacionalistas valencianos hace unos años.

Apenas se ha logrado que el Gobierno se comprometa a analizar la reforma del modelo de financiación y que se estudie la condonación de parte de la deuda de la Comunidad Valenciana pero, a diferencia de lo que sucede con Cataluña, no hay ningún detalle por escrito ni garantía de cumplimiento.

Reproches entre compañeros

La división interna y los reproches entre Més e Iniciativa (las dos principales formaciones de Compromís) están detrás de esa falta de acción conjunta y efectiva. Todo llegó con la designación del expresidente de las Cortes Enric Morera (Més) como senador territorial, en vez de Carles Mulet (Iniciativa) que había estado en las últimas legislaturas desempeñando esa labor.

Si la investidura sin contraprestaciones para los valencianos fue el primer aviso, la aprobación ayer de la ampliación norte del Puerto de Valencia es la segunda de las señales de que en Compromís han de cambiar el rumbo.

Paralizar esta infraestructura es una cuestión que Compromís ha convertido en prioritaria por ir en contra de su agenda medioambiental pero, aún así, no ha evitado que Pedro Sánchez la apruebe.

La 'foto' dañina del Puerto de Valencia

Su ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha encargado de hacerse la foto de la concordia con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y con la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, mientras que Joan Baldoví acudió a la cita pero a discrepar con el representante del Gobierno.

Esta alianza del PP y el PSOE para sacar adelante un proyecto que paralizó Compromís durante un año en el Gobierno de España a través de Yolanda Díaz ha escocido, y mucho, en la coalición nacionalista.

Movilizaciones

El efecto de esa aprobación es que Compromís se ha refugiado en los colectivos sociales que se oponen a la ampliación norte y prometen movilizaciones en la calle (como ya hizo Joan Ribó el pasado mes de junio cuando perdió la Alcaldía de Valencia).

Recuperan así, comentan a Vozpópuli fuentes de la coalición, el espíritu de intentar de "reconectar con la calle".

Durante los 8 años de Gobiernos compartidos con PSPV y Podemos, Compromís había olvidado estas actuaciones de la mano de colectivos sociales normalmente de carácter minoritario pero muy simbólicos. Ahora, pretenden reactivar esta forma de hacer política.

La portavoz en el Ayuntamiento de Valencia, Papi Robles, avanza que "plantaremos cara" a esta decisión sobre la ampliación del puerto y también la portavoz en el Congreso, Àgueda Micó, (encuadrada dentro de Sumar) garantiza la vía judicial para paralizarlo.

Aitana Mas, ayer en el pleno de las Cortes Valencianas VP

El propio Baldoví –que es el portavoz en las Cortes acompañado por los adjuntos Aitana Mas, Isaura Navarro y Vicent Marzà– reconoce a este diario que "nos opondremos a cualquier decisión del Gobierno que vaya en contra de la agenda medioambiental", como es el caso, a su juicio del caso del Puerto valenciano.

La corriente 'posibilista'

Ese escoramiento de los planteamientos no es compartida por todos dentro de Compromís. Fuentes de esta formación consultadas por Vozpópuli consideran que sería más productivo "instalarse en el posibilisimo".

Analizan que hay que intentar "seguir influyendo" y no quedarse en "extrarradio" de los centros de decisión y con un claro riesgo de "invisibilidad" que está aumentando por la alianza con Sumar que provoca una cierta "disolución" de los postulados de Compromís.

Y esa es una de las pugnas que tiene ahora Compromís. Los que defienden que hay que volver a la política de movilización social y los que entienden que se debe aprovechar la estela de los 8 años al frente del Gobierno autonómico y de ayuntamientos como el de Valencia.

Nueva fórmula asociativa

Para dilucidar qué corriente se impondrá habrá que esperar primero a que la identidad asociativa de la coalición se resuelva. La federación de partidos gana enteros y, a partir de ahí determinar qué tipo de oposición van a realizar.

Por el momento, la realidad indica que Compromís ha marcado un perfil propio muy diferenciado del PSPV y se ha instalado una desconfianza muy elevada entre los que han sido socios de Gobierno durante las últimas dos legislaturas.

Los socialistas valencianos, mientras, han marcado también una línea roja con Compromís y esperan situarse como la posición útil en el Parlamento valenciano y aprovechar su presencia en el Gobierno de España para contrarrestar políticas de la Generalitat que preside Carlos Mazón.

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