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Beatriz Zamora, notaria y registradora con solo 26 años: “Vivimos en una sociedad cortoplacista”

Se trata de una proeza fuera de lo normal, ya que estas oposiciones requieren casi una década de estudio. Ella ha conseguido las dos a una edad muy temprana

Beatriz Zamora en la sede del Consejo General del Notariado
Beatriz Zamora en la sede del Consejo General del Notariado Cedida

La oposición de Notaría es conocida por ser una de las más difíciles de España, algo muy similar a lo que ocurre con la de Registrador de la Propiedad. Se estima que para ser notario hace falta estudiar durante 7-8 años, mientras que para registrador hay que emplear un tiempo similar. De ahí que la gesta de Beatriz Zamora sea doblemente impresionante: con apenas 26 años ya ha aprobado ambas oposiciones, convirtiéndose así en la registradora femenina más joven de España y en la persona más precoz en conseguir el aprobado en ambas pruebas.

Esta madrileña, que estudió Derecho y Economía en la Universidad Carlos III de la capital siempre ha tenido vocación por el estudio: decidió acortar plazos y terminar la carrera antes para ponerse a estudiar Notaría. Esto le permitió empezar a preparar esta oposición a los 23. Año y medio después ya había conseguido aprobarla. Según cuenta a Vozpópuli, lejos de descansar una vez consiguió el objetivo, decidió prepararse para ser registradora de la propiedad. "Diez días después de aprobar me puse a estudiar", relata a este diario.

Beatriz asegura que para lograrlo no necesitas cualidades especiales, sino "ser constante desde el principio, ya que hay mucha gente que los primeros meses se lo toma con más calma". Ella desde que comenzó a prepararse se enclaustró, de media, entre 11 y 12 horas al día. "A veces hasta 13 o 14", concreta. Cree que el mejor método es "ir a fuego a por todo y aprovechar cada oportunidad" para conseguir el aprobado.

Desde el inicio de la conversación, ella transmite una vocación por su trabajo impropio. "Si no estás enamorado de esta profesión no te metes a estudiar", cuenta a este diario, ya que son muchos años "sin cobrar, viendo cómo los demás avanzan en su vida y con un gran esfuerzo mental". De hecho, apunta que "no sabes si vas a cobrar", ya que hay muchos opositores que no logran el objetivo, lo que conlleva que muchos "se planten con 32 años en el mercado laboral", algo difícil por carecer de experiencia laboral.

Descubrió esta vocación cuando conoció el derecho, ya que implica ayudar "a la gente a resolver problemas que no sabían que tenían solución" y "a tomar decisiones". Desde entonces, su fijación fue convertirse en notaria y registradora.

Su esfuerzo ha terminando por proporcionarle una gran recompensa, de ahí que no crea que sea justo promover "una igualdad de resultados", ya que esta "no aporta incentivos para mejorar". Ella apuesta por una igualdad de oportunidades "que ni siquiera es real, porque hay muchos factores familiares, de talento o de capacidad" que impiden que con unos mismos medios todo el mundo consiga llegar igual de lejos.

El secreto de su precocidad es "disfrutar el camino y el día libre".

Lejos de pensar que la juventud es para quemarla de fiesta, Beatriz considera que es la edad perfecta "para sacrificarse a tope". En su caso, esfuerzo doble, ya que ella ya ejercía como notaria mientras estudiaba para ser registradora de la propiedad: "Los últimos tres meses fueron una locura porque no tenía día libre, ya que tenía que trabajar en la notaría".

Su precocidad le ha llevado a protagonizar alguna anécdota divertida. Cuando comenzó su labor como notaria en Torrejoncillo (Cáceres), fue al banco para abrir la cuenta bancaria para facturar por su trabajo y recibió como respueta que "era necesario que fuese el notario".

Preguntada sobre si se considera un ejemplo ante una sociedad cada vez menos concienciada con la cultura del esfuerzo y la meritocracia, asegura que sí, pero como uno más "de los muchos otros que hay en el ámbito del deporte o de la medicina". Considera que el problema de la sociedad es la búsqueda de resultados a corto plazo, lo que les impide pensar en una meta más allá -"en el momento que cuesta lo dejan" y cierto victimismo.

"Hoy predomina el yo, el descubrirse a uno mismo", señala, aunque considera que esta mentalidad se ejecuta de forma equivocada. "Hay gente que en lugar de una oposición, para descubrirse a sí mismo se va de Erasmus. Yo creo que te conoces mejor en lo malo".

Para preparar sus oposiciones señala que no ha estado sola, ya que sus padres han sido su gran apoyo. "Han dedicado su tiempo en ayudarme, me han escuchado cantar temas cuando ha sido necesario e incluso me han acompañado a la notaría cuando estaba más cansada", cuenta a este diario. Beatriz, además, destaca la ayuda de los formadores, que ayudan a los opositores "de forma altruista".

Ahora que ella ha aprobado, señala que ya no va a preparar más oposiciones aunque sí seguirá estudiando, ya que su profesión requiere "formarse constantemente". Lo que sí hará será formar a futuros opositores de Notaría y registrador de la propiedad, una labor que también le obliga a estar actualizada. Ahora, le toca esperar destino para ejercer su nueva profesión y pasar así a ser, definitivamente, notaria excedente.