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España

Villarejo usa casos de secuestradores y narcos resarcidos en Estrasburgo para salir de prisión

El excomisario José Manuel Villarejo.

Un secuestrador de menores condenado a 25 años, un integrante de una organización criminal sospechoso de coaccionar testigos, un presunto terrorista corso que resultó absuelto… estos son algunos de los personajes a los que ha recurrido el excomisario José Villarejo para tratar, de momento sin éxito, de convencer a la Audiencia Nacional para que le deje salir de prisión.  

Hasta en 12 ocasiones los jueces le han denegado sus pretensiones desde que fue detenido en noviembre de 2017. La última vez ha sido el pasado jueves en respuesta a un escrito al que tuvo acceso 'Vozpópuli' en el que Villarejo apeló a varias sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para tratar de comparar su caso con el de procedimientos que acabaron en condenas contra las autoridades judiciales de Estados europeos.

De este modo, en sus alegaciones para que se le aplicasen medidas alternativas de control como una pulsera telemática, Villarejo puso de ejemplo el caso de Idalov contra Rusia, sobre un acusado de secuestro, extorsión y posesión ilegal de armas. Este ciudadano protestó porque entendió, entre otras cosas, que había estado en prisión preventiva un tiempo “excesivamente largo” (un total de 22 meses) hasta que fue finalmente condenado.

Estrasburgo y la prisión preventiva 

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos le dio la razón, pero dejó claro que la prisión preventiva estaba justificada “cuando existen indicios de un interés público prevalente”. Esta es una de las tesis de los investigadores del ‘Caso Tándem’ atendiendo a la sensibilidad de la información que atesora Villarejo sobre diferentes estamentos del Estado y su todavía capacidad para destruir pruebas y fugarse.

El excomisario también se comparó en su escrito con otro caso: Khudoyorov contra Rusia. Se trata de un acusado de traficar con drogas que permaneció cinco años y cuatro meses en prisión preventiva. Sin embargo, en este caso la condena a Rusia, dictada en 2005, tenía que ver con las condiciones de hacinamiento e insalubridad a las que enfrentó en prisión, un extremo que no está sufriendo Villarejo en el módulo reservado a las fuerzas de seguridad en la cárcel de Estremera.

Son varios los ejemplos usados por el excomisario siempre en la línea de denunciar su excesiva estancia en prisión provisional como la del búlgaro Lazar Tzvetanov Bojilov, condenado por robar una chaqueta por lo que pasó 10 meses en prisión preventiva o el polaco Piotr Skrobol, que estuvo cinco años preso preventivo.

'Caso Doutroux'

Otro de los ejemplos que Villarejo ha buscado en la jurisprudencia europea para lograr su puesta en libertad es el de Michel Lelièvre, condenado en Bélgica por secuestrar niños. Fue castigado con 25 años por ello en el marco del llamado ‘caso Doutroux’ que causó gran conmoción en Bélgica. Pero el Tribunal de Europeo de Derechos Humanos condenó a ese país en 2007 por los ocho años que el acusado pasó en prisión preventiva, muy lejos todavía del tiempo que lleva el excomisario de Policía ya procesado y a la espera de juicio por la grabación ilegal en el caso del pequeño Nicolás.

Villarejo acude incluso a algún ejemplo en el que el Tribunal de Estrasburgo no aceptó los argumentos del preso con el que pretende compararse el excomisario. En este caso se trata de Ragip Shabani, un ciudadano kosovar detenido en 2003 en Macedonia acusado de tráfico de drogas y blanqueo de dinero en una trama con ramificaciones en Suiza, razón por la que fue extraditado a ese país. Permaneció cinco años en prisión provisional pero este hecho solo fue motivo de reproche para tres de los siete jueces que integraron el tribunal.

Otro ejemplo usado por Villarejo es el del polaco Piotr Osuch, detenido en 1999 por integrar una organización criminal dedicada al robo y la extorsión. El Tribunal Supremo de su país confirmó una condena de nueve años contra él. Nunca se accedió a su libertad provisional por el riesgo de que coaccionase a testigos, unos argumentos que no acepta Estrasburgo. La corte comunitaria consideró en 2006 que “los motivos de la detención preventiva del demandante no eran pertinentes y suficientes para justificar su detención durante un período de 2 años y 10 meses.

Circunstancias personales

A la hora de pedir que se tengan en cuenta sus circunstancias personales para descartar el riesgo de fuga, Villarejo también se comparó con el caso Tomasi contra Francia. Felix Tomasi fue detenido en Córcega en 1983 por su presunta implicación en el terrorismo corso. Finalmente fue absuelto cinco años después, un periodo en el que le rechazaron hasta 23 peticiones de salida en libertad provisional (casi el doble que a Villarejo). En 1992 Estrasburgo condenó a Francia a indemnizar a este ciudadano por la larga duración de la prisión provisional, malos tratos y por no haber argumentado debidamente el supuesto riesgo de fuga.

En alguna de las doce veces que Villarejo ha pedido salir de prisión ha alegado que tiene bloqueadas sus cuentas y no puede pagar a sus empleados de sus empresas privadas. Es algo parecido a lo que alegó el austriaco Fritz Neumeister, un empresario en prisión preventiva acusado de fraude fiscal. Entre las circunstancias personales que adujo estaba que daba trabajo a 200 personas.

Otro austriaco usado por Villarejo es Otto Matznetter, investigado por fraude, que argumentó su imposibilidad para fugarse debido a una invalidez del 80 por ciento fruto de sus lesiones de guerra. El polémico mando también ha apelado en sus escritos a su estado de salud y sus problemas de espalda.

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