El turismo afronta una Semana Santa con récord de ocupación pero una contención del gasto del 10%

La Semana Santa ha arrancado, como era de esperar, con cifras de récord. El sector turístico se prepara para unos días de "números históricos", sustentados principalmente por el crecimiento de la ocupación, que aumentará, según las primeras previsiones, un 13% con respecto a 2023, según una nueva edición del informe 'Smart Observatory' sobre las previsiones estacionales del turismo, elaborado por la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) y la consultora PwC. Sin embargo, las familias lo afrontan con intención de gastar menos que nunca.

Los datos que manejan confirman lo que se venía diciendo desde hace tiempo: el sector turístico conserva unas previsiones de crecimiento favorables pese a la inflación acumulada. "La temporada primaveral de 2024 augura la continuidad de los niveles de crecimiento de temporadas anteriores, apoyada en la recuperación progresiva de los grandes mercados europeos, en un entorno macroeconómico más estabilizado, y con un interés de viaje creciente de cara al próximo trimestre", desarrollan los expertos.

Este "panorama de creciente demanda" está influenciado por tres realidades: un entorno macroeconómico más estable que el año anterior, el continuo cambio en los hábitos del cliente hacia un mayor uso de experiencias y servicios, y las dinámicas de viajes corporativos ya más consolidadas. "No obstante, no se debe dejar de prestar atención a la ligera bajada de las previsiones del PIB de España y a la inflación acumulada", añaden.

Contención del gasto en Semana Santa

Esta alerta sobre las previsiones del PIB y la inflación tiene también su correspondencia en los datos macroeconómicos de cara a estos próximos días. Los españoles tienen intención de gastar una media de 385€ en Semana Santa, un 10% menos que en 2023. El año pasado el gasto alcanzó los 429 euros de media por persona. De esta manera se confirma que el ahorro no tiende a una reducción de los viajes, ya que "se anticipa un récord histórico de visitas que apuntan a una afluencia de 145 millones de turistas en los meses de marzo y abril", sino a una contención del gasto durante los mismos viajes.

Así queda reflejado en el Observatorio Cetelem sobre la intención de gasto de los españoles en Semana Santa, donde según sus cálculos, sólo el 16% de los españoles encuestados tiene intención de gastar más en las vacaciones de Semana Santa, 5 puntos por debajo del año anterior y coincidiendo con las tendencias del año anterior.

Si se segmenta por edades, destacan los españoles entre los 55 y 59 años, con una intención de gasto de 500€, un 30% más que la media. Si en cambio se segmenta por tramos de importe, el porcentaje más elevado lo encontramos en aquellos que destinarán más de 300€ a sus vacaciones de Semana Santa con un 34% de menciones (36% en 2023). Le sigue el 30% que gastará entre 100 y 300€.

Otras tendencias para el turismo estas vacaciones

No solo de viajar vive el hombre. Esta Semana Santa, según Cetelem, habrá otras preferencias de gasto. Salir a restaurantes se presenta como la actividad predilecta para el 48% de los encuestados, lo que indica previsiblemente un notable aumento de 9 puntos porcentuales respecto al año anterior. "Esta experiencia sugiere un interés creciente por las experiencias gastronómicas como parte fundamental de las celebraciones", señala el profesor de Economía de la Universidad Europea, Ángel Muñiz.

El experto añade que "el descanso y el encuentro con amigos se mantienen como una opción primordial para el 43% de las personas, sin variación con respecto al año anterior". El viaje "también sigue siendo una opción importante para el 42% de los participantes". A viajar le siguen el deseo de ir a ver procesiones, ir de compras o realizar visitas culturales, con un 24%, otro 24% y un 22% de interés. Se termina con las actividades deportivas (17%), ir al teatro o al cine (16%), realizar actividades con los hijos (11%), e ir a spas (7%).

"Esta tendencia hacia opciones de ocio más accesibles económicamente refleja una adaptación de los patrones de consumo a un entorno de mayor sensibilidad económica, manteniendo el interés por experiencias gratificantes pero dentro de un marco de gasto más contenido", sentencia Muñiz.