Economía

Los lituanos de Supersol acumularon un agujero de 172 millones antes de vender la empresa a Carrefour

Un supermercado de Supersol

Los resultados de Supersol han sido un reguero de números rojos desde que Maxima Group se hiciera cargo de las riendas de la cadena de supermercados en el año 2012. Tanto es así que, según se desprende de los resultados de la empresa desde ese ejercicio, el holding lituano vende la compañía a Carrefour sin conseguir ni un solo año beneficio y unas pérdidas acumuladas de 172,8 millones de euros. 

Sus últimas cuentas anuales antes de su venta, correspondientes a 2019, los números rojos se elevaron hasta los 32,5 millones de euros, según se desprende de las cuentas depositadas en el Registro Mercantil a las que ha tenido acceso Vozpópuli a través de la herramienta Insight View. Una cifra que duplica las pérdidas de 15 millones presentadas en 2018.

Con 172 establecimientos abiertos a cierre del año, sus ventas cayeron hasta los 477 millones, frente a los  490,5 millones conseguidos en el ejercicio anterior. Con un negocio concentrado en Andalucía, Madrid y Melilla, su marca Supersol Supermercados explota su negocio en centros con una superficie de ventas inferior a los 1.000 metros cuadrados frente a los 1.600 metros cuadros por los que apuestan competidores como Mercadona. 

A finales del ejercicio 2019, la empresa dio luz verde a una nueva enseña, Cashsol, a medio camino entre el supermercado y el cash&carry, abriendo dos establecimientos (en Algeciras y en Málaga) dedicados a este fin. Así las cosas, la compañía no logró coger aire en su último ejercicio antes de ser vendida a Carrefour este mes de agosto por 78 millones, una operación que todavía está pendiente de aprobación por parte de la CNMC.

Una venta de Maxima que se cierra tras ocho ejercicios consecutivos sin conseguir números negros. Junto con el dinero que ha salido de su bolsillo para mantener viva la empresa. Según reflejan sus cuentas desde 2012, el holding lituano ha desembolsado cerca de 140 millones de euros para tapar los números rojos de Supersol. Ahora, Carrefour tiene el reto de conseguirlo. 

De mano en mano

Su venta a la cadena francesa es un nuevo capítulo de una enseña inestable. La historia de Supersol arranca en 1978. Y en 40 años ha pasado por muchas manos. Su trayectoria arranca cuando los hermanos Domínguez fundaron la marca HiperDino. En 1996, cuando la enseña ya disponía de tres tiendas, fue vendida a Vista Capital, Sociedad participada por el Banco Santander, que las rebautizó como Superdiplo.

Posteriormente, la multinacional holandesa Ahold las adquirió para convertirlas en DinoSol. Sin embargo, Ahold sufrió importantes pérdidas y en 2004 terminó vendiendo la compañía al fondo de capital riesgo británico Permira. Siete años más tarde, en 2011, la empresa pasó a manos de un amplio grupo de bancos propietarios.

En el año 2012, el grupo de distribución Dinosol vende la cadena de supermercados Supersol, integrada por más de 200 establecimientos con una plantilla de 4.500 trabajadores, a Agile Finance, de la cadena de distribución lituana Maxima, que se hace cargo de los empleados, las tiendas, la infraestructura logística y las estructuras de oficinas centrales. Ocho años después, Maxima abandona el mercado español sin haber conseguido el éxito logrado en Polonia o los países bálticos.