Economía

Sánchez endurece su postura contra los empresarios y apunta ahora a sus dividendos

Pasa de recomendar moderación salarial a reclamar subidas. Una vez que ha anunciado el impuesto a las energéticas que pedían Podemos y lo sindicatos, señala ahora a los dividendos empresariales

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en Moncloa en 2020.

El viraje de Pedro Sánchez a la izquierda tras el fiasco de las elecciones andaluzas afecta ya a sus relaciones con el mundo empresarial. El presidente del Gobierno ha pasado de venir recomendando desde finales de 2021 moderación salarial para que el alza de la inflación no se cronifique y de mantener una posición neutral respecto a patronal y sindicatos en el pacto de rentas que busca, a reclamar subidas salariales y respaldar sin ambages a las centrales sindicales frente a CEOE.

Una vez que el Gobierno ya ha asumido el impuesto a las energéticas que reclamaba Podemos, apunta ahora a la política de retribución de las empresas a sus accionistas y a limitar los dividendos empresariales, otra de las reivindicaciones sindicales.

Esta posición que ahora asume Sánchez, que no seguía el ala socialista del Ejecutivo, invade el espacio de Yolanda Díaz y trata de capitalizar las protestas de los sindicatos por la subida de los precios. Como la que se ha anunciado para mañana. En el día en el que la vicepresidenta primera para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, acaba de convocar de nuevo a patronal y sindicatos para intentar impulsar el maltrecho pacto de rentas.

Este giro del presidente se hizo patente en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros extraordinario que aprobó el Real Decreto-ley de medidas contra la guerra el sábado 25 de junio, en la que Sánchez aludió por primera vez a "poderes oscuros" que tratan de boicotear al Gobierno.

El presidente ha mantenido y ampliado esta acusación en cada intervención pública que ha tenido desde entonces. En la Ser, La Sexta y El País ha insistido en que esos poderes "añoran un viejo orden". "Somos un Gobierno muy incómodo y molesto para una serie de poderes ocultos en nuestro país que tienen intereses oscuros".

A su juicio, estos poderes cuentan con "terminales mediáticas y políticas", que no dudan en usar para "desmovilizar al electorado" y "golpear" al Ejecutivo de coalición, hasta que "los progresistas se den por vencidos". No conocemos sus rostros, pero son "señores con puros" reunidos en los "cenáculos de Madrid". La derecha política en nuestro país "no es autónoma de esos poderes", ha sostenido.

El poder económico y empresarial forma parte de esta conspiración que ve Sánchez. En una entrevista en El País, el presidente del Gobierno ha insistido en la existencia de "terminales" mediáticas, políticas y económicas empeñadas en acabar con el Ejecutivo de coalición. Y preguntado por qué poderes fácticos denuncia, habla de "dinero", "un dinero que atrae mucho poder y que siempre tiene una intención clara, la de debilitar y socavar el Estado del bienestar para poder hacer negocio".

Además, asume la posición extrema que viene manteniendo el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Pensiones, José Luis Escrivá, ante la crítica a su reforma de las pensiones que ahora las liga al IPC, que atribuye a intereses económicos: "Están siempre esos sesudos análisis que hacen las terminales mediáticas del dinero, en los que dicen poco menos que el sistema de pensiones en nuestro país es insostenible, y que por tanto hay que privatizarlo".

Y ya sobre la inflación y los salarios y preguntado por la necesidad de un pacto de rentas, acuña ahora el término de "pacto de rentas y de beneficios". "Por eso es tan importante incorporar el impuesto a las grandes empresas energéticas, porque los beneficios que están teniendo en este contexto no son razonables ni asumibles. Cuando hablamos de ese gran pacto entre empresarios y sindicatos, no solamente estamos hablando de rentas, estamos hablando de beneficios. Y ahí tiene mucho que ofrecer la patronal".

Más adelante, remacha: "Yo recomendaría a los empresarios que suban los salarios y que contengan los beneficios.

Este planteamiento contrasta con el que seguía hasta ahora. En enero, insistía en la Ser: "Tenemos que evitar el efecto de segunda vuelta, que ese alza de los precios acabe impregnando a toda la economía: a los sueldos, a los precios de los alimentos…", y se inclinaba por dejar los sueldos como están, ante las previsiones económicas de que la inflación comenzara a remitir a partir de la primavera, o como mucho, en verano.

Cerco a los dividendos

En marzo, en su primer anuncio sobre medidas contra la guerra y la inflación, Sánchez avanzó en el Congreso que el Gobierno busca un pacto de rentas. Entonces, mantenía la neutralidad entre patronal y sindicatos. En una primera reunión ese mismo mes en Moncloa de Gobierno y agentes sociales en la que no hubo avances, los sindicatos, muy especialmente, CCOO, exigían a la salida subidas de impuestos y topes a los dividendos, lo que causó gran malestar en la patronal.

"Es muy simple decir que hay que topar los beneficios. Cuidado con limitar los dividendos, porque hay mucho pequeño accionista e inversor que puede resultar perjudicado. Que puede dejar de confiar en la inversión en las empresas. Yo también tengo una pequeña y mediana empresa y no tengo sueldo si no hay beneficios. Los empresarios de una pyme tenemos salario cuando las cosas funcionan y, si no, pues no tenemos", subrayó Antonio Garamendi, presidente de CEOE.

Asimismo, se mostró en contra de las subidas de impuestos y destacó que con esos mensajes "no se evalúa todo lo que pagan las empresas en España y en el exterior, que está a su juicio muy por encima 15% se habla".

Una vez que ya está anunciado un impuesto a los beneficios de las energéticas que se quiere aprobar en breve y contra el que se espera un alud de pleitos, el control de los dividendos se antoja complejo más allá de las recomendaciones.

El Gobierno ya ha topado el reparto de dividendos en la pandemia. Desde marzo de 2020, las ayudas de los ERTE estaban condicionadas a que no se repartieran dividendos. También los avales del ICO.

En la crisis financiera, los sindicatos ofrecieron moderar sus exigencias salariales. A cambio, los empresarios debían firmar en los convenios algún tipo de compromiso para reducir o congelar el reparto de dividendos y reinvertir el beneficio en la empresa.

"Lamentable" declaración de Garamendi

En este cambio de tono, Sánchez cargó en La Sexta contra Garamendi y su crítica al impuesto a las energéticas: "Me pareció bastante lamentable la declaración del director de la CEOE comparando el nazismo con el impuesto a las energéticas. Los españoles están dispuestos a ajustarse el cinturón, pero sabiendo que hay un reparto justo. Este Gobierno legisla para una mayoría dispuesta a solidarizarse pero que quiere ver a sus Ejecutivos arremangándose para proteger su prosperidad y calidad de vida".

El Gobierno quiere ahora recuperar el pacto de rentas que habían orillado patronal y sindicatos y les ha convocado mañana, aprovechando una cita sobre el Plan de Recuperación. La última fue cancelada tras el plante a Calviño de los primeros espadas de cada formación. La reunión se iba a producir después de que a principios de mayo fracasara la mesa de negociación salarial por el IPC.

También mañana los sindicatos han convocado protestas ante la sede de CEOE para exigir subidas salariales.